Dentro de la tradición ifaista en Cuba está sacar la Letra del Año. Esta práctica que se realiza todos los finales de cada año por un grupo representativo de sacerdotes de Ifá, tiene sus antecedentes en Nigeria; tierra de los yoruba.

La Letra del Año consiste en un conjunto de predicciones dirigidas a hombres y mujeres y a la sociedad toda. Son orientaciones y recomendaciones que abarcan aspectos relacionados con la salud, la familia, la naturaleza, las relaciones interpersonales, políticas y sociales, entre otras.

Se supone que los seguidores de estas creencias religiosas, y otros que no lo son, tengan en consideración durante todo un año las predicciones que se recomiendan.

Para la realización de la ceremonia de apertura del año resulta de requisito indispensable que un grupo determinado de sacerdotes efectúe ciertos ritos.

Relata uno de los Patakines del Oddun Ogbe Tua que en la tierra Okotoshe Inle, tierra de awoses (babalaos) vivía el awó Odun Ogido quien era Ogbe Tua, también conocido como Ogbe Tuanilara.

Ogbe Tua siempre recibía las visitas de sus hermanos, awoses igual que él, quienes llevaban tiempo estudiando Ifá, con el noble propósito de lograr la felicidad de sus semejantes.

Un día, en una de esas reuniones que daba Odun Egido, fue visitado por Shangó el cual al verlos reunidos les dijo: “ustedes juntos con Ogbe Tua quieren lograr la felicidad de sus semejantes, pero para eso  tienen que trazar un camino por un año y  que sirva de Ley a los habitantes de la Tierra”.

“¿Y qué debemos hacer?”, preguntaron los sacerdotes de Ifà allí reunidos.

Shangó respondió: “tienen que ver a Olofin y a Oduduwa”.

“Pues iremos a verlo”, respondió Ogbe Tuanilara muy dispuesto.

“Pero, no, eso no es así. Para llegar donde ellos tienen que llevar ofrendas y hacerles sacrificios a las distintas posiciones es decir: el monte, el rio, el mar, el árbol, el cementerio, el lago, una loma, los cuatro puntos cardinales; ah y a los Orishas también”, indicó Shangó.

No había medio que fuera capaz de acometer tal empresa y Ogbe Tuanilara al ver la indisposición de sus hermanos y sabiendo que de no hacer eso, sería la destrucción de su Tierra, les dijo: “yo voy a ir a ver a Olofin y a Oduduwa y cada uno de ustedes me tiene que  ayudar para hacer la ceremonia a cada una de las posiciones para limpiar el camino.”

Como era el mes de junio donde las cosechas estaban floreciendo, ellos le dieron una canasta de comida a Ogbe Tua y algunas frutas y animales para que las llevara como ofrendas a Olofin y a Oduduwa. Cuando Ogbe Tua llegó se arrodilló delante de la puerta de Olofin y de Oduduwa y los llamó con el siguiente suyere (rezo): “Omode Inle Awo Ogbe Tuamora Egba Yi Olofin Ati Oduduwa”.

Fue entonces que Olofin y Oduduwa respondieron: “Ire tete Olofin wa, Ire tete Oduduwa”

Ellos lo invitaron a entrar y ya dentro le dijeron a Ogbe Tuanilara: “Nosotros sabemos que usted viene porque desea el secreto de cómo poder recibir el Ashé para poder trazar el camino a los hijos de su tierra durante la vida, pero eso solo tendrá vigencia por un año, donde cada año en esta misma fecha tienen que volver a realizar la misma ceremonia”.

Olofin y Oduduwa le dijeron a Ogbe Tuamora: “El Ifá que trace el camino, nosotros te lo daremos”.

Olofin le entregó Ashé Ekipa y Oduduwa le entregó Ashé Ekifa. Fue así con esta mezcla y con las instrucciones impartidas por Olofin y Oduduwua, a través de Ogbe Tua, que el awó Odun Ogido pudo trazar un Ifá Odun Ifá que dirigiera su Tierra durante  ese año, y reunió a sus hermanos e instauró la Apertura del Año para salvar la humanidad.

En ese camino se habla de la apertura del año, la cual según la tradición nigeriana se hacía entre los yoruba en el mes de junio.

Continuará…