No por azar de la vida se ganó un lugar primordial en el panorama cultural y en el contexto de las artes escénicas cubanas. Enrique Molina fue de esos hombres imprescindibles que dejará una huella profunda cuando al paso de los años se revisen las páginas de la historia cultural del país que le vio a través de sus magistrales interpretaciones.
Su partida este vienes 3 de septiembre, a causa de complicaciones derivadas de la COVID-19 a los 78 años de edad, deja un profundo dolor en familiares y amigos, pero también en el pueblo cubano que tantas veces disfrutó de sus personajes al asumir diversos roles en la televisión, el cine, o el teatro.
A través de redes sociales y plataformas digitales se han expresado muestras de dolor tras la partida de este gran actor, quien constituye un puntal de la cultura cubana.
En su cuenta en la red social Twitter, el Primer Secretario del Comité Central del PCC y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz- Canel Bermúdez, expresó “ Triste amanecer para #Cuba con el fallecimiento a causa de la #COVID-19 de otro grande de nuestra cultura: Enrique Molina. Llegue a familiares, amigos y al pueblo cubano nuestras más sentidas condolencias. La obra del querido "Silvestre Cañizo" queda en el corazón de cada cubano".
Algo extraño resultaría para quienes vivan en esta isla caribeña no conocerlo. Para los más entrados en años, sería casi injustificable no recordar al Silvestre Cañizo que sedujo por su fuerza interpretativa y el matiz impregnado a ese personaje en la inolvidable novela Tierra Brava.
Su impronta queda vigente además, en el recuerdo del pueblo a través de otros roles que sobreviven a la memoria en espacios dramatizados para la televisión como Bajo el Mismo Sol, La Otra Esquina o el serial En Silencio ha tenido que ser, entre otras muchas producciones en las que dejó una notable huella.
Otros escenarios como el teatro conservan también la fuerza interpretativa y la magia de este hombre. Ahí permanece el recuerdo de su Vladimir Ilich Lenin en la obra El Carrillón del Kremlin y posteriormente en la miniserie Relatos sobre Lenin, sometido en esa ocasión a cirugías para cambiar su físico y lograr con creces introducirse en la piel del personaje.
El cine lo recordará por la entrega y pasión con la que defendió cada personaje en cintas memorables como El hombre de Maisinicú, Caravana, Un Paraíso bajo las Estrellas, Barrio Cuba, El cuerno de la abundancia, Contigo Pan y Cebolla, Esther en alguna parte, y otras producciones fílmicas bajo la dirección de prestigiosos directores que lo calificaron como actor de primer nivel.
Merecedor de numerosas condecoraciones y reconocimientos como el Premio a Mejor Actor extranjero en el Festival del Gallo de Oro y las Cien Flores de China en 2014 y 2016, así como Artista de Mérito del Instituto Cubano de Radio y Televisión, quedará por siempre en la memoria del pueblo cubano este hombre que se hizo imprescindible para la cultura desde su grandeza humana.
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