Desde la boliviana Santa Cruz de la Sierra, terruño en el que por vez primera abrió los ojos a las maravillas de la luz, Pilar Rubí (1976) llevó por varios países sus cámaras fotográficas y ansias de aprehender todo cuanto la rodea, hasta arribar a Cuba en 2012. “Verdadera Isla de las maravillas”, llama al lugar donde desde entonces permanece, atrapada por su historia y las pasiones de quienes lo habitan.

De esta especie de embrujo analítico ha dado fe en exposiciones como De mujer a mujer (2013) en la que nos trasladó a la íntima cotidianidad de Yanet, una cubana común; en Malecón No. 1 (2014) y su prolongación La permuta que fue (2016), con imágenes poco glamurosas de La Habana y sus gentes; o en Rostros del flamenco (2014) y Geometría de los cuerpos (2016), en las que trató de revelar el mundo interior de bailaores y ejecutantes del ballet clásico.

Acompañando este sondear en individualidades y contextos que trasciende notablemente el epidérmico y muchas veces folklorista encuadre del visitante de paso, la artista mantiene una búsqueda incesante en las técnicas de la fotografía, expresada en la mezcla del decimonónico colodión húmedo con la Polaroid y el uso del lienzo para la impresión de sus fotos.

Un breve resumen de todas estas búsquedas es Con presunta calma, muestra que se encuentra abierta en las Salas Jean Valjean y Gavroche de la Casa Víctor Hugo, en La Habana Vieja, hasta el 18 de mayo próximo.

Aunque Las técnicas poco importan hoy en día es el título de una de las piezas allí exhibidas, la fotógrafa destinó el espacio que recuerda al pequeño Thénardier de Los Miserables a una instalación en la que muestra sus antiguas cámaras analógicas de fuelle, estudios por ella realizados para distintas técnicas y hasta un pequeño laboratorio desmontable.

Es solo aparente la calma que deja traslucir cualquier creador. Más aun los que se comprometen con la realidad que los rodea y no cesan de intentar nuevos caminos y lenguajes para dar cuerpo a sus ideas, sus esperanzas y angustias. Tal es el caso de Pilar Rubí.