Josefa Bracero es una mujer, camagüeyana, locutora de primer nivel, periodista e investigadora, Premio Nacional de Radio, y es también parte de esos rostros que se escuchan, de los que con tanto empeño ella ha estudiado y publicado, logrando aunar la memoria de la radio cubana. Y sí, lo ha conseguido, aunque es una tarea no terminada. De ello nos cuenta en una conferencia en Casa de Las Américas como parte del Centenario de la Radio Cubana.
“Me gustaba mucho leer, me gustaba hablar, y me presenté a una plaza de locución en Radio Cadena Agramonte. La radio fue mi compañera. Era mi enlace con el mundo exterior desde que yo vivía en el campo porque a través del radio, yo pude escuchar obras de la literatura universal. Libros que todavía no habían llegado a mis manos, pero que por ahí conocí a Federico García Lorca, y conocí a Ibsen y conocí a grandes de la literatura mundial”, así expresaba en una entrevista para el programa televisivo Con dos que se quieran, que condujo Amaury Pérez.
Así empezaba para Josefa un camino autodidacta y feliz que le dio la oportunidad de ser ella misma a través del éter. Siempre buscó mejorar la calidad estética de la programación radial, sobre todo por 19 años y 4 meses mientras fue Vicepresidenta a cargo de la radio del otrora Icrt. Confiesa que ella no inició nada nuevo, sino que continuó la tradición de la buena radio hecha en Cuba.
Conoció en los pasillos a encumbrados radialistas como a Vázquez Gallo, Roberto Garriga, Carballido, Núñez Rodríguez, Germán Pinelli, Oscar Luis López, Isabel Aida Rodríguez, a Marta Jiménez Oropeza, a Reinaldo Infante y muchos otros.
“Rostros que se escuchan”, “Otros rostros que se escuchan” y “Estos rostros que se escuchan”, publicados bajo el sello de la editorial Letras Cubanas, son una trilogía de entrevistas a los protagonistas radiales, rostros que reconocemos por su grata voz, pero no sabemos cómo lucen.
Mientras que su otro libro “Silencio… se habla” (Editorial Pablo de la Torriente Brau), que no quiso ser un libro histórico sobre la radio, se ha escogido por la Facultad de Comunicación como parte de sus bibliografías de estudio. Cuenta la historia radial de los años 60 en adelante.
La obra reúne testimonios de más de 150 mujeres que en Cuba han sido voces líderes del sistema de la radio y la televisión cubanas.
Otro de sus publicaciones es del sello editorial Capiro “Mujeres locutoras en Cuba”. La obra reúne testimonios de más de ciento cincuenta mujeres que en Cuba han sido voces líderes del sistema de la radio y la televisión cubanas.
En la conferencia, Josefa nos dice que el Ministerio de Cultura fue un promotor de que recién graduados de Historia del Arte y Musicólogos llegaran a las emisoras para conjugar ese conocimiento universitario con los autodidactas de la radio y así enriquecerla aún más. También resalta la competitividad sana que otorgó el Festival Nacional de la Radio. “Las emisoras se esforzaban muchísimo más, musicalizaban mejor, hacían otros géneros periodísticos, querían que sus programas fueran los escogidos”.
Para culminar nos dice y parece más una sentencia que un dicho:
“En 100 años una generación se va de la radio, pero llega otra y a esta le toca preservar el rostro inmarchitable de la palabra”.
Josefa Bracero
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