De la africanía en Cuba. Ofun Fumí / Por: Heriberto Feraudy Espino


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Un día el Diablo se cansó de tanta mierda Cherenia en el mundo y se propuso acabar definitivamente con la humanidad. Para él el mundo estaba aidara (enfermo) “La tierra era un basurero”, donde casi todo era inservible. La envidia, que se llamaba Okiki Akuasosun, nacía y renacía por todas partes. La disputa entre el viento y el sol no cesaba. El color transformaba aquello que quería manchar y lo hacía por petulancia o por el obtuso interés de pretender pugnar con fuerzas superiores.

Abita, que era como se llamaba el Diablo, se fue a ver a Orula para ver qué le aconsejaba.

Orunmila le hizo Osodé y le dijo:

-Mira Abita, aquí en este signo fue donde María Magdalena con un pañuelo blanco le secó el rostro sudado y ensangrentado a Cristo cuando éste cargaba la cruz hacia el Gólgota y el rostro del redentor quedó grabado en dicho paño. Aquí es donde nace el por qué hay que hacer ebó. Y Orula le dijo que hiciera un sacrificio y el Diablo no quiso sacrificarse y Orula le dijo además que él podría labrarse una existencia provechosa y adquirir conciencia de que el mal aunque no pueda ser erradicado totalmente del mundo, sí podía y debía ser reducido-. Pero el Diablo no hizo caso.

-Lo de este Orula es Kokoró, (muela) se dijo Abita y diciendo esto se fue a ver a Ikú. -Vine a verte para que acabes con los humanos porque cada vez están más iboyú (descarado)-. Le dijo el Diablo a la muerte.

Ikú sentado sobre una hamaca donde se disponía descansar le respondió: -yo no puedo hacer eso sobre ninguna persona hasta que Olofin no me lo ordene, y eso será después que Arun cumpla con su trabajo de enfermar y debilitar a los que Olofin nos entregue-

Abita, contrariado, optó por no discutir con Ikú y decidió ir a ver a Arun para proponerle enfermara a toda la humanidad y así le facilitara la tarea a Ikú.

Arun le contestó: -yo soy un celoso cumplidor de las órdenes de Olofin y mi misión es enfermar a las personas y tengo un período o ciclo determinado por Olofin para cumplirlo. No estoy autorizado por mi expresa voluntad o por el deseo de alguien de enfermar a toda la humanidad al mismo tiempo, lo que me propones no puede ser.

El Diablo trató de convencer a la Enfermedad y al ver frustrado su objetivo se marchó no sin antes acariciar la idea de retornar y continuar en el intento.

Arun se quedó intrigado con los morbosos deseos Abitay fue a ver a Olofin y le contó lo que este le había propuesto. Olofin, después de escuchar atento, le entregó unos polvos a Arun para que los echara en el agua cuando Abita volviera a su presencia y al beberla se enfermara.

El Diablo volvió nuevamente pero no convenció.

Al no lograr su propósito se marchó más disgustado aún y a medida que se alejaba se sentía un gran malestar en el estómago comenzando a sospechar que Arun le había echado algo al agua que había bebido en su casa.

Según pasaba el tiempo se le hacía cada vez más insoportable el malestar de ifún (barriga). Él se decía: es mentira, yo no soy de los que se enferman.

Cuando el Diablo regresa ante Arun, este al verlo le pregunta: qué te sucede que has regresado. Abita le respondió: he regresado para saber si has cambiado de idea. Arun le reafirmó su decisión.

Abita muy molesto intentó marcharse comenzándole de nuevo los dolores en el estómago ¿qué has hecho conmigo Arun, me has enfermado? preguntó mientras se retorcía.

-No, simplemente he cumplido con el mandato de Babá. Ha llegado la hora de que por fin comprendas que la muerte solo llega a la humanidad cuando así está marcado y no cuando el Diablo quiera-.

En este Odun vence el bien sobre el mal.


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