¿Dónde están Clara y Mario?


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Clarita se levantaba temprano, y al pasar frente a la casa donde vivía su amigo Mario lo llamaba: "Mario que se nos hace tarde…" Ambos tomados de las manos se dirigían a la escuela donde juntos estudiaban. Mario era un poco mayor que ella y cursaban grados diferentes. De camino a la escuela, Clarita iba cantando. Hasta en el aula cantaba en voz baja. Había nacido para cantar. En los actos culturales de la escuela, nunca faltaba su voz.

Su papá, Eduardo Morales, era sastre y haciendo un esfuerzo tremendo logró reunir lo suficiente para comprarle un piano. Pronto aprendió a dominar el instrumento. Se sentía feliz. Por su parte Mario continuó siendo su amigo del alma, de confianza. Cuando Clara cometía algún error Mario le llamaba la atención y ella sonriendo le decía: ¨Mario, te quiero mucho¨

Mario también cantaba y dio sus primeros pasos en la emisora CMX, la famosa Mildiez, “La voz de los trabajadores”, como le llamaban porque era el Órgano Oficial del Partido Socialista Popular (Comunista). Luego pasó a la RHC Cadena Azul.

Clara y Mario continuaron su antigua amistad. Un día y por pura casualidad unieron sus voces. Cantaban en casa de Mercedes, una amiga de ambos que los acogía con cariño. Los que transitaban frente a la casa se detenían para escucharlos. Mientras tanto Mario comenzó a estudiar en la misma escuela donde Clara ya era maestra de música. Los años pasaron, Clara estaba ya por cumplir veinte, mientras Mario era un adolescente de dieciséis.

Una tarde, al salir de un cine en La Rampa, vieron una larga cola a un costado del edifico de 23 y P donde Gaspar Pumarejo tenía un estudio de televisión. No lo pensaron dos veces. Se unieron a la larga fila donde estaban escogiendo cantantes aficionados. Cuando les llegó su turno cantaron No me quieras tanto, de Fernando Avilés, uno de los integrantes del Trío Los Panchos. Aquella canción era muy escuchada entonces y gustaba mucho. Al terminar de cantar el jurado salió a felicitarlos. Esa misma noche fueron presentados en el programa Escuela de Televisión. Era la noche del 22 de mayo de 1950. Había nacido el Dúo de Clara y Mario.

Aquel dúo era distinto a los de aquella época. Determinaron que Mario hiciera la voz prima y Clara la segunda voz. Resultó un éxito. Fueron llamados “La Pareja Romántica”. Cuando cantaban se miraban a los ojos tomados de las manos.

Aunque Clara ya estaba casada, los que no conocían su vida personal pensaban que eran una pareja romántica. En realidad lo era. Se amaban, pero como buenos amigos. Gustaban cantar canciones mexicanas que estaban de moda y otras del folclor latinoamericano, y por supuesto de los cubanos. Todas alcanzaron gran popularidad. Sus voces se escuchaban por la radio a cada momento y los programas estelares de la televisión reflejaban sus figuras impecables y bellas. En fin, una hermosa “pareja romántica”.

En 1954 Clara se casó con José Sánchez. Tuvieron un hijo, pero el matrimonio fue un fracaso. El marido no veía con buenos ojos que su esposa fuera artista. Se separaron. Mario cantó un tiempo como solista. Diez años después ya Clara se había divorciado y juntaron sus voces de nuevo para actuar en el cabaret Maxim.

El dúo romántico de Cuba regresó a la radio, la televisión y al disco. Trabajaban mucho. Los empresarios reclamaban su presencia. Las grabaciones discográficas tomaban mucho tiempo, pero lograron grabar diez discos de larga duración y otros de pequeño formato, que ahora (¡que barbaridad!) estarán archivados en las emisoras catalogados como ¨música de ayer¨.

Todos pensaban que estaban casados. En el Festival Varadero ´70 los organizadores del evento les reservaron una suite de lujo. Cuando llegaron a la carpeta del lujoso hotel las empleadas los rodearon para solicitarle sus autógrafos. Luego la carpetera les dijo que les tenía reservada la mejor habitación. Clara, siempre sonriendo le dijo: ¨queremos habitaciones separadas¨ La joven empleada pensó que era una broma: ¨ ¿Pero ustedes se divorciaron?... Qué pena. Parecían una pareja tan unida…¨ Cuando se corrió la voz algunas muchachas del hotel hasta lloraron. Tuvieron que explicar que su unión era solo artística.

Pero llegó el momento fatal. El lunes 12 de mayo de 1980, en el hospital Miguel Enríquez, Clara falleció. El cáncer le había roído el interior. La noticia conmovió al pueblo. ¨Clara murió¨, se comentaba como en un susurro. Desde las azoteas y balcones llovían flores al paso del sepelio. Sindo Garay portaba un hermoso ramo de rosas que perdió en el tumulto. Mario le sobrevivió algunos años. Falleció el 16 de marzo de 2011. Siguió cantando por poco tiempo. Recuerdo que en una de sus actuaciones en el Teatro Mella, cuando terminó de cantar el bolero Y es verdad, de Juan Arrondo, el público puesto de pie reclamaba su presencia en el escenario. Salió llorando y me dijo sollozando: ¨no puedo, no puedo, Clara era para mí la vida misma.¨

Al despuntar el alba Mario se asomaba al balcón lleno de flores de su apartamento en Regla, y mirando hacia el cementerio le cantaba la primera canción que los uniera para siempre. Si no es verdad, es una leyenda tan hermosa que debemos creer. Ahora, Clara y Mario están solo en el recuerdo de quienes tuvimos el privilegio de escuchar al Mejor Dúo Romántico de Cuba.

 

FUENTE:

—Morales Oropeza, José Antonio: Clara y Mario. El Dúo Romántico de Cuba. Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2013.


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