El yate Granma, más allá del Monumento Nacional


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El yate Granma se convierte en símbolo para los cubanos y su sentido sobrepasa fronteras. Incluso, la travesía que lo inmortaliza, es decir, el hecho en sí, queda superado por la grandeza de su significado. Es que “El Granma”, así a secas, como lo llaman los cubanos, es sinónimo de proeza, de valor extremo por la vida humana, al no abandonar a su suerte a un compañero caído al mar, de fe, de resistencia, de unidad, de coraje…

El Granma, desde su salida de Tuxpan en México, iba ya sembrando principios y confianza y, reforzando la estirpe de su líder, Fidel.

Pero, volviendo al yate, su nombre original fue el de Granma. Construido en  1943 como regalo a la abuela de la familia Erickson estaba hecho de madera y con una sola cubierta, no disponía de mástil,siendo su proa inclinada, mientras que la popa era recta. La embarcación,con capacidad para 25 personas, estaba matriculada en el puerto de Tuxpan,  y su función principal era realizar navegación de altura y de recreo o viajes para pasar fines de semanas al vaivén de las olas y la tranquilidad dela mar.

El casco también construido de madera, disponía de una eslora de 13.25 metros y una manga de 4.76 metros, un puntal de 2.40 metros, tonelaje bruto de 54.88, tonelaje neto de 39.23, con dos motores marca Gray GM y una potencia 225 c/c.

Comprado por el Movimiento 26 de julio en 1956, el yate prendería definitivamente el motor para el comienzo de su travesía histórica pasado unos minutos de la primera hora del 25 de noviembre de 1956. Primero, un “prender la máquina” con mesura y un “soltar amarras” silencioso.  Luego, más que una navegación, un deslizamiento aguas abajo a bajas revoluciones,  lento, sigiloso permitiendo al Granma avanzar por las aguas tranquilas del río Tuxpan, intentando burlar la vigilancia del faro y de un puesto naval de la marina mexicana existente en la salida al mar abierto.

Iba hacia su destino heroico con su carga de 82 hombres decididos a liberar a a Cuba o a morir en el empeño. Tal había sido la sentencia de Fidel: “En el año 1956 seremos libres o seremos mártires”.

En la madrugada del 28 ya el yate se adentraba en el Mar Caribe, sin embargo, un día después, durante las horas también dela madrugada se ordena prepararse para el combate. Habían sido detectadas dos naves sospechosas que se acercaban; por suerte, eran dos pesqueros que siguieron de largo. En realidad era un encuentro posible, el yate navegaba por aguas ricas en especies marinas, peces, moluscos y crustáceos como los camarones, todos comunes en la dieta veracruzana.

La travesía fue difícil, de ella el Che relataría: “La ruta elegida comprendía una vuelta grande por el sur de Cuba, bordeando Jamaica, las islas del Gran Caimán, hasta el desembarco en algún lugar cercano al pueblo de Niquero […] Los planes se cumplían con bastante lentitud […]” y no es hasta:“Al día siguiente, primero de diciembre, en la noche, poníamos proa en línea recta hacia Cuba, buscando desesperadamente el faro de Cabo Cruz, carentes de agua, petróleo y comida. A las dos de la madrugada, con una noche negra, de temporal, la situación era inquietante. Iban y venían los vigías buscando la estela de la luz que no aparecía en el horizonte […] ya veíamos la luz, pero el asmático caminar de nuestra lancha hizo interminables las últimas horas del viaje […]”

El 2 de diciembre de 1956 a las 5:40 a.m; encallaba el Yate Granma en el lugar conocido por Los Cayuelos, a unos dos kilómetros de Playa Las Coloradas y comenzaría otra odisea.

Serían las 6.30 aproximadamente cuando comenzaría el desembarco[1].Aquellos expedicionarios,ya afectados por la navegación, a la que no estaban acostumbrados, tuvieron que enfrentarse a las vicisitudes de caminar sobre un resbaladizo y fangoso fondo marino,sin punto de apoyo y con el agua a la cintura, al pecho, o al cuello, según la altura de los  revolucionarios, avanzaban como podían, sin embargo estos hombresse crecieronen estatura moral en aquellas dificilísimas circunstancias.

Nubes de jejenes y mosquitos atacaban rostros y cualquier parte expuesta del cuerpo. En esa marcha puntas de ramas, y con cuantas formasespinosas, gajos y hojas tropezaran,desgarrarían uniformes y pieles. Cerca de dos horas duró el desembarco. Exhaustos y llenos de fango llegaron a la costa.

Antes, durante los momentos finales de la travesía, habían sido avistados por un barco de cabotaje que comunicó a las autoridades de la Isla su presencia,  por lo que el ejército del tirano Batista estaba sobre aviso, entonces al ataque de insectos se le sumó el de la artillería.

El Che relataría: “Tardamos varias horas en salir de la ciénaga… Quedamos en tierra firme, a la deriva, dando traspiés, constituyendo un ejército de sombras, de fantasmas, que caminaban como siguiendo un impulso de algún oscuro mecanismo síquico. Habían sido siete días de hambre y de mareos continuos durante la travesía, sumados a tres días más, terribles, en tierra”.

A lo que agregaba: “[…] el cinco de diciembre, después de una marcha interrumpida por los desmayos y las fatigas y los descansos de la tropa, alcanzaríamos un punto conocido paradójicamente como Alegría de Pío”.

Al mediodía las fuerzas expedicionarias recibirían su bautismo de fuego, habían sido sorprendidos por las fuerzas de la tiranía de tierra y aire.

“Así se inició la forja de lo que sería el Ejecito Rebelde diría el Che.

Por ello, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba (FAR) nacieron un 2 de diciembre, esta vez, de 1961, en saludo al desembarco del yate Granma en Las Coloradas, a partir de lo cual cada año se conmemorará el Día de las FAR.

El 2 de diciembre quedaría marcado no solo en la historia de Cuba, sino en la de América Latina y del mundo.

De ello, derivó el triunfo revolucionario en enero de 1959 con lo que cambiaría el escenario político internacional. Muchos movimientos progresistas y revolucionarios se inspirarían y se inspiran en el ejemplo cubano.

El 2 de diciembre de 1956 demostró que “sí se puede” y contribuyó a ratificar que un mundo mejor es posible. Por ello, el valor del yate Granma, por sus hechos y por su trascendencia histórica es sin dudas un paradigma dentro de los Monumentos Nacionales cubanos, cuya condición le fuera otorgada el 10 de octubre de 1978.

Somos herederos de la historia de Ayacucho, de Mangos de Baraguá,del combate de La Plata y, por suerte, de muchas otras gestas heroicas de América y del mundo por la libertad del ser humano para alcanzar la máxima suma de felicidad posible.

El acercamiento a la historia, al patrimonio, ayuda a comprender mejor el complejo planeta Tierra y a transformarlo en bienestar de la sociedad y la naturaleza.

 

Nota:

[1] La Playa Las Coloradas es hoy Monumento Nacional, la cual se encuentra ubicada a su vez en el Parque  Nacional Desembarco del Granma, sitio natural declarado Patrimonio  Mundial.


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