Con motivo de la reciente publicación de su libro La cruz que en tus ojos arde (poesía), y en evocación de su cumpleaños 77, el prestigioso y laureado bardo, Doctor Honoris Causa Pedro Péglez González, nacido en La Habana el 11 de julio de 1945 como Pedro Julio González Viera, será homenajeado el venidero sábado 30 de julio, durante la tertulia La Letra en Rosa, que conduce la también prestigiosa poetisa Luisa Oneida Landín Ramos.
El concurrido encuentro mensual, especialmente concebido para la comunidad y los vates del prestigioso grupo Ala Décima, creado y dirigido por Péglez, tiene como sede la Galería de Arte Mariano Rodríguez (Avenida Central y Final, Edificio 28, Villa Panamericana, municipio de La Habana del Este), y fue instaurado en mayo del 2008 por Luisa Oneida. En sus inicios fue conocida como La Tertulia del Tanque de Guerra Rosado, a causa de su sede originaria de La Finca de Leyva, un área agroecológica en medio del urbano reparto Bahía, del propio municipio.
Posteriormente se trasladó para la ya mencionada sala de exposiciones, con lo cual La Letra en Rosa reforzó su perfil de vínculo entre literatura y artes plásticas, que ha tenido un nuevo y feliz momento al ampliarse la conducción del espacio con Pablo Rigal Collado, escritor y especialista de ambas disciplinas, quien fuera director del Centro de Arte y Literatura Fayad Jamís y fundador de los Premios Farraluque y los Salones de Arte Erótico, o en Alamar, al este de la capital.
Hace poco tiempo Péglez recibió el título de Doctor Honoris Causa, otorgado por el Comité Honorario de Disertación Doctoral de la Alianza Marruecos México, AHCASA Marruecos, México y el Mundo. Ha sobresalido no solo como poeta, sino también como periodista e historietista. Es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec) y de la Asociación Cubana de Humoristas.
Actualmente se desempeña como jefe de Redacción y crítico literario en el periódico Trabajadores, y con anterioridad laboró en el semanario para niños Pionero, donde hizo periodismo y literatura para los infantes. También fue director de la Casa Editora Abril.
Es por ello que el nombre de Pedro Péglez González es conocido en los predios de ambos géneros, en los que ha publicado diversos artículos, versos y prosas para los más pequeños, entre los que se incluyen numerosas historietas. Controversia de Elpidio y Malacara, uno de los temas más gustados del filme Elpidio Valdés, el primer filme cubano de dibujos animados (1974), producido por el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, y dirigido por el cineasta Juan Padrón, considerado el padre de la animación cinematográfica cubana.
A la edad de 22 años, el prolífico intelectual galardonado además con la Distinción Por la Cultura Nacional, obtuvo su primer premio de poesía en el concurso 2 de diciembre y mención en 1968 en el certamen 26 de Julio. Por su obra en versos ha recibido otros premios y reconocimientos como dos premios Iberoamericano Cucalambé de décima escrita, en el 2000 y el 2004; el Premio Extraordinario del Concurso Nacional de Poesía Regino Pedroso, 2001; el Premio del Concurso Nacional de Poesía Regino Boti, 2002; y el Premio de décima en los V Juegos Florales, en Matanzas, 2006.
Ha publicado cerca de una veintena de libros sobre décima, ensayo y crítica, entre los que se destacan Canciones de abril y julio, 1983; Hacer y hacer, 1984 (ambos de poesía para niños); La ciudad como testigo (poesía), 1986; Elogio de un incansable predicador de la historieta, 1991; Glosa por ti (plegable de poesías), 1996; así como los volúmenes de poesía en décimas Los estertores del agua; Viril mariposa dura; (In)vocación por el paria, Premio Iberoamericano Cucalambé 2000; La noche es ella; y El ácana diluvia, todos en el 2001.
Sus cuadernos de poesía Últimas puertas podadas por la nieve, 2005; Donde dice primavera y es otoño, 2007; y Rumor de pan, 2008. En 2017 publicó Con diez que se quieran bien. Acercamientos a la actual décima escrita cubana (Editorial José Martí) donde confirma su interés —demostrado a lo largo de varias décadas de ejercicio intelectual—, por la llamada estrofa nacional. Todos con buena aceptación del público y de la crítica.
