Fayad Jamís, artífice de la creación artística


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Fayad Jamís

Un sentido homenaje de recordación le fue tributado en esta capital al inolvidable  poeta, pintor y editor Fayad Jamis (1930-1988) con motivo del Aniversario 84 de su natalicio, y fue el espacio mensual Fe de Vida: Imagen y Palabras, del Centro Cultural Dulce María Loynaz —conducido por la poetisa Aitana Alberti—, el que sirvió de marco para la convocatoria, donde escritores y poetas, amigos de El Moro, jóvenes estudiosos de su obra literaria e invitados, coincidieron en la evocación y conocimiento de aquel hombre de inobjetable riqueza existencial y espiritual.

En esta ocasión, Alberti trajo para su espacio la proyección del documental Fayad Jamis: Vagabundo del alba, dirigido por Miguel Torres, y producido por el Centro de Desarrollo del Cine Documental de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Al respecto, la Poetisa destacó que es un cortometraje “muy breve, 18 minutos de duración, una síntesis muy bien lograda, pues habla de su vida y de su obra al partir de materiales de archivo, con su voz en off, y de entrevistas realizadas a amigos escritores y poetas que le conocieron”.

A su vez el Premio Rafael Alberti, el también escritor Pedro de Oráa, quien tuvo a su cargo las palabras de presentación, dio lectura a un texto de su autoría nombrado Misa por El Moro: “A cierta edad, en cierta etapa de la juventud, se produce ese fenómeno de imantación entre quienes van a formar, estén conscientes o no de ello, la unidad anímica de una generación, y quienes también por otra impulsión excepcional, y no menos misteriosa, van a expresarla. (…) Por un factor imponderable del tiempo histórico —eso que llamaría Lezama Lima, el azar concurrente—, se da esta pequeña, pasajera y obligada historia que somos. Luis Marré fija una fecha, un sábado de enero de 1951; un lugar y un evento, la Feria del Libro, que entonces se celebraba en el Parque Central y lo confirma porque lo escribía en el ejemplar de las Poesías completas de Pablo Neruda que acababa de adquirir. Y alude a un kiosco específico (“La Oreja”), como eje donde ocurre el espontáneo encuentro con él y con quienes serían las más duraderas amistades de mi vida (…) A corta distancia de allí se hallaba el cafetín “Las Américas” (ya inexistente), que serviría de punto de reunión posterior de muchos futuros miembros de la llamada Generación del Cincuenta. ¿Quién duda del rol protagónico que jugó, en obra y existencia, nuestro contemporáneo Fayad Jamis, “El Moro”, para sus amigos? Poeta y pintor, editor y diseñador de excelentes colecciones de valor bibliofílico, ejemplo redimido de creador renacentista. Siempre nos interesó indagar en los posibles vasos comunicantes, entre su pintura, su labor gráfica y su poesía. Y de esto han resultado ensayos afirmativos del hondo correlato que guardan sus dos vocaciones (…) En su poemario Los párpados y el polvo, donde se registra los rasgos de una voz intimista, se verifica un espacio cerrado entre cuyas paredes el poeta se resguarda de la hostilidad ambiente del exterior. Es el momento de sus acuarelas, tintas que significan interiores apenas bañados por una luz dudosa. Afuera, se debate la cruenta vida social de aquellos últimos años de la República. En Los Puentes, uno de sus libros capitales, el escenario parisino se filtra a través del asombro desasosegado de su primera experiencia planetaria y el rigor angustioso de la supervivencia en la Ciudad donde no se hallan sus raíces. El verso se da todo en un ritmo precipitado, de sorpresivos símiles y metáforas, que tiene su equivalente en una pintura de trazos sin referentes objetivos, pero cuya abstracción refleja la extrañeza existencial del poeta”.

Oráa destacó seguidamente que tras el triunfo revolucionario de Enero de 1959, Fayad decide retornar a la Isla donde escribe entonces, “con entusiasmo estrenado”. Así ve la luz su poemario Por esta libertad  y ese cuaderno peculiar La Pedrada, evocativo del paisaje campestre de su niñez, colmado de magia y aire fresco. “Y con ellos, dijo, nacen también esos dibujos con la aparición recurrente de la estrella como símbolo de nuevos tiempos”.

Por su parte, el documental presentado Fayad Jamis: Vagabundo del alba, fue muestra fehaciente de la vida y la obra del Escritor, en el que amigos intelectuales y colaboradores —entre ellos, el escritor Jaime Sarusky, ya desaparecido—, le califican como “artista de primera categoría con aportes importantes a la pintura cubana” (1), o como “tenía la virtud de transformar todo objeto en algo bello” (2), al igual que “en su título La Pedrada, recoge su vida de penurias y su gran anhelo de relacionarse con la gran cultura. Su poesía nace con la pobreza. (3) y, a su vez, “era un preciosista de las manos” (4) y, finalmente Pablo Armando Fernández, en uno de sus poemas (1962) enfatiza en que “no se puede estar todo el tiempo bajo el sol sin adorarle”, mientras que en su poemario “Apuntes para un pequeño viaje”, César López le dedica unos versos a Fayad donde habla del primer encuentro entre ambos:

“¿Es usted el poeta? Su sonrisa tímida se vuelve afirmativa. ¡Qué gusto en conocerlo! No vaya usted a decir que trabajo entre ladrillos o que pinto paredes. Tal vez alguno no comprendería. Pero, podemos tomar una garrafa de vino bastante aceptable”.

En el corto, asimismo, el intelectual cubano Roberto Fernández Retamar rememora la presencia de Fayad junto a él, como autores, de una Antología de la Poesía cubana (1912-1952), que realizase el escritor Cintio Vitier.

Finalmente, el intelectual cubano Waldo Leyva, rememoró la vida diplomática de Fayad como consejero cultural en México, además de dar lectura a algunas estrofas del poema Vagabundo del Alba —perteneciente al título Los Puentes—, descriptivo de su estancia en París durante los años cincuenta: La mañana pálida de París crece sobre mis hombros (…) Así es aquí el amanecer, así es el alba/ Esta ciudad está muerta/ sus huesos pueden ser palpados/ (…) A veces sueño que recorro un mundo muerto (…)Yo no comprendo mucho, pero me siento un poco como un Robinson Crusoe/ Robinson de esta terrible, grande, hermosa ciudad llamada París.

Notas

(1) Enrique Saínz: Historiador e investigador

(2) Roberto Fernández Retamar: Escritor, poeta, presidente de la Casa de las Américas.

(3) Nancy Morejón: Poeta, traductora, Premio Nacional de Literatura

(4) Guillermo Rodríguez Rivera: Profesor, narrador e investigador.


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