Desde Casa, un premio que fomenta la diversidad de nuestra música


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Musicólogos, autores e intérpretes de grandes trayectoria y prestigio,  incluso más allá de nuestra región geográfica, se dan por estos días cita en La Habana para participar en el VI Premio de Composición que cada dos años convoca Casa de las Américas y en el Taller Latinoamericano de Composición e Interpretación que por cuarta ocasión le acompaña.

Entre ellos,  invitada a impartir algunas conferencias,  se encuentra la investigadora rusa nacionalizada costarricense Ekaterina Chatski, quien asistió a la primera edición del Taller en 2009 y regresa ahora porque, según dijo a Cubarte,  la experiencia que tuvo con los jóvenes fue increíble.

“Son una fuente de talento por lo que volver  es un enorme placer”,  confesó con una amplia sonrisa refiriéndose a los numerosos jóvenes estudiantes de música que,  desde el surgimiento del Taller, se hacen habituales en cada una de sus sesiones

Como editora musical y programadora de  la emisora clásica Radio Universidad de Costa Rica, difunde desde estas frecuencias lo más selecto del pentagrama latinoamericano del que, reconoció con pesar,  lo más promocionado internacionalmente es lo popular, lo comercial.

 “Cuando después de  llegar  a América Latina  uno comienza a entender el enorme mundo que ha sido invisibilizado por las grandes potencias, toma conciencia de que tiene que estudiar esa música y que América Latina tiene mucho que decir”, explicó.

Por su parte el compositor y director de orquesta salvadoreño Dr. Germán Cáceres, uno de los miembros del jurado de esta edición del Premio, enfatizó a Cubarte la existencia en nuestra región geográfica de una tradición bien asentada, en lo que a la llamada música culta se refiere.

“Hablando específicamente de Cuba, la tradición de lo que genéricamente se ha llamado música clásica comienza con Esteban Salas, que es un compositor barroco, para utilizar un término europeo”, señaló, para luego añadir:

“Entonces estamos hablando de música que se ha hecho por lo menos desde el siglo XVIII al XXI. Tenemos una tradición en Latinoamérica. Una tradición muy fundamentada en lo que es la música occidental, pues pertenecemos a esa cultura.

En nuestro caso, además, es maravilloso porque en ese barroco se ven los elementos indígenas, también los elementos africanos que han sido tan importantes en muchas partes de nuestro continente. Todo eso hizo que con el tiempo nuestra música tenga una voz propia”.

Para el también miembro del jurado, el compositor, violinista, director de orquesta y pedagogo costarricense Eddie Mora, el estado actual de la música  de concierto latinoamericana es preocupante, según afirmó en la entrevista que nos concediera:

“Por numerosas razones la música clásica no goza de mucha salud. Primero porque se viene practicando con conceptos que están muy atrasados. Conceptos eurocentristas, dinámicas que ya en Europa ni siquiera se practican.

Sin embargo, nosotros las mantenemos de una manera un tanto hasta retorcida y las damos por buenas, las damos como un símbolo de “cultura” y de elite. Me parece que eso impide que la música clásica latinoamericana esté en el lugar que se merece”.

Importante es para el Decano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica y nominado a los Premios Grammy Latino 2014 la existencia de concursos como el que auspicia Casa de las Américas y de espacios de debate como su Taller Latinoamericano de Composición e Interpretación:

“Son vitales. Los lugares de discusión, de confrontación y de intercambio de conocimiento son fundamentales para poder echar a andar algo.

Solo en espacios así se pueden cultivar la investigación, el performance, la representación.  Las diferentes modalidades que existen y que ahora cuesta mucho definir, clasificar. Espacios como este tienen que ser ese trampolín, ese centro de proyección para que la comunidad pueda formar parte de ello”, apuntó.

También para otro de los miembros del jurado, el director Principal de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil de la República Dominicana,  Darwin Aquino, la existencia de estos eventos es trascendental.

“La creación musical es hoy algo muy diverso. Tenemos cantidad de estilos. Ya no existen las escuelas de composición, sino que  todo es muy abierto.

Pienso que este evento  lo que fomenta es eso: la diversidad. Que lleguen obras de distintos, estilos, compositores, edades, sitios de nuestra Latinoamérica y ahí nosotros poder evaluar aquella que tiene un autor auténtico, un autor supercreativo, un autor que te está diciendo algo.

En nuestros  países donde muchas veces la oportunidad de difusión, de publicación –que es muy importante- y de estreno de esa obra no se da, Casa de las Américas y Cuba brindan el marco apropiado y dan un ejemplo de cómo debemos hacer para que esa composición se conozca”.

Entre debates y expectativas que se abren más allá de nuestras fronteras transcurrirán hasta el próximo viernes las jornadas del VI Premio de Composición Casa de las Américas y de su Taller Latinoamericano, organizado este último de conjunto con la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, UNEAC.

Para la clausura habrá emergido una nueva composición, otra obra que engrosará al repertorio de la música contemporánea de nuestros países, ricos en tradiciones y cultura, sonidos y silencios.


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