La Habana, 13 ene (AIN) Carlos Díaz, director de la Compañía Teatro El Público, ganó el Premio Nacional de Teatro 2015, conferido por un jurado presidido por la gran actriz Verónica Lynch.

Según Verónica, quien dio a conocer la noticia en conferencia de prensa en la Sala Adolfo Llauradó, Díaz es un teatrista integral, toda una institución, eminente pedagogo y renovador del lenguaje escénico criollo en varios aspectos, cuyos ensayos son clases magistrales y quien tiene la capacidad para reunir armónicamente generaciones de actores, en las tablas.

Carlos Díaz (Bejucal-1955), sobresalió, sobre todo, con su trilogía de teatro norteamericano, en la que versionó con irreverencia y talento piezas como Te y simpatía, Zoológico de cristal y Un tranvía llamado deseo, en 1992,  y a partir de las cuales fundó su Teatro El Público, con más de 40 piezas en el repertorio, la mayoría con récord de más de 100 funciones continuas.

Otras de sus memorables puestas en escena,  con las cuales ha merecido numerosos premios y reconocimientos son Niñita querida, de Virgilio Piñera,  Santa Cecilia, La Celestina, Noche de reyes, Ay, mi amor y Josefina la viajera, entre otras muchas que siempre son asediadas por un  público ávido del buen arte.

 Este gran artista tiene a su haber la Distinción por la Cultura Nacional, varios premios Villanueva de la crítica teatral y el de Maestro de Juventudes,  que otorga la Asociación Hermanos Saíz.

El jurado, integrado también por Carlos Pérez Peña, Juan Piñera, Osvaldo Doimeadiós y René Fernández otorgó la categoría de nominados a otros destacados hombres y mujeres del teatro como Xiomara Palacios, Fátima Patterson, Carlos Repilado y Dagoberto Gainza.

Este alto reconocimiento será entregado el próximo 22 de enero, cuando se celebra el Día del Teatro Cubano, en una gala dirigida artísticamente por Osvaldo Doimeadiós.

Merecen el Premio Nacional de Teatro quienes han dedicado toda una vida a ese arte milenario, con aportes e innovaciones a la escena criolla y que sean referentes esenciales del patrimonio espiritual del pueblo cubano.