Sueño de Isla se titula la más reciente entrega del laureado realizador Rolando Almirante, merecido homenaje al cantautor Gerardo Alfonso, figura trascendental de la cultura cubana.
“Las canciones de Gerardo forman parte de la banda sonora de nuestras vidas. Él lleva más de cuatro décadas entregando su arte y se merecía ya una película como esta”, expresó Almirante quien también se desempeñó como guionista del filme.
La premiere tuvo lugar este fin de semana en la Sala Chaplin y del 13 al 17 de julio podrá disfrutarse en el Multicine Infanta. El autor de Sábanas blancas luego de la proyección ofreció un emotivo concierto en el que participaron sus dos hijos.
En sesenta minutos el largo documental atrapa el oleaje intenso que define la vida y la creación de Gerardo Alfonso, sus desgarramientos y sus pertenencias, sus canciones que forman parte del patrimonio sonoro de la isla de Cuba, el recurso de la fantasía y la terquedad intelectual del que ha sobrevivido y sabe a quién debe la “sobrevida”. Contó con dirección de producción de Ernesto Prado, fotografía de Pedro Suárez y dirección de arte de Alejandro Ferro. Con el director conversamos en exclusiva minutos antes de la proyección, que contó con una amplia convocatoria.
¿Cómo surge la idea del documental?
Gerardo y yo nos conocemos hace muchos años y hemos participado en muchos proyectos juntos. Como sabes él estaba en el honorable staff que compartió espacio en el concierto que dimos por el 500 Aniversario de La Habana en el Gran Teatro que se llamó Cantares por La Habana. Muchos de sus temas como sabemos le cantan a La Habana. En esos días de interacción surge la idea de este documental.
¿Qué Gerardo te interesó abordar?
No es un filme biográfico, más que todo siempre me interesó de Gerardo su manera de pensar, su forma de abordar temas sociales, la cultura, los fenómenos que nos rodean y el contexto en el que estamos. No se pueden obviar los temas biográficos puesto que Gerardo ha estado en el pentagrama musical de nuestro país en los últimos cuarenta años. Hubo que indagar en los ochenta, los noventa, en su familia y los grandes momentos que él quiso destacar.
Si habláramos de retos y desafíos…
Se rodó antes y durante la pandemia, hubo que tomar decisiones porque además, entrada la pandemia, hubo momentos en que no sabíamos cómo íbamos a seguir o si íbamos a seguir. Entonces filmamos una escena que justificaba todo, en la que Gerardo muy simpáticamente justificaba todo lo que sucedía, habla de lo que estamos haciendo, de cómo empezamos y de lo que espera del filme.
¿Cuáles son los principales temas que abordas con esta entrega?
Los temas principales que abordo digamos son sus composiciones y cuáles son las líneas argumentales que llevan a Gerardo a construirse como artista y cómo su discurso, su narrativa ha ido con el tiempo y ha ido también auscultando los tiempos. Eso es lo primero, después hay otra arista del documental que contextualiza al artista en sus circunstancias y lo va llevando por distintos lugares, momentos y espacios en los que él ha sido parte. Esos son los ejes fundamentales.
¿Cómo valoras la experiencia y qué consideras aprendiste?
A Gerardo lo conozco por fortuna hace mucho y es un hombre de pensamiento. Creo que en los tiempos en lo que la vida nos dio la oportunidad de hacer este material aprendí mucho de él, de su filosofía: una suerte de mirada crítica a la vida y a sus circunstancias en una humildad profundísima. Creo que aprendí de su poesía, de su manera de enfrentar poéticamente la vida.
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