Función social del museo: Patrimonio revelado


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En una jornada de enriquecedores intercambios el Museo Municipal de Playa “Marcha del Pueblo Combatiente” concluyó el XXI Coloquio “Función social del museo”.

El evento no solo recogió ejemplos de los resultados de la labor de instituciones del territorio y la participación ciudadana, sino que señaló un camino que debe ser cada vez más transitado por nuestra sociedad. La sociedad es el conjunto y el conjunto tiene necesidades y posibilidades semejantes, pero a su vez diferentes, que hay que tener en cuenta. Diversas son las vías, pero ellas son válidas si nos llevan a las raíces y a la unidad.

El patrimonio cultural y natural heredado tiene que ser divulgado y conservado parar poder educar en la formación de reales valores materiales y espirituales. Por eso eventos de este tipo son válidos, pues contribuyen a la unidad del barrio y fortalecen el sentido de pertenencia. 

Entonces se necesita cada día mayor participación, mayor y mejores opiniones sobre el decursar cotidiano en la comunidad. En ello va el futuro pues consolida los cimientos, ahí está también la democracia.

La participación y la creación productiva y espiritual desde el barrio, el desarrollo pleno de las iniciativas locales que beneficien a las mayorías, ahí también están nuevas oportunidades para el desarrollo.

De ello y más discurrió el XXI del Coloquio del Museo Municipal de Playa. En la conferencia inaugural el Dr. Marcos Tamames, profesor de Historia del Arte en la Universidad de las Artes de Cuba, recreó algunos momentos de la formación de museos en Cuba y sus antecedentes en los siglos siglo XIX y XX.

Uno de los hitos de este proceso fue la promulgación en 1979 de la Ley 23 sobre la creación de los museos municipales. Su proyección: que cada municipio debía tener un museo para socializar y difundir todo lo relacionado con el territorio comentó el especialista.

En su exposición refiere que ello es un reto, pues se conoce el mal momento por el que están pasando sus inmuebles, pero, y ello es importante, el Dr. Tamames consideró que la solución no está en cerrar los museos, sino buscar el inmueble con valor patrimonial para realizar la función para lo cual fueron creados.

En otro momento de su conferencia el profesor de la Universidad de las Artes en Cuba expresó el papel que jugó la creación de museos en las escuelas, y puso el ejemplo en la antigua “Flor Martiana”, hoy Escuela San Alejandro.

También señaló lo importante de la formación profesional y refirió la ayuda de los países socialistas en la formación de especialistas cubanos.

En la siguiente presentación, Anabel Romero, de la “Casa de las Tejas Verdes”, explicó que esta institución es un Centro promotor cultural para el estudio de la arquitectura moderna, contemporánea y futura.

Enclavada en el reparto Miramar, surgido en 1908 según la ponente, La llamada Casa de las Tejas Verdes finalizó su construcción en 1926. Esta elegante y edificación está enclavada a la salida del túnel en dirección Plaza de la Revolución-Playa, justo al comienzo de la 5ta Avenida. Su estilo proviene del Renacimiento alemán y en sus inicios tuvo dos chimeneas.

La especialista además expuso sobre la historia de la Casa y de sus propietarios y las características del inmueble, que pasó por un proceso de restauración entre 2005 y 2009. Por sus resultados la obra alcanzó el premio de esa categoría en 2010.

Para su decoración actual se tuvo en cuenta la colocación de objetos de época y la forma en que los dispuso su última dueña. Además existen piezas, cuadros y pinturas creados por diferentes artistas cubanos. También atesora, como acto de última voluntad, muebles del destacado músico Harold Gramatges Leyte-Vidal, quien fuera director de orquesta, compositor, pianista y profesor. Gramatges es considerado uno de los más importantes representantes de la creación musical cubana del siglo XX. Su labor pedagógica representó un invaluable aporte a la enseñanza musical de Cuba a través de seis décadas.

