De historias de hombres de su tiempo: Nelson Domínguez artista y maestro


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Es Nelson Domínguez ese cubano profundo. Obra en caudal valioso de más de siete décadas para orgullo  y riqueza del patrimonio cultural de nuestra isla.

Bajo el pretexto de  un nuevo aniversario de vida, será este, un acercamiento agradecido a este hombre especial, mientras hurgamos un poco en lo conocido.  Y es que no hemos podido hablarle en estos días que aspirábamos a una nueva entrevista, pues Nelson, como buen Nelson que es, anda por allá arriba, por las montañas cienfuegueras, amparado en el hacer comprometido, con la gente de bien y con las buenas causas.

En él se distingue el  inquieto gesto que contrasta con su hablar pausado, la  aguda mirada, la obra de excelencia y la virtud de la utilidad, cual responsabilidad ncondicional con su Patria.

Y es que Nelson Domínguez es  de los que saben agradecer a  la obra de la Revolución cubana. Es el  que pudo adentrarse en el mundo del arte y llegó a La Habana cuando  ella atrajo a la ciudad de las artes en Cubanacán, a cuanto talento pudiera verse despuntar, en cualquier lugar del país.

Formó parte de ese tiempo integrador

Nelson Domínguez, artista de las artes visuales, multipremiado en Cuba y en el mundo, era uno de aquellos jóvenes que en 1965 llegaba a la capital. Estaba en su apogeo el desarrollo de la enseñanza artística cubana en Revolución y por tanto formó parte de ese tiempo integrador, donde los más humildes integraron las masas al lado de intelectuales, mujeres y hombres, dispuestos a mantener y continuar el largo camino por la independencia.

Desde esos años de profunda efervescencia popular, de los hermosos planes y obras revolucionarias, estaban las escuelas que, con el objetivo de elevar la cultura y desarrollar el talento artístico, comenzaban la ruta de una de las más bellas, humanas y emancipadoras obras de la Revolución: el arte de enseñar el arte.

Acercamiento a las artes plásticas

Nació Nelson el 23 de septiembre de 1947 en Baire, provincia de Oriente en ese entonces, rodeado de las invencibles montañas de la Sierra Maestra. Ya traía antecedentes, como él mismo dice, de aquél  acercamiento a las artes plásticas que tuvo en el  Caney de Las Mercedes de su infancia. Luego, el gran sueño, la amada por tantos Escuela Nacional de Arte de Cubanacán, ENA. Fue esa época de grandes transformaciones, la que le demandó consagración intensa para insertarse en un sistema de aprendizaje riguroso.

 Se graduó en 1970 entre los primeros expedientes de su grupo, condición que le permite quedarse como profesor por varios cursos en el lugar y luego trabajar en el Instituto Superior de Arte, ISA, hasta 1985. Larga carrera pedagógica ha marcado su obra de vida, pues subyace en cada momento de su realización artística y social, en cada nuevo empeño, una vocación transformadora que no cesa.

Integrante de la generación de pintores de la década de 1970

Nelson Domínguez forma parte de la valiosa generación de los 70, momento importante en la plástica cubana, de gran auge en los lenguajes y la ampliación de temáticas influenciadas por corrientes expresionistas, la desbordada imaginación y los sueños de los que se hizo eco su multifacética obra y la de su generación, una nómina que acoge nombres como Flora Fong, Pedro Pablo Oliva, Manuel Mendive, Roberto Fabelo, Gilberto Frómeta, Ever Fonseca y otros creadores cubanos. 

Exposiciones y salones de épocas fundacionales como los Salones de Profesores realizados en la Habana en las décadas del 70 y el 80, la Exposición Homenaje por los 50 años de la UNEAC, otras realizadas en la Galería “los Oficios, en la Mariano Rodríguez, en la Casa de la Poesía, en el Museo del Castillo de la Real Fuerza, en la Fundación Caguayo de Santiago de Cuba entre tantas más, para solo lograr un acercamiento siempre motivador.

Y es que la obra de Nelson Domínguez se encuentra también en colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes en la Habana, se ha mostrado en exposiciones y eventos en todo el territorio nacional, llevando su cariño y solidaridad especialmente a provincias como Santiago de Cuba, Cienfuegos, Holguín, Ciego de Ávila, Pinar del Río. Toda la patria agradeciendo su talento y espontaneidad, dedicada también a los niños y a personas en zonas desfavorecidas.

Transciende fronteras tu obra artística

No es menor su proyección internacional durante tantos años de incesante creación, siendo mostrada en países tales como Francia, en el Festival Internacional de pintura, en Cannes 1972, la Bienal Internacional en Checoslovaquia en 1976, la exposición Internacional de gráfica en Quito, Ecuador, en 1985, la Bienal de grabado en la India, 1990, el Premio Doyusha en Nara, Japón, 1996 e incursiones de este tipo a las que añadimos algunos países más, donde la obra de Nelson Domínguez ha representado a Cuba, como Bélgica, México, Puerto Rico Alemania, Brasil, Hungría y Colombia.

Reconocimientos por la obra realizada y méritos personales

Con una amplia hoja de reconocimientos por la obra realizada y méritos personales, Nelson Domínguez, Premio Nacional de las Artes Plásticas en 2009, posee la Orden por la Cultura Nacional, la Medalla Raúl Gómez García, la Orden Alejo Carpentier y es Miembro de Honor de la Asociación de Pedagogos de Cuba y de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, UNEAC.

Merecedor de la condición Maestro de Juventudes por su vocación entrañable de conducir a los jóvenes, por su particular vínculo con varias generaciones de artistas plásticos, legado de su etapa como maestro en la Escuelas Nacional de Arte o el ISA, por su juicio fresco y en prospectiva para desarrollar grandes Proyectos de perfil comunitario como: Bolsillo flaco, Hospitales-Galerías y Galerías rurales, todos de extraordinaria repercusión social e incidencia artístico-educativa.

Defensor absoluto del sueño cubano de la enseñanza artística y su impronta en la salud del arte cubano de hoy, ávido eterno por el conocimiento y el aprendizaje, se siente aún responsable por las futuras generaciones.

Es por ello y por mucho más, que con profunda admiración, con  todo el cariño y con respeto por su obra y por su pedagogía demostrada, los que andamos aún de la mano de la enseñanza, estamos aplaudiendo el acto de su existencia, este 23 de septiembre, una vez más. Feliz Cumpleaños, Maestro.

 

 


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