En el más reciente Sábado del Libro, dedicado al Día de la Cultura Nacional, fueron presentados los textos Guillén según Posada, de José Luis Posada, y Diario de una imagen Pablo de la Torriente Brau, de Jorge R. Bermúdez, ambos de la colección Majadahonda, de Ediciones La Memoria, perteneciente al Centro Pablo de la Torriente Brau.

Con la presencia del autor del segundo texto, y familiares y amigos de Posada, se desarrolló este espacio que en su primera parte fue una bella evocación de la atractiva figura de Posada, uno de los caricaturistas más relevantes de toda la historia del género en Cuba.

Eugenio Posada, hermano del caricaturista, confesó en su intervención que la publicación de este libro reviste para la familia una significación especial porque es un esfuerzo más que se une a los propios esfuerzos de los hermanos Posada que desde hace tiempo están tratando de mantener viva la obra del artista.

Eugenio Posada reveló la dedicatoria que su hermano había incluido en el libro y que no aparece en esta edición. “Se las diré de memoria: «Guillén, te fuiste sin ver el libro, poeta no te preocupes que si lo imprimen, cuando pase por ahí te llevo un ejemplar». Lamentablemente, se fue Guillén, se fue Posada, y entonces no queda más remedio que cuando algunos de los hermanos que aquí quedamos pasemos por allí llevemos dos ejemplares, uno para Guillén y otro para Posada”.

Leonardo Depestre Catony, editor de Guillén según Posada, consideró a este libro “una obra de arte doblemente, desde el punto de vista literario y desde el punto de vista de las artes plásticas.” Explicó a continuación que el volumen contiene nueve de las elegías compuestas por Guillén entre los años 30 y 58 del siglo pasado, interpretadas e ilustradas por Posada, el cual según Depestre “hace una interpretación muy personal y llamativa de las elegías de Guillén”.

La segunda parte del libro es la colección de más de sesenta caricaturas que Posada hiciera de su amigo y poeta Nicolás Guillén, en diferentes épocas; “estas caricaturas tienen una peculiaridad y es que desacralizan en cierto modo la personalidad de Nicolás Guillén y ofrecen un acercamiento mucho más humano a la figura del poeta”, aseguró Depestre, y a continuación sugirió a los presentes que se acercaran al volumen, el cual consideró una contribución a la cultura cubana, a su literatura y a sus artes visuales.

Jorge R. Bermúdez se sumó a la evocación de Posada, quien fuera su amigo desde el año 1968 del siglo XX; “en mi opinión hay seis grandes caricaturistas en el siglo pasado cubano, Rafael Blanco, Conrado W. Massaguer, Eduardo Abela, René de la Nuez, Juan David y José Luis Posada con el cual culmina justamente todo el proceso vanguardista que se desarrolla a partir de la caricatura en nuestra cultura visual”.

Acerca de Diario de una imagen Pablo de la Torriente Brau, el profesor Fernando Rodríguez Sosa, expresó que este es el primer y más completo acercamiento visual a la breve y fecunda vida de quien caía en 1936 defendiendo al pueblo español del fascismo; comentó que es un recorrido gráfico que propone Bermúdez sobre la biografía de Pablo de la Torriente Brau, en el que mezcla con habilidad y destreza fotos y textos, a través de un discurso visual reflexivo, y realiza además un acercamiento a cómo las artes visuales cubanas han reflejado a lo largo del tiempo la vida de Pablo, y lo hace fundamentalmente desde la labor del Centro Pablo de la Torriente Brau, a cuyo fondo documental pertenecen la mayoría de las imágenes que se incluyen en el libro.

El crítico de arte, poeta y ensayista, Jorge R. Bermúdez, autor de una valiosa obra investigativa, afirmó acerca de su libro Diario de una imagen Pablo de la Torriente Brau, “A mi entender Pablo se siente más como hombre, como escritor, como uno de los iniciadores del género testimonio, no solo en Cuba, sino en Hispanoamérica, y de esa forma creo que estamos dando al Pablo verdadero, al Pablo humano, que en resumidas cuentas es lo que hace de un hombre un revolucionario”.