El Andy Montañez que siempre regresa


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El Niño de Trastalleres, allá por el barrio de Santurce, o para ser más específica, Andrés Montañez Rodríguez, cuando pequeño quiso ser abogado. Pero con la savia musical se nace, aunque después se perfeccione. Andy creció en una comunidad de escasos recursos económicos, la cual le enseñó que el sueño de ser alguien en la vida es una necesidad, más que una opción. Se visualizaba defendiendo a su gente de las injusticias. Pero al ser el mayor de dieciséis hermanos, tuvo que ponerse a trabajar como técnico de radio y televisión. Hasta que llegó al barrio Rafael Ithier y le ofreció una plaza vacante como cantante en una institución musical llamada el Gran Combo de Puerto Rico.

Con el Gran Combo, Andy, tuvo quince exitosos años y más de 37 canciones que van con él a todas partes, entre ellas: El barbero loco, Julia, Guaguancó del Gran Combo, Un verano en Nueva York, Vagabundo, Milonga sentimental, Las hojas blancas, La soledad, y el clásico A mi manera. En 1977, salió de la Universidad de la Salsa, como también se le llamó a la agrupación y asumió el reto más riesgoso de su carrera artística. Salió de la orquesta que lo dio a conocer internacionalmente para cantar en la venezolana Dimensión Latina.

Con Dimensión Latina el primer trabajo discográfico disparó los termómetros del hit parade. Para 1980, el salsero grabó con Puerto Rico All Stars, lo cual se convirtió en la antesala de su regreso a la Isla del Encanto. Había acumulado lindas experiencias en otros suelos hermanos y ya era hora de fundar su propia orquesta. Gracias a su sencillez, versatilidad y excelentes cualidades vocales y humanas, el Niño de Trastalleres se convirtió en el primer puertorriqueño en tener una estrella en el Paseo de la Fama, Estados Unidos. En 2006 obtuvo el Grammy Latino por el mejor álbum tradicional con AM/PM. Líneas Paralelas junto al cubano Pablo Milanés.

El boricua tiene alma cubana o por lo menos eso nos deja ver a su paso por Cuba. Ya son incontables sus visitas a estudios de grabación, casa de amigos, festivales… Él siempre vuelve. En 1989 a Andy le prohíben participar en los Carnavales de Miami por habernos visitado antes. Para 1994 regresó en uno de los momentos más difíciles del país, conocido como el Período Especial. En esa oportunidad venía acompañado por su esposa Xiomara Acuña y los gemelos Andrea y Alfredo, de dos años y medio. En el mes de marzo de 1997 en San Juan, el puertorriqueño y el cantautor Silvio Rodríguez se abrazaron. El gesto provocó indignación en Miami y, otra vez, le fue negada su participación en los Carnavales de la Calle 8.

A partir del abrazo sincero de dos músicos y las crecientes muestras de repudio y ofensas por parte de la prensa neoliberal y amarillista, el boricua volvió cada vez más. Desde ahí no se hicieron esperar sus presentaciones en Santiago junto al emblemático conjunto Son 14, así como en La Habana en el Festival Internacional Boleros de Oro. Uno de los memorables conciertos fue en el Teatro Karl Marx, titulado Los salseros cantan boleros, junto a NG La Banda y otros exponentes del género. Además, recibió el Premio de Honor Cubadisco y fue el invitado especial de la Fiesta de la Cultura Iberoamericana en Holguín, en 2007. Al año siguiente recorría las zonas afectadas por el huracán Ike en esa provincia.

Ese es el Andy que regresa. El mismo que se hace acompañar de su familia, que accede gustoso ante cualquier lente curioso y el amigo que no claudicó en las tempestades. Su amor por Cuba es total. No es casualidad que escogiera el Teatro América para celebrar su medio siglo de vida artística, en compañía del Septeto Nacional Ignacio Piñeiro y Rumberos de Cuba. También estuvo en el Cubadisco dedicado a la tierra borinque, en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano y en el programa La Victrola, de la Emisora Habana Radio, que conduce Ismael Rensoli.

Este año vino a la 38 edición del Festival del Caribe, y mientras caminaba iba recordando su primera visita a la ciudad indómita en 1980 en la que popularizó el estribillo “No es por na´, ni na´. Santiago está durísimo”. Asimismo, regaló un concierto junto a Karachi en el Complejo Cultural Heredia. Allí recibió la Llave de la Ciudad. Así es el Niño de Trastalleres, sencillo y carismático. Es el mismo Andy, que siempre regresa.


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