El pintor Hugo Chávez /Por J. Ángel Téllez

No tan conocidos como sus performáticos discursos y los nuevos paisajes pintados en los más recónditos parajes de Venezuela a través delas misiones sociales, son las incursiones del líder bolivariano Hugo Chávez Frías en el reino de las artes plásticas.

Una de las primeras noticias sobre esta expresión de su sensibilidad y humanismo la tuvimos en el 2011, cuando al inaugurar el Salón Néstor Kirchner en el Palacio Miraflores le regaló a su entrañable amiga la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, una pintura a su estilo donde aparecíaél junto al fallecido esposo de la mandataria argentina.

"Una vez le conté a Cristina que yo pintaba cuadros y me dijo '¿por qué no me pintás algo a mí?'. Ahí mismo me puse a pintar esta obra y la terminé anoche mismo, por eso todavía está fresca", señaló Chávez.“La gente no cree que yo pinté ese cuadro. Me tuve que poner teoría de colores y todo”, afirmó, ante la admiración de todos. Reveló además,que se puso "a buscar fotos" de Néstor Kirchner para poder retratarlo de la mejor manera. "Mi reina —expresó dirigiéndose a la Kirchner—, te lo pinté para ti ¡Viva Néstor!". La jefa de Estado argentina aseguró que el lienzo le hizo recordar a "una foto que está en El Calafate", donde Néstor y Chávez estaban juntos durante la crisis de los rehenes en Colombia. (1)

En Cuba, también hemos sido testigos de esas aventuras por las formas y los colores del “mejor amigo” que tuvimos. Recordamos, como a raíz del cumpleaños 80 de nuestro líder histórico Fidel Castro, entre bromas y regalos, Chávez contó que como regalo quiso pintar un retrato del líder cubano, pero no le había salido, sobre todo la nariz. Por eso y en cambio le trajo un cuadro de Simón Bolívar, del autor venezolano José Antonio Quintero, una taza de la vajilla de Napoleón, que estuvo en manos del héroe insurgente y la daga del libertador.

En reciprocidad, el General de Ejército Raúl Castro le regaló un retrato de Fidel, que el mexicano David Alfaro Siqueiros pintó en 1959. Ante lo que Chávez, entre bromas y empecinado aun en la tarea fallida de dibujar al líder cubano, se agachó para ver la línea de la nariz de Fidel y sobre el trazo de Siqueiros describió la dificultad para pintar esa parte del rostro de su amigo, a la que le encuentra dos curvas y luego un remate "como un tomatico". (2)

En julio del 2011, durante otra visita a Fidel, pero esta vez de su sustituto al frente de la Revolución Bolivariana, Nicolás Maduro, este le obsequió al líder cubano un cuadro pintado por Chávez durante su hospitalización en La Habana, donde recibió tratamiento contra el cáncer. Se trataba de una reproducción del cuartel Moncada.

En esta etapa de recuperación y reflexión, la pintura fue como un bálsamo. Durante uno de sus encuentros con representantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Chávez mostró una de sus creaciones pictóricas. El estadista había dicho en varias ocasiones que había descubierto en la pintura una expresión idónea en algunos de sus ratos libres, en los que también se dedica a la lectura.(3)

Pocas semanas después de la siembra del coordinador de la gran obra colectiva que es la Revolución Bolivariana, su hija María Gabriela Chávez, publicó en su cuenta de Twitter la imagen de una pintura inédita, realizada en la cárcel de Yare, durante su encierro tras la sublevación del 24 de febrero de 1992. “Pintura hecha por mi gigante. En la Cárcel de la Dignidad. Dignidad que rompió los barrotes y nos hizo libres para siempre”, escribió María Gabriela.(4)

De este periodo es el simbólico cuadro La luna de Yare, un paisaje nocturno donde se ve una gran luna en el fondo y una ventana con barrotes en el primer plano. El lienzo fue donado por el presidente al PSUVque lo subastó en el 2008 por el equivalente a 255 mil 813 dólares, para la recaudación de fondos para su campaña de cara a los comicios locales de ese año. (5)

Más recientemente, Nicolás Maduro, luego del desfile cívico-militar en conmemoración de los 200 años del natalicio de Ezequiel Zamora, compartió que el presidente Chávez había pintado un cuadro en honor al general. Pintura que catalogó como “una joya de arte revolucionario”, y de la que añadió: “Este cuadro fue hecho de la mano y por amor de Hugo Chávez, nuestro comandante eterno, fue un cuadro realizado para que aprendamos a pintar la historia multicolor, con el fin de enfrentar todas las dificultades que nuestro pueblo ha pasado, y en este 2017 está venciendo”. (6)

En el libro Chávez Nuestro (7), su hermano Adán cuenta que a Hugo siempre le gustó pintar y lo hacía“con gran habilidad”. Que se “esmeraba para mostrarle sus dibujos al tío Marcos”. “Al tío le gustaban mucho sus dibujos y siempre lo estimulaba dándole un poco de dinero para que comprase un nuevo cuaderno, lápices de colores…”.

Elena, su madre, lo confirma: Hugo era “muy hábil para el dibujo” y “pintaba lo que fuera. Cuando en la escuela le pedían a sus hermanos realizar algún dibujo, siempre llegaban: “Huguito, házmelo”. Igual pasaba con los vecinos. “Él se sentaba y lo hacía sin poner reparo ninguno”.

Rememoraba el propio Chávez que fue a través de la Enciclopedia Autodidacta Quillet en cuatro tomos, que llevó su padre a la casa, que se le prendió el amor por la pintura. En un capítulo dedicado a la cultura aparecía un curso de pintar, como dibujar primero, donde aprendió las primeras nociones técnicas. A partir de un caballete que vio allí, se hizo un caballete con ramas de una mata de guayabo. Así se hizo de un sueño al que correspondió con bastante dedicación: ser pintor.

“En Barinas —cuenta Adán— estuvo un año, más o menos, recibiendo cursos en una escuela de pintura. “Salía del liceo por la tarde y me iba a la escuela de pintura Cristóbal Rojas, contó en el libro “el arañero de Barinas” eterno. “Me daba clases una profesora bien bonita que nos advertía: 'Lo más difícil de pintar son las manos', y nos ponía unos moldes para que las dibujáramos. Ella nos explicó la técnica del claroscuro y la combinación de colores”, confesó a los entrevistadores.

Aquel sueño infantil —como el de ser pelotero— fue ganado después por otro inmenso, el de hacer realidades los sueños de millones de niños y el de “pintar la historia multicolor”. Por eso, en estos cinco años su imagen se ha multiplicado en cartulina, lienzos y paredes. Y pinta aun, nuevos sueños.

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