Muchos han sido los artistas visuales —y caricaturistas en particular— que han tenido a nuestro líder histórico como objeto de sus creaciones; como muchas fueron las personalidades caracterizadas por el genial caricaturista cubano Juan David. Sin embargo, se hace casi imposible catalogar las caricaturas hechas a Fidel, o las más significativas piezas de quien ha sido considerado el caricaturista personal más relevante de la historia de Cuba, sin incluir el Fidel de David fechado en 1975.

Se trata de una pieza que —stricto sensu—, es un boceto o una pieza inacabada, pero con innegables valores estéticos y patrimoniales. Una caricatura a color, con un Fidel de perfil y sentado —como muchas de sus caracterizaciones—, y donde sus líneas y postura evocan la verticalidad del líder político. Diferente en su composición y soluciones formales a la primera caricatura de Fidel realizada por David en 1953, y publicada en el primer número de Bohemia del siguiente año. Testimonios de dos momentos distinguibles para el personaje y para el artista.

En la primera, para un medio impreso, David perfiló el rostro del joven abogado que protagonizara ese mismo año el Asalto al Cuartel Moncada. En la segunda, encuadra en su estatura a un Fidel inspiración y leyenda, pero también al Castro temido o respetado; mas por todos conocidos.

Ciertos empastes, como las manchas del fondo, se me antojan preámbulos de la “intromisión” de la pintura en el quehacer de Juan David, que se hiciera público y palpable en su exposición 40 Caricaturas y algunas intromisiones, montada en la capitalina Galería Habana en 1978.

Nótese además la fecha. Han transcurrido15 años luego del furor gráfico del Comandante de la Sierra y los barbudos que invadió las páginas de los periódicos y las publicaciones humorísticas en los primeros años de la Revolución; es 1975, cuando se daba en la Isla cierto mutis visual de Fidel.

Juan Eduardo David Posada —Sitiecito, Las Villas, 25 de abril de 1911- La Habana, 8 de agosto de 1981—, había retomado los pinceles después de cumplir deberes diplomáticos como Consejero Cultural de la Embajada de Cuba en Montevideo y en París. Estancias en las que de seguro pudo constatar la admiración universal por este David enfrentado al Goliat imperial, con el que compartía ideas o reclamos por los que ambos fueron encarcelados y perseguidos durante las tiranías neocoloniales.

El original de esta caricatura, donada en 1990 por el hermano del artista al Museo del Humor de San Antonio de los Baños, ha formado parte de varias exposiciones en homenaje a Fidel. Fue exhibida en el propio Museo, en diciembre pasado, como “Muestra del mes”, coincidiendo con el XXVIII Salón Nacional de Caricatura Personal Juan David. Un salón matizado por la presencia visual y sentida de Fidel, pocos días después de su nueva expedición por un mundo mejor.

En la inauguración del David, Isel Chacón Díaz —directora del Museo del Humor—, compartió una anécdota confirmatoria de la sensibilidad artística del líder y su admiración por el maestro de la caricatura personal. La hacía la esposa de David, Graciela de Armas, y relataba un encuentro con el Comandante en el que ella le preguntó si había recibido una caricatura de él, hecha por David. El líder con mucha atención le respondió que no y que además no sabía que había tenido ese privilegio, haber sido caricaturizado por el gran artista.  

Fidel —al que le sobraban méritos— tuvo entonces ese “privilegio”, ser retratado por David. Se sumaba así a un excelso grupo de personalidades cubanas —en su mayoría de la cultura—, entre las que destaco a Alicia Alonso, Wifredo Lam, René Portocarrero, Mariano Rodríguez, José Lezama Lima, Ernest Hemingway y Bola de Nieve. Vale recordar que en cálculos del propio Juan David, este capital suma más de 5 mil caricaturas personales y alrededor de unos 15 mil dibujos satíricos de tema político social.

Sirvan estas notas como sencillo homenaje a estos dos David. Orgullos y baluartes de nuestra Nación.