EL LAGO DE LOS CISNES EN CUBA Y ROMEO Y JULIETA POR PRIMERA VEZ EN AMÉRICA


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Un hecho relevante para la historia del ballet cubano y sin dudas también para el ballet en América se produjo el 24 de enero de 1954: el estreno de la versión completa en cuatro actos de El lago de los cisnes realizada por la inglesa Mary Skeaping en el Auditórium.

En los roles principales estuvieron Alicia Alonso como Odette-Odile, Royes Fernández como el príncipe Sigfrido y Charles Dickson como el hechicero von Rothbart. Este estreno colocó a Cuba como el cuarto país del mundo en estrenar la puesta íntegra del clásico ballet de Chaikovsky y como el primero en el continente americano, lo que sin dudas nos abre las puertas de la danza en este hemisferio.

En esta puesta participarían las alumnas de la Academia de Ballet Alicia Alonso, Mirta Plá, Margarita y Ramona de Sáa, y como un pajecito de la Reina en el acto tercero la niña Aurora Bosch, más tarde primera figura de nuestra compañía, entre otros.

También en 1954 se realizaría una importante gira por países del cono Sur de Latinoamérica como Argentina, Chile y Uruguay, donde se presentará esta versión completa de El lago de los cisnes.

Para 1955, la actividad del Ballet Alicia Alonso se iniciaría con el estreno de Sinfonía clásica de Alberto Alonso sobre la obra homónima de Serguei Prokofiev, con Alicia Alonso e Igor Youskevitch en los roles principales y el cuerpo de baile integrado por Carlota Pereyra, Elena del Cueto y Mirta Plá, entre otras figuras. La puesta de Sinfonía clásica, curiosamente, no se realizó para teatro, sino para el debut de Alicia Alonso y su ballet en la televisión cubana, hecho que se transmitió al aire el 9 de febrero por el canal 6, CMQ.

En ese propio año debutarían con el Ballet Alicia Alonso dos alumnos de Pro-Arte Musical que en 1955 pasarían definitivamente a la Academia de Ballet adjunta a la compañía: Josefina Méndez y Loipa Araújo.

El estreno de Ensueño de Ramiro Guerra y música de Turina y de Narciso y Eco de Alicia Alonso sobre la música de Debussy, redondean el panorama de la compañía en 1955, que, por sugerencia de su propia fundadora, comenzará a llamarse Ballet de Cuba.

Particularmente significativo sería el año 1956 para la historia del ballet cubano. Hasta ese momento se habían estrenado por el Ballet Alicia Alonso, con carácter mundial, 18 ballets de los 37 que habían subido a escena; que desde 1955, la compañía había cambiado su nombre por Ballet de Cuba; títulos tan importantes como Giselle, Coppélia, Cascanueces y El lago de los cisnes; giras a 18 países del Continente y un gran número de presentaciones populares, le habían dado a la compañía un reconocimiento nacional y una imagen internacional destacada como representante de nuestra cultura.

Por su parte, Alicia Alonso era reconocida como una de las mujeres más importantes en los Estado Unidos, había recibido la Orden Carlos Manuel de Céspedes y el título de Dama.

En el mes de mayo se había producido el estreno mundial de Romeo y Julieta de Prokofiev, gran producción en cuatro actos con coreografía de Alberto Alonso.

Por todo este trabajo, que se completaba con 18 funciones celebradas en el primer semestre del año, numerosas fuerzas vivas le organizaban un homenaje nacional a Alicia Alonso… pero no todo sería recompensado para el desgobierno de turno.


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