Los poemas de este bardo aparecen en numerosas selecciones publicadas en Cuba, España, Estados Unidos y México.
Péglez fundó el Grupo Literario Ala Décima, conformado por escritores decimistas de toda Cuba. La agrupación está adscrita al Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, del Ministerio de Cultura de Cuba. En 1993 creó La Peña de Luis y Péglez, en Alamar, un espacio comunitario para la promoción literaria y cultural, donde además se celebra anualmente la premiación del Concurso Nacional Ala Décima.
Vale apuntar que la décima cubana es uno de los elementos distintivos de la cultura y la literatura insular. Se trata de un sistema que incluye expresiones tanto de la oralidad como de la escritura. En 2017 la UNESCO incluyó al Punto cubano en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Importantes autores del país coinciden en reconocer la impronta de Péglez en la décima cubana. Al respecto, el conocido poeta Roberto Manzano expresó: “En los últimos veinte años han transcurrido hondas transformaciones en la décima escrita cubana. Uno de los artífices de esos cambios es, sin lugar a dudas, Pedro Péglez González. Ya, a esta altura de esas transformaciones, goza de reconocimiento su extraordinaria contribución, al menos entre los cultivadores de esta modalidad estrófica, de tanta importancia en nuestra cultura nacional.
“A lo largo del país —agregó— su manera de expresarse ha incidido fuertemente, y la posesión de una voz incambiable le ha generado una cohorte de seguidores. En este terreno, donde hay muy buenos poetas trabajando, algunos de ellos con sostenida y creciente originalidad, su poesía exhibe unos registros personalísimos, en asuntos y formas, que le han granjeado los galardones más característicos del medio”
Péglez ha promovido el conocimiento de las nuevas vertientes dentro de la décima escrita, por lo que se ha convertido en una referencia imprescindible para el estudio de la literatura cubana.
El prestigioso poeta y crítico Jesús David Curbelo igualmente ha dicho que “a primera vista, pudiera pensarse que bajo estos presupuestos la poesía escrita en décimas tiene poco que hacer. Mas no es así. Lo demuestran las indagaciones presentes en Roberto Manzano, Pedro Péglez o Carlos Esquivel, cuyas décimas pluritemáticas y casi siempre deudoras del simultaneísmo compositivo heredado de Apollinaire y Pound, se mueven, encima, hacia la ruptura de los cánones tradicionales del octosílabo (hurgan en la prosa, en el eneasílabo, en el endecasílabo, en el alejandrino, en la polimetría) y de la rima (prueban con la asonante, con la arromanzada, con el verso blanco, con el monorrimo), en aras de la más absoluta ‘libertad’”.
Las líneas más generales del estilo de Péglez implican una ruptura con el esquema tradicional cerrado de la décima espinela (10 versos octosílabos con rima consonante ABBAACCDDC), dotando sus estrofas de una morfología caprichosa y asimétrica en muchas ocasiones. El poeta da cabida a cuanta forma posible encuentra para sus décimas: encabalgamientos, rimas asonantes, metros variados, uso de términos en otros idiomas, versos partidos sorprendentemente que otorgan un sentido “otro” a la idea.
A continuación ponemos a disposición de nuestros lectores uno de los poema de Péglez aparecidos en su libro (In)vocación por el paria, escrito como expresión de duelo por la pérdida de su amada, la escritora Yazmina Calcines Martínez (La Habana, 1957-1999). En este volumen incluye una sección con sus textos a ella, bajo el título de Para un retrato de Yazmina.
Otra balada para Evi
Yo también lloraría en tus rodillas
Pero no por mi Dios sino en tu nombre
por el ala perdida desde el hombre
que soy tan roto para tus sencillas
maneras de volar
Qué de escudillas
dio María a los perros
¿Las habrá
servido con tu mano?
(Un día quizá
se va a saber)
María nunca ha muerto
Lo atestigua tu luna en el desierto
vertiendo tanta lluvia
Tu agua va
tejiendo cielo al cielo
Todo está
bien
María no ha muerto
Su fortuna
es el agua en la arena
Mas la luna
llora desde tan lejos
Hasta allá
no llega este violín (¿todo estará
bien?) que muere de viernes en la orilla
de la tierra
Revienta la semilla
pero no se abre en árbol su balada
Lo atestigua algún pálpito en mi almohada:
Yo también lloraría en tu mejilla
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