Honradez y Revolución en José Martí


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“José Martí era de una modestia rayana en la pobreza; carecía de propiedades y dedicaba todo el tiempo disponible a organizar las vías para alcanzar la independencia de su patria y la felicidad de su pueblo. Veneremos a quien fue capaz de transformar en hechos las ideas y dejar para el futuro nuestro presente la concepción de una sociedad democrática y justa. Como él expresara: “Decir es hacer cuando se dice a tiempo, y honrar a los que cumplieron con su deber es el modo más eficaz que se conoce hasta hoy de estimular a los demás a que lo cumplan”.

“Estos son tiempos que no son sólo para admirar a quien fue capaz de pensar y actuar con tanta honestidad y previsión que su diario aún nos guía, sino también de conocer y estudiar sus análisis y advertencias, y no conformarse con señalar los males sino enfrentarlos. Para nosotros lo más trascendente no es la capacidad martiana de desentrañar dificultades presentes y futuras, sino de actuar --como él lo hizo--, para construir un país en el que cada ser humano disfrute del resultado de su labor y sienta y piense con espíritu de nación”.

Así destacó en su conferencia magistral “Honradez y Revolución en José Martí (1892-1895)”, el doctor Ibrahim Hidalgo Paz, Investigador Titular del Centro de Estudios Martianos (CEM), a partir de la presentación del libro de su autoría La tesorería del Partido Revolucionario Cubano, efectuada en el espacio Cultura y Nación, en la sede habanera de la Sociedad Cultural José Martí.

En otra parte de su intervención admitió que “la labor del Partido Revolucionario Cubano (PRC) no estuvo exenta de individuos quienes, a nombre de la causa de la libertad, pretendieron beneficios personales, aprovechándose de la confianza de aquellos que eran capaces de negar colaboración a una propuesta aparentemente desinteresada. Tales tendencias imponían la vigilancia del acatamiento de las órdenes ya impartidas, así como del empleo de cada centavo. En una carta a Antonio Maceo, de octubre de 1894, Martí le pidió su apoyo para “ir acumulando entre tantas bajezas y escasez los últimos recursos, para irlos empleando con prudencia”.

El connotado Investigador subrayó la reconocida oposición de El Maestro hacia una medida punitiva como es la pena máxima, sin embargo, en una ocasión dijo lo siguiente: “Acaso, es el único delito que justifique por la extensión del mal la pena de muerte el de deshonrar o perturbar las fuerzas útiles al rescate y purificación del pueblo en que nací”.

En relación con la citada actividad de recaudación de fondos para la lucha independentista, el doctor Hidalgo Paz significó en nuestro Héroe Nacional su criterio de que “un político consagrado a su pueblo y convencido de su misión de servirlo, sin aspiraciones de poder absoluto o de obediencia nacional o de enriquecimiento personal, entendía que: la base de la República de mañana está en la responsabilidad y publicidad de los actos del Delegado del pueblo. Así se funda la República. Yo no le tengo miedo a la República.

“Así procedía, continuó el disertante, quien no medraba a costa de la patria, sino se empeñaba en el engrandecimiento de ésta, sólo posible mediante la emancipación humana. Estaba en medio de los respetos de cada ciudadano. Otros podían alarmarse del juicio de sus compatriotas, pero no quien levantaba día a día cada elemento que conformaba la asimilación y las prácticas para el presente y el futuro de la nación”.

Asimismo y al referirse al elemento burocrático como tendencia negativa para la futura República, sumamente criticado por el Apóstol en sus escritos publicados en Patria, el connotado Investigador del CEM rememoró la siguiente cita para combatirla, y para que: “(…) no entre en la sangre de la República la peste de los burócratas, pues la vida burocrática es peligro y azote, porque sus intereses se convierten en una casta que defiende mutuamente los provechos y posiciones logradas. Con la casta vienen los intereses, las altas posiciones, los miedos de perderlas, las intrigas para sostenerlas; las castas se entre buscan y se hombrean unas a otras”.

En la actividad se hallaban presentes Rafael Polanco, vicepresidente de la SCJM y director de la revista Honda, entre otros directivos de dicha institución y de otras organizaciones martianas, al igual que un numeroso grupo de estudiantes de la Enseñanza Media.


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