La familia de artistas visuales Domínguez y Fong es conocida en el campo de las artes visuales, al igual que otras que en diversas manifestaciones en Cuba se han destacado por el alto vuelo creativo de sus integrantes, quizá porque han desarrollado sus vidas no solo alrededor de las rutinas del ámbito doméstico, sino también en torno a las aventuras de la creación.

Conexión 4 en su segunda edición es la muestra colectiva que propone desde el pasado día 7 de agosto Galería Habana, de modo online en tiempo de la pandemia de la Covid-19, con obras de Flora Fong, Nelson Domínguez, Liang Domínguez Fong y Li Domínguez Fong.

Es sin duda una ocasión para que se den a conocer obras recientes de cada uno de ellos que han sido reunidos en una exhibición por las curadoras Chrislie Pérez y Teresa Toranzo, tanto por la relación consanguínea entre los artistas, como, en especial, porque son autores de discursos creativos propios, si bien varios elementos de motivación o de índole conceptual establecen un puente invisible entre sus obras.

De Flora para Lam, 2020, técnica mixta

Flora Fong ha dedicado un homenaje al artista más relevante de nuestra historia del arte a través de su obra De Flora para Lam, cual homenaje explícito a esa obra paradigmática que es La silla (1943) de Wifredo Lam, quien fuera el artista más relevante en la historia del arte cubano, uno de los más notables de todo el arte del siglo XX, y cuya obra marca un hito en la producción artística del Sur.

En su bella remembranza a Lam, realizada con técnica mixta de acrílico, óleo y pastel, Flora Fong se remite a similitud de los antecedentes genéticos de ambos, por ser hijo el artista cubano de un comerciante cantonés y una mulata cubana, y la pintora, descendiente también de padre chino y compartir una cultura milenaria que impregnó los signos trasladados a sus obras.

La montaña verde olivo y Encuentro de las dos hormigas en el platanal de la hoja amarilla son dos obras en las que Flora Fong vuelve sobre aspectos visuales asiáticos, y realiza paisajes con un cromatismo alegórico a la cubanía mediante una estructura compositiva diáfana que emerge del delineado de idiogramas chinos y sobre cuyo significado ella construye el luminoso diseño pictórico.

Interreflejos, 2006, bronce, espejo y marmol negro

Aunque conocemos más a Liang Domínguez Fong por su extensa trayectoria en el grabado, ella regresa al ámbito expositivo con pinturas. En los cuadros que pueden verse on-line, continúa motivada por el tema de género que elabora a partir de experiencias personales y una muy enérgica expresión en sus figuras femeninas casi siempre protagónicas.

Jauría, de la serie Esta vida perra, 2014, planchas de metal inflado

Nelson Domínguez ahonda en desventuras actuales como un llamado a reflexionar sobre la dolorosa realidad del primer cuarto del siglo XXI, las migraciones forzosas del ser humano a través de desiertos, mares, y zonas transidas por dramas bélicos, mas también por funestas segregaciones raciales, étnicas, sociales o económicas, que nos devuelven a la incertidumbre reinante, perfilada con la emoción propia de un expresionismo con una oscura paleta que acentúa  el dramatismo en su cuadro Éxodo de este año 2020 y en la escultura Jauría de la serie Esta vida perra, donde grandes y escuálidos canes realizados en grises planchas de metal inflado afilan sus poderosos dientes acerados ante alguna aciaga barbarie, ambas pinturas y esculturas cual poderosos e inquietantes símiles visuales que desde la galería conmueven al espectador. Sus últimas obras hacen énfasis —como bien ha expresado hace muy poco el propio Nelson Domínguez—, en que su arte no tiene nada que ver con el glamour ni el divertimento, mas sí con la suerte de un mundo abocado a la crisis.

Exodo, 2020, técnica mixta

La pintura de Li Domínguez Fong es por el contrario seductora, pero no a la manera del encanto convencional. Su creación se basa en contrastes formales y expresivos, mediante la mixtura de la figuración y lo abstracto de manera matérica. Títulos y lienzos de Li destilan una poética no exenta de refinamiento y humanismo, donde la figura humana se halla como un aspecto del propio paisaje, es su eje central o se fusiona con el fondo de texturas.  

Mejor foto de ilusión

Los lazos con la cultura asiática de sus ascendientes chinos han tenido un reflejo en su vida artística. En el 2019, Li Domínguez fue seleccionado para el programa de residencia del Festival de Arte Latinoamericano y del Caribe de ese año en la República Popular China, donde expuso en el Museo de Arte Mundial de Beijing varias obras, entre estas El gran archipiélago, un lienzo de 210 x 832 cm, donde la isla de Cuba se halla a modo de un puente volado sobre una arquitectura sumergida, una escena de parajes inhóspitos y figuras humanas aisladas, conforman un panorama singular donde un paisaje se halla inmerso dentro de otro y  ambos funcionan en una vista general que el artista ha reforzado mediante colores sobrios, tierras, sepias, negros y grises.

Memorias de Close up, 2020, técnica mixta

Por cierto, la continuidad de esta inclinación familiar pudiera quizá estar garantizada, pues la hija de Li, nieta de Flora y Nelson, de apenas dos años, ya tiene a su disposición un lienzo de acuerdo a su pequeña estatura ―apoyado en el piso del estudio donde su abuela dedica las mañanas a realizar sus pinturas, y a unos metros del espacio donde su padre también trabaja los suyos―, cuadro en el que Lía hace trazos con sus crayolas y, por cierto, en el breve video que han subido a las redes,  la niña parece disfrutarlo de veras.

Conexión 4 en Galería Habana nos restituye, así, una mirada al valor de la familia como núcleo del que parte una continuidad de otras generaciones en los oficios, las profesiones y en este caso específico, en las artes visuales, pero sobre todo nos actualiza con los aportes de cada uno de estos artistas, a través de sus álgidos motivos, sus vibrantes personalidades y su no menos significativa contribución artística en la Cuba de hoy.

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