“El que no sabe honrar a los grandes
no es digno de descender de ellos”

                                                                                                                                                  José Martí (1883)[1]

Acaba de arribar al siglo de existencia una mortal que por su empeño y legado se ha convertido en deidad. María Teresa (Teté) Linares Savio, es umbral y antorcha del pensamiento musicológico cubano, conocer su docto aporte resulta ineludible para la comprensión de la cultura cubana.

Sapiencia y vehemencia han sido condiciones innatas de nuestra Teté, ello le ha permitido asumir importantes retos, investigaciones escudriñadas junto al apoyo constante del musicólogo y compañero de vida Argeliers León.[2] Imposible comentar sobre el antecedentes de la cultura musical de la isla sin mencionar al binomio León-Linares, unión imperecedera que trabajó incansablemente en el Instituto de Etnología y Folklore de la Academia de Ciencias aportando a la metodología antropológica desde la mirada de Fernando Ortiz.

Licenciada en Literatura y Lengua Hispánica con especialidad en Estudios Cubanos, Doctora en Ciencias del Arte, Profesora Titular Adjunta de la Universidad de las Artes e Investigadora Titular Emérita de la Academia de Ciencias de Cuba; esta sencilla mujer nunca abandona su vocación pedagógica y por ello se mantiene al tanto del quehacer musicológico cubano y le motiva orientar ofreciendo el testimonio de sus experiencias a las nuevas generaciones.

Ha impartido la docencia en todos los niveles de la enseñanza artístico-musical donde se le recuerda con cariño y admiración por sus excelentes clases en la búsqueda de elementos formativos del arsenal de la música popular cubana de origen africano y sobre todo por el fundamento de la música originaria de antecedente hispano: las variantes del punto cubano, las tonadas campesinas, el zapateo, la décima, entre otros interesantes procesos de la música en nuestro país. Así expresa recuerdos su alumno Miguel Barnet[3] (…) con ella aprendimos a disfrutar a María Cervantes, Bola de Nieve y Celina González, entre muchos íconos de la música cubana. Las clases de Teté en el Instituto eran bálsamos deliciosos que fueron formando nuestro gusto y afinando el oído(...)

También ofreció conferencias en entidades docentes como la Universidad de la Habana y en otras importantes instituciones académicas de Europa, África y América en las que mostró su copiosa labor investigativa sobre géneros, modalidades musicales e instrumentos de acervo hispano.

La labor docente de Teté siempre ha estado acompañada de su obra impresa, extensa bibliografía con énfasis en las raíces culturales de Cuba y Latinoamérica. Sus estudios son fuente precisa de conocimiento para el ejercicio formativo, investigativo y de cualquier otro interés en el Trayecto histórico de la música cubana, ¿Qué egresado de los diferentes centros de la práctica musical no ha tenido en sus manos el libro La música y el pueblo? ¿Quién no ha consultado La Música entre Cuba y España para conocer sobre el legado musical hispano en la isla? Orgullo de nuestra cultura musical, El Punto cubano –nombrado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por el Comité Intergubernamental para la Protección y Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial de la UNESCO–  ha tenido la gran dicha de ser descubierto a profundidad y revelado por esta prestigiosa musicóloga cubana.

Desde los inicios de su carrera fue merecedora de lauros que reconocen su trabajo investigativo. en el año 1958 obtuvo el Premio María Teresa García Montes de Giberga[4] por su ensayo Influencia española en la música cubana, por su incesante labor en favor de la cultura nacional ha recibido también el  Premio Nacional de Investigaciones Culturales 1999, Premio Internacional Fernando Ortiz 2000, Premio Nacional de Música 2006. Ha sido merecedora de múltiples condecoraciones del más alto nivel como la Orden “Félix Varela” –máxima condecoración que otorga el Consejo de Estado de la República de Cuba a las personalidades que han realizado extraordinarias contribuciones a la cultura artística y literaria– , Héroe del Trabajo de la República de Cuba en el año 2005, ha obtenido también las Medallas Romárico Cordero y Alejo Carpentier; las Distinciones Por la Cultura Nacional, Antero Regalado, José María Heredia y Raúl Gómez García y la Giraldilla de la Alcaldía de La Habana.

La dedicación profesional de la también Miembro de Mérito de la UNEAC por sus años dedicados a la presidencia de la Sección de Musicología de la Asociación de Músicos de dicha institución, no sólo incluye la contribución al crecimiento y la organización  la colección Fernando Ortiz en el Museo de la Música sino también su empeño por lograr el testimonio sonoro en colecciones invaluables de grabaciones del Cancionero hispano cubano, de la Canción Cubana Tradicional, de La antología de la música afrocubana y del Punto Cubano. Fungió también como productora musical en otros proyectos fonográficos dedicados a figuras como Sindo Garay, el Trío Matamoros, María Teresa Vera, Ñico Saquito, Joseíto Fernández, Barbarito Diez, Bola de Nieve, Benny Moré y Celina González, entre otros muchos. 

Para orgullo del gremio musicológico cubano María Teresa Linares Savio se mantiene activa como Vicepresidenta de la Fundación Fernando Ortiz sin perder el don de la noble entrega a la cultura musical de su país, por eso nos honrará siempre esgrimir razones para admirarla, quererla y apoyarla siempre.

Nota:

[1]     Frase escrita por José Martí en el artículo referido al estadounidense Washington Irving: destacado político, escritor, abogado, periodista de vasta obra literaria.

[2]     Argeliers León Pérez (1918-1991) Musicólogo, compositor, etnólogo y pedagogo cubano.

[3]     Miguel Barnet Lanza. Poeta, narrador, ensayista, etnólogo y político cubano, Presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y de la Fundación Fernando Ortiz1940