De la africanía en Cuba: Ofun Sa


de-la-africania-en-cuba-ofun-sa

Refranes:

La jactancia pierde a la persona.

Es como el coco, negro por fuera y blanco por dentro.

El mono no se fía ni de su rabo.

Emiliana Presumida estaba ansiosa por viajar, y aunque en su pueblo tenía seguridad y garantizada muchas cosas, todas las mañanas se lamentaba y se quejaba por todo lo que le faltaba. Ella era la dueña de las siete virtudes y de los siete pecados capitales.

Emiliana Presumida, así presumida como era, todo lo hablaba y todo lo tenía oferefé (en el aire).

—La jactancia pierde a la persona— un día le dijeron. Y le dijeron más, le dijeron que tuviera paciencia para llegar a la vejez y que no fuera tan porfiada como su hija, que abriera bien los ojos para que no la engañaran y que tuviera voluntad, mucha voluntad para vencer en la vida.

Le dijeron que para equilibrar pecados y virtudes tenía que hacer ebó con palos de brujería:

Emiliana Presumida tenía que buscar:

Pierde Rumbo, Vencedor, Vence Batalla, Palo Pimienta, Rompe Camisa, Cuaba, Vira Mundo,  Barre con todo y  Palo Guaguancó, Sal si puedes, Yaya, Guayakán, Volador, Brinca Cercas, Guagua, Sacu Sacu, Espuela de Caballero, Vete Lejos y Palo Muerto, Rompe Saragüey, Jala Jala y Tate Quieto

A pesar de que las hierbas y los palos estaban escasos y no había owó para comprarlos nadie sabe cómo Petronila se las arregló y le hizo la ofrenda al dueño del monte.

A Emiliana Presumida le habían dicho que no le contara a nadie de sus planes de viajar y le relataron la guerra entre Yodi y Oshupá.

Fue en los tiempos de Ofun Sa cuando el Día (Yodi) se convirtió en enemigo de la Noche y quiso cegar a la Luna (Oshupá).

Por aquel entonces la lechuza por su inteligencia era la feicita (secretaria) de la Oshupa.

Un día, el Día llamó a la lechuza y le dijo que quería quitarle la luz a la Noche y para ello tenía un plan. 

La Luna que tenía un ciclo de 28 días al igual que el período menstrual de las mujeres, ahora salía cada siete días proporcionándole luz a la Noche. Esto  molestó al Día. Había que acabar con ese estado de cosas y hacer que la Okuku (Noche) tuviera que pagar un impuesto por recibir la luz del Sol.

Eran tiempos de guerra y hasta los astros peleaban.

El Día le dio la tarea a la lechuza de escribir con letra de ácido una carta invitación para una fiesta y la Luna al recibirla y abrirla seguro perdería la visión.

Resultó que cuando la lechuza fue a entregarle la carta invitación a la Oshupa, se encontró con el mono por el camino.

—Hola amigo qué haces por aquí— Le preguntó la lechuza al kuflufe.

—Nada amiga, que estoy muy preocupado por la tanta maldad que hay en el mundo. Nadie le agradece a nadie. El egoísmo y el interés se han hecho socios y andan cabalgando lentamente, juntos y a caballo. Hermana, está claro que el Tierra está chichú (oscura), muy chichú—.

—Dígamelo usted a mí que tengo que cumplir la gran tarea del infortunio— y la lechuza le contó al mono el malvado plan de Yodi.

Resultó que cerca de allí donde conversaban la chuá y el  kuflufe (la lechuza y el mono) se encontraba la tiñosa quién rauda y veloz fue a contárselo todo a la Oshupa.

La Luna, con su majestuosa bondad, al escuchar el perverso plan del Día lanzó sobre su amiga la Noche toda la inmensidad de su luz llena y fría.

El Sol, inseparable amigo de Yodi no demoró en salir en su defensa. 

No hables y no te morderá la lengua. Pronto el Día se percató que todo había ocurrida por su imprudencia de haber confiado su plan a la Chuá y esta haberse ido de lengua con el mono.

Yodí llamó a Chua (la lechuza) y le dijo: Confié en ti y me traicionaste por hablar tanto. A partir de ahora mientras el mundo sea mundo tendrás ojo, pero no podrás mirarme.

El mono, quien se encontraba cerca al oír la sentencia del Día pegó un grito y del susto que recibió se quedó sin habla para siempre.

Emiliana presumida aprendió la lección y nunca más contó sus planes a nadie.


0 comentarios

Deje un comentario



v5.1 ©2019
Desarrollado por Cubarte