A continuación, Grisell Grass Velazco, de la Casa Compay Segundo, explicó que la Casa, aunque vinculada a la Empresa de la Música Ignacio Piñeiro, en la práctica es una casa-museo. Abierta al público en 2006, por iniciativo del hijo del destacado cantor, su principal objetivo fue mostrar la vida y obra del gran músico que fue su padre, quien cultivo la música tradicional cubana. Se exponen además pinturas que fueron donadas por diferentes artistas en el aniversario 100 de Compay.

Como parte de su función social educativa, mantiene vínculos con las escuelas del territorio, además de ser visita por nacionales y extranjeros.

El grupo musical creado con el nombre de Compay Segundo ha realizado giras por diferentes provincias dañadas por los eventos meteorológicos. Su proyección es preservar el legado de este querido músico y que las presentes y futuras generaciones cultiven este género como expresión del patrimonio musical de la nación.

Otra importante exposición fue la realizada por Ángel Graña, vicepresidente de la Fundación Antonio Núñez Jiménez, la cual fue creada de forma oficial el 16 de mayo de 1994, aunque ya existía la Oficina de Núñez que comenzó atesorando piezas de todos los viajes realizados por innumerables países por el eminente científico cubano, conocido también como “el cuarto descubridor de Cuba”.

Existen grandes colecciones de documentos, fotos, piezas precolombinas, fósiles, entre las cuales refirió Graña, existen dos objetos especiales; la canoa utilizada en la expedición del Amazonas al Caribe, y una nota escrita por Camilo al Che en la cual se hace referencia a unas armas que fueron entregadas por Núñez y su esposa a la columna del guerrillero heroico.

La Fundación mantiene vínculos con diversas escuelas e instituciones en su labor de promoción de la cultura de la naturaleza.

Al final de su exposición el vicepresidente Graña comenta un hecho de la expedición a la Antártida, en la cual él participó junto a Núñez, y refiere que allí fue izada la bandera cubana, que en su estrella llevaba plasmada la firma de Fidel.

Le correspondió el turno a Lourdes Rodríguez e Ileana Corella para explicar los usos que ha tenido el inmueble situado en 5ta Avenida y calle 14, también en Miramar.

Después del triunfo revolucionario, esta casa funcionó como oficina del Departamento de Seguridad del Estado (G-2). Posteriormente, atendió los planes de becas otorgados por la Revolución para que la población más humilde de Cuba pudiera realizar estudios que antes les habían sido negados.

Más recientemente, se decide entregar la instalación para la creación de un Museo de la Seguridad del Estado, y después de un período de restauración, que culminó el 13 de agosto de 2017, se convirtió en lo que es hoy, el Memorial de la Denuncia, donde se han incluido técnicas modernas de comunicación con el público. El carácter interactivo de sus salas le confiere un atractivo particular para conocer las agresiones a las que ha estado sometido el país.

Entre sus objetivos se encuentran, precisamente, divulgar las hechos que motivaron pérdidas y daños humanos a consecuencia del terrorismo. El Memorial dispone de otros servicios como una sala polivalente, ludoteca, biblioteca, sala de navegación, protocolo y cafetería, entre otros.

Esta institución también trabaja con la comunidad, realiza círculos de interés, presentaciones de libros y otras actividades político-culturales.

Finalizada las presentaciones se desarrolló un interesante debate, entre los que se destacaron como temas la importante labor de socialización de los museos e instituciones semejantes y el esfuerzo que se realiza para llevar a las escuelas la historia y la cultura del territorio.

También fue nuevamente enfatizado el papel que tienen los museos municipales en la sociedad, como los principales promotores de los valores patrimoniales de la comunidad. Es una forma de entretenimiento sano, cuando muchas veces no se sabe a dónde ir, y se repiten rutinas no siempre tan recomendables. Se adquiere cultura, se viaja en el tiempo y en el espacio, como una novela, pero donde la letra no es la del abecedario, ni la imaginación del lector, no es solo un símbolo como expresión del objeto, es el objeto en sí mismo, real, con lo cual se está más cercano a sus valores intrínsecos, a veces desconocidos y que el especialista nos lo revela.

Es la emergencia que surge de la palabra del museólogo para descubrirnos un mundo ignoto para el visitante, es la interpretación del patrimonio revelando el universo de la historia de la naturaleza y la cultura.


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