Festival Olorum 2023, desde los signos de la danza escénica


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Festival Olorum 2023, desde los signos de la danza escénica

Cuando hace solo días concluía la más reciente edición del Festival Olorum 2023 en Camagüey, varias de las personalidades invitadas al evento, junto a los artistas profesionales y amateurs de la danza de Cuba y otras latitudes, convenían a favor de la importancia de seguir pensando el folklore desde el análisis de los signos que demanda la danza escénica. Y es que, el discurso coreográfico que viene proponiéndose de un tiempo a esta parte, continúa enmarañándose, tendiendo confusas trampas entre el cuerpo que en juego se pone y el lector-espectador que procura desentrañar los misterios. Sigue siendo la coreografía un arte en verdad muy complejo, una ocupación para escogidos. Es ella convergencia de circunstancias diversas, donde cohabitan todas las experiencias extraídas del movimiento, del paso, del gesto, de la imagen, de la sonoridad, del espacio, del azar, del imaginario, obsesiones poéticas y cultura de sus hacedores, etc. Por ello, es necesario, urgente y, también, posible, instrumentar otros dispositivos analíticos que, aun estimando algunos de los modelos ya en uso, permitan abordajes más comprometidos con la arquitectónica del ámbito constitutivo de la danza escénica inspirada en el lenguaje folklórico.

Sabemos que todo modelo de análisis será siempre una aproximación incompleta, selectiva, limitada y hasta inexacta del hecho creativo; más bien, forma parte de una caja de herramientas cuya utilidad depende de las situaciones y los propósitos buscados. Ahora, el análisis sí debería invariantemente, sobrepasar el acostumbrado énfasis en el dominio del lenguaje técnico y las consabidas cualidades corporales del danzante, para invadir zonas menos veneradas en el discurso coreográfico de la danza escénica.

Ahora, las llamadas genéricamente "danzas folklóricas", al menos en sus bases teórica-metodológicas, poseen evidentes diferencias con la danza académica (ballet o danza moderna-contemporánea), con muchos bailes de salón como el tango, el vals, el paso doble; incluso, con danzas urbanas de fuerte raíz popular (como el break dance o el voguing). Las danzas folklóricas están compuestas por aquellas manifestaciones rítmico-cinéticas que forman parte de la tradición viva, dentro de las cuales se podría distinguir un extenso panorama de formas y significados. Aunque es notable su motivación religiosa y acomodo simbólico a las divinidades o seres sagrados, ejecutadas en un contexto festivo, ceremonial de carácter mágico religioso. Desde esta perspectiva, tiene como función básica al vehicular el trance y la posesión, instancia de comunicación con las divinidades para obtener de ellas aquel beneficio (directo o indirecto) que los creyentes procuran.

Aun así, su escritura espectacular (como en toda la danza escénica) estará igualmente condicionada por ese dominio y reordenamiento de los dispositivos que, desde la coreografía, redimensionan, subvierten, los propósitos discursivos de la creación. Tal como nos legara hace ya mucho tiempo Ramiro Guerra, en el ámbito de la creación artística inspirada en el lenguaje folklórico, “el artista manipula la tradición a su leal saber y entender: la toma, retoma, recrea y utiliza como sujeto de las más atrevidas lucubraciones, cuyo éxito o no, dependen del talento individual del creador”. Dicho de otro modo, sea cual sea la noción de puesta en escena escogida por el coreógrafo, la investigación y creación coreográficas deben prescindir de la contemplación formal modernista del movimiento corporal para transformarse en una práctica que busca conceptos y otros procedimientos estructurales; proceso de negociación donde la autorreflexión del creador realiza alianzas con informaciones “externas” a la danza misma.

Las jornadas teóricas, las clases maestras y muestras artísticas del Festival Olorum 2023 estuvieron guiadas por la máxima “La danza folklórica también se piensa”; de donde podemos deducir que, para el análisis funcional de esta práctica, la pertinencia del contexto sociocultural en donde ellas se inscriben, supone un factor esencial de distinción entre aquellas que poseen íntimas raíces históricas en el pasado y han ido evolucionando con los acontecimientos históricos y las circunstancias culturales, de modo que conectan con la realidad del grupo en su pasado y presente; y aquellas otras que, redimidas del olvido histórico, se tratan de reconstruir lo más fielmente posible en la forma a las del pasado, pero han perdido parcial o totalmente para sus actores y espectadores el sentido simbólico que tuvieron en su origen. Por ello, constituirá su puesta en escena el modo más orgánico de preservar la memoria viva de la danza en los escenarios. Pero, no desde la banal reposición arqueológica o historicista, sino más bien, desde la proposición intencionada de la creación contemporánea que producirá “lo nuevo” solo desde la memoria vívida de lo pasado.

Entonces, son muchas y diferentes las correlaciones que se manifiestan en la tenencia de un cuerpo en juego y de una corporalidad danzante para asumir la creación coreográfica en la danza escénica inspirada en el lenguaje folklórico. Pero, ¿dónde ese cuerpo en juego se devuelve compositivamente?

¿Cómo hacer para que las historias y leyendas pasadas, un patakín de algún orisha, se vuelva acción activa en la danza folklórica que hoy hacemos? ¿qué necesitaría la coreografía en la danza folklórica para activar la percepción del lector-espectador? Olorum 2023, bajo la concepción y dirección del maestro Reinaldo Echemendía, el Ballet Folklórico de Camagüey y el Consejo de las Artes Escénicas en el territorio, logró registrar, analizar e impulsar el hecho creativo que es la danza folklórica aun cuando haya que pasar la página y abrirnos hacia una perspectiva que dialogue con el presente. En la amplificación del tratamiento escénico de la danza inspirada en el legado musical y danzario folklórico, seguirá latiendo el impulso de portadores, fundadores y aquellas voces que nos enseñaron que “el folklore es un río de aguas siempre renovadas”.

 


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