Arropado por el cariño de sus alumnos, graduados del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, que impulsa desde hace más de 15 años; y ante el aplauso de amigos, colegas y autoridades políticas y culturales, Eduardo Heras León recibió el Premio Nacional de Literatura, 2014, este domingo 15 en medio del ajetreo de la XXIV Feria Internacional del Libro.
En una ceremonia, celebrada en la sala Nicolás Guillén de la Fortaleza San Carlos de la Cabaña y a la que asistieron personalidades como el Primer Vicepresidente cubano Miguel Díaz-Canel, el Ministro de Cultura Julián González y Antonio Guerrero, Héroe de la República de Cuba, el “Chino” Heras compartió el lauro con su esposa Ivonne de Galeano y recordó sus inicios como limpiabotas pobre de una ciudadela de La esquina de Tejas, en el Cerro habanero, y su primer encuentro con la literatura, por supuesto a la manera de sus cuentos.
"Quise comenzar con mi primer acercamiento a la literatura, alimento básico de mi espíritu, compañera fiel y responsable de que sobreviviera ante los años duros que siguieron a la salida de Pasos en la hierba, que los burócratas culturales tacharon de contrarrevolucionaria", explicó.
“No tengo que decirles la emoción que siento ante este galardón, y más porque sé que celebrando hoy conmigo hay decenas de jóvenes escritores, egresados del Centro al que he dedicado gran parte de mi vida, por ellos apostamos y seguiremos haciéndolo.”
Dazra Novak, una de las voces más conocidas de la nueva generación de narradores y graduada del Centro, tomó la palabra en nombre de los cerca de 900 alumnos de la institución y dio testimonio del cariño y admiración que quienes debutan en el mundo de las letras sienten por el “Chino”.
De largamente esperado calificó Dazra este Premio Nacional de Literatura, que, aseguró, será compartido por la gran familia que se ha formado desde la creación del Onelio.
¿Cómo le harán para repartir un solo Premio entre tanta gente? Imagino que se estarán preguntando, pero eso no es problema para nosotros, porque si algo no ha enseñado el maestro es que en el mundo de la literatura hay un lugar para todos.
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