Alumnos, colegas, lectores, todos la llaman Maggie Mateo, es uno de los orgullos de la cultura cubana y hoy cumple 70 años, la mayoría de los cuales ha dedicado con espíritu de consagración al magisterio, la investigación y la literatura.

Sobre todo al magisterio, pues Ana Margarita Mateo-Palmer, desde que en 1974 se licenció en Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad de La Habana, labora en la Facultad de Artes y Letras, del alto centro docente capitalino, con la categoría de profesora auxiliar, y es miembro del Consejo Científico de dicha facultad; por tanto su impronta ha quedado en mucha generaciones que hoy celebran su cumpleaños.

En 1991 se doctoró con la tesis Mito y nueva novela caribeña, y forma parte tambén, del Consejo Asesor de la Cátedra José Lezama Lima de Literatura Iberoamericana y Caribeña de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba.

La doctora Maggie Mateo también imparte clases en el Instituto Superior de Arte, y  ocupa la letra V en la Academia Cubana de la Lengua.

En su biografía destacan numerosos momentos importantes;   entre 1984 y 1986 realizó estudios sobre literatura caribeña en la Universidad de Georgetown, de Guyana, y otro periodo imposible de eludir,  fue la extraordinaria oportunidad  que tuvo en el año 1986 de trabajar con el archivo del novelista argentino Julio Cortázar (1914-1984) en la Universidad de Poitiers, en Francia.

Su trayectoria en cuanto a labores en el exterior es amplia ya que ha impartido conferencias y participado en eventos internacionales en varias naciones como España, Brasil, Guyana, México y Curazao.

Tiene en su haber un conjunto de recopilaciones y selecciones de textos; entre ellas resaltan Letras, cultura en Cuba (1988), y Recopilación de textos sobre Andrés Bello (1991).

Su colaboración en publicaciones periódicas cubanas y foráneas, es habitual; sus textos aparecen en Anales del Caribe, El Caimán Barbudo, Casa de las Américas, Imán, Revolución y Cultura, Tablas, Universidad de La Habana, La Jornada Semanal, de México e Impacto, de Santo Domingo.

Larga es la nómica de premios y distinciones que ha recibido la profesora Maggie Mateo; en 1994 obtuvo Premio Razón de Ser por el proyecto de su reconocido volumen de ensayos Ella escribía poscrítica, el cual se alzó en 1996 con el Premio Nacional de la Crítica Literaria.

En 1995 le fueron otorgadas las distinciones por la Cultura Cubana, y por la Educación Cubana; en este mismo año, por una faena menos conocida de su personalidad, recibe el Premio Vitral en el VIII Festival Nacional de Video de La Habana y Premio Cine Plaza con su documental De la piel y la memoria.

El 2002 fue especialmente significativo para la doctora Mateo ya que es merecedora del Premio de Ensayo Alejo Carpentier por el libro Paradiso: la aventura mítica, el cual conquista al siguiente año el Premio Nacional de la Crítica.

También en 2002 es laureada con el Premio Anual de investigación cultural del Centro Juan Marinello y su texto Del Caribe como Aleph: la polifonía cultural en el Caribe es acreedor de Mención Especial del Premio al Pensamiento Caribeño 2001-2002 del estado de Quintana Roo, en México).

Su título El palacio del pavo real: el viaje mítico es reconocido en 2006 Premio UNEAC de Ensayo Enrique José Varona y después en 2008 con el Premio Nacional de la Crítica; este mismo año le es conferido el Premio Alejo Carpentier de Novela por Desde los blancos manicomios.

En 2014 ediciones Unión de la Uneac, publica su notable libro de ensayos Dame el siete, tebano. La prosa de Antón Arrufat.

Con una trayectoria siempre ascendente  y sostenida en la investigación, la escritura y el magisterio, en 2016 el Instituto Cubano del Libro y el Ministerio de Cultura deciden entregarle el Premio Nacional de Literatura, entre otros argumentos válidos, por su sistemática contribución a la investigación sobre la literatura  cubana, latinoamericana y caribeña; por el cuidadoso trabajo con la lengua en su escritura, así como su obra docente, académica y de promoción de la literatura y la cultura cubanas.

La profesora Maggie Mateo, sus escritos y sus libros son un referente valioso en cuanto a la literatura y la cultura cubanas en general, y desde lo humano, una mujer sencilla, de su tiempo, «rebelde e iconoclasta», y dueña de un «pensamiento fundador», como señalara su exalumno, el doctor José Antonio Baujin en el discurso de elogio con motivo del Premio Nacional de Literatura.

Pero sobre todo, la doctora Maggie Mateo posee, como don natural la bondad necesaria para compartir conocimientos y aportar así al futuro cultural de la nación.