El verano cultural cubano tuvo como cierre una jornada literaria bajo el nombre "La fiesta de los libros" en el escenario de la populosa calle 23 de El Vedado, desde G hasta Malecón.

En cada cuadra de esa principal vía, se ubicaron como es costumbre los puntos de venta de las diferentes casas editoras y desde la mañana y abriendo la fiesta, la Editorial Gente Nueva convocó a los más pequeños a un concurso sobre El cuidado de la naturaleza.

A la par se realizaron presentaciones de varios títulos, entre ellos El principito, del narrador francés Antoine de Saint-Exupéry, que sigue siendo demandado pues tuvo una considerable venta, con la importante presencia de la escritora Maggi Fernández, ganadora del Premio Pinos Nuevos en su primera convocatoria.

También se presentaron grupos infantiles de danza, espectáculos de payasos, y se realizaron las premiaciones del concurso antes mencionado y del certamen Por los caminos de Guane.

En otras locaciones se repitieron las presentaciones y ventas de libros, las lecturas de poesía y las actuaciones artísticas, destacándose en el parqueo de Coppelia la presentación de  la Colección 21 de la Editorial Gente Nueva, por uno de sus fundadores, el periodista, editor y escritor Enrique Pérez Díaz.

En la sede de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU)  el evento tuvo una programación diversa e interesante; se presentaron los volúmenes Para comer en casa, de Madelaine Vázquez y Alejandro Montesinos; Diccionario de frases populares en la literatura cubana, de Moralinda del Valle Fonseca y Fernando Carr Parúas, y Una década de música: el sonido anglosajón de los 80, de Joao Fariñas.

Para comer en casa, de la Editorial Científico Técnica, de Nuevo Milenio, fue presentado por su autora, quien comentó que el volumen es un intento por contribuir a fomentar hábitos alimenticios saludables teniendo en cuenta las tendencias internacionales de la culinaria.

Ofrece, explicó, una visión antropológica de la cocina cubana, que es «de toma y daca» por sus múltiples influencias interétnicas.

Más allá de las cien recetas que incluye el libro, contiene consejos útiles para conservar los valores nutricionales de los alimentos y sobre el buen comer; acerca de los nutrientes fundamentales, la combinación y el equilibro entre «lo sabroso y lo sano», y la fuente originaria de los alimentos.

El libro dedica un segmento a la creatividad en la cocina en general, en relación directa con la necesidad de readaptar  los consumos a las disponibilidades de recursos alimenticios. En este sentido es de destacar la creatividad de los cubanos de la que es muestra fehaciente la cocina nacional; esta capacidad de adaptación y sustitución siempre ha estado presente desde 1959, por las constantes escaseces, pero se acentuó a partir del llamado «período especial».

Un interesante acápite es el titulado «Apuntes para comer en casa», que incorpora temas como la alimentación infantil y del adulto mayor; las bases del sabor; los beneficios de los vegetales, su procesamiento y el contenido de calcio en los mismos; el consumo de azúcar y el uso de la sal, entre otros asuntos de suma importancia y que requieren por parte de la población un mayor nivel de información y educación práctica con vistas a una vida más saludable, a lo cual sin dudas contribuye este completo texto que como Madelaine Vázquez declaró tiene la intencionalidad de «aportar un granito de arena a nuestra cultura culinaria».

Zuleica Romay Guerra, investigadora y ensayista, Premio Casa de las Américas 2011, tuvo a su cargo la introducción del Diccionario de frases populares en la literatura cubana, de la Editorial Letra Cubanas,y reveló haber leído el texto completo y además haber disfrutado mucho con su lectura.

Resaltó que este es el resultado de una minuciosa investigación que abarcó a más de 300 escritores y a cerca de 600 obras literarias, de las cuales los autores extrajeron aquellas frases populares y locuciones que sustituyen a vocablos originales de la lengua española, desechando los refranes y los verbos.

Zuleica aseguró que este diccionario no es solo un material de consulta, sino que puede realizarse de él una lectura placentera y muy ilustrativa de principio a fin,y que constituye un aporte singular al estudio del español que se habla en Cuba y una revelación de quiénes somos.

Recordó que Enrique Saínz en el prólogo advierte que  un diccionario ha de leerse de dos maneras: por lo que dice el texto impreso y por lo que alude, y que el título de marras alude a «la manera en que somos y nos expresamos los cubanos y a la experiencia vital que está sosteniendo ese universo de palabras».

El cierre de las presentaciones estuvo en manos del profesor, narrador y ensayista Francisco López Sacha que introdujo, por parte de la Editorial Arte y Literatura, el textoUna década de música: el sonido anglosajón de los 80, de Joao Fariñas.

López Sacha aseguró que este debía leerse luego del primero que el autor publicara y que se refiere al tema ubicado en los años 60 y 70, por lo que aborda todo el proceso fundacional de este sonido anglosajón.

Como siempre, la intervención de Sacha fue una clase magistral y disfrutable que esclareció datos imprescindible para la comprensión del surgimiento y desarrollo del rock and roll, ese género tan presente desde el siglo pasado en nuestro país y cuya influencia es creciente cada día.

El presentador, sin papel alguno, fue capaz de citar fechas fundacionales; publicaciones de discos con todos sus nombres; agrupaciones por épocas, desde el surgimiento del género hasta el presente; la trascendencia de algunos fonogramas y por supuesto cantó algún que otro estribillo y reprodujo ciertos acordes. Especialmente recomendó conservar este libro como el extraordinario material de consulta que es, no solo para especialistas.

Muchas más acciones caracterizaron esta jornada de cierre del  Verano cultural cubano que tuvo la compañía del libro hasta el final.