Alrededor de mil artistas de unos cuarenta países mostrarán sus obras en diferentes espacios de la ciudad durante la XII Bienal de La Habana, lo cual convertirá a la capital cubana en una inmensa galería de cuyo disfrute será difícil quede exento cualquiera que transite por sus calles a partir del próximo día 22, en que será inaugurada.

Así trascendió este sábado en la conferencia de prensa que ofrecieron Rubén del Valle Lantarón, presidente del Consejo Nacional de las Artes Plásticas y de la Bienal; Jorge Fernández Torres, director del evento y del Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam y Margarita González Lorente, su subdirectora.

De la anterior cifra, unos trescientos creadores expondrán en lo que se considera el núcleo central de la cita, en tanto que el resto estará vinculado a las muestras del programa colateral o recibiendo en los estudios donde laboran a los interesados en conocer, de primera mano, detalles de su quehacer.

La apropiación de lugares públicos, un concepto multidisciplinario de la creación, el propiciar la inserción social de la obra y la aparición de nuevos espacios ciudadanos de participación, son algunas de las características de esta edición que se desarrollará hasta el 22 de junio próximo bajo el lema Entre la idea y la experiencia.

Para los organizadores de la Bienal esta ha comenzado desde hace varias semanas con la llegada al país de muchos de los artistas interesados en familiarizarse con los contextos donde quedarán ubicadas sus piezas.

En tal sentido Jorge Fernández destacó cómo un creador de la talla del francés Daniel Buren, considerado el padre del arte público, emplaza su obra en la estación del tren de  Hershey, mientras la chilena Guisela  Munita trabaja en el embarcadero de Casa Blanca, ultramarina localidad que ha visto beneficiado su entorno gracias a las acciones del evento.

Asimismo expuso muchos otros ejemplos que ilustran el carácter multidisciplinario y la incidencia comunitaria de la cita como los proyectos colectivos Ópera Cubanacán, M.O.R. Museo Órganico Romerillo o el Taller Arte, Arquitectura y Diseño del Barrio Colón.

De igual forma fueron mencionadas en el encuentro con la prensa algunas de las acciones del programa colateral, entre ellas el proyecto Detrás del Muro, que en su segunda edición comprenderá más de cincuenta proyectos en el Malecón desde la Puntilla hasta el Parque Maceo o la megaexposición Zona Franca, en el Parque Histórico Militar Morro-Cabaña.

Una propuesta totalmente revolucionaria.

Al intervenir ante la prensa acreditada al evento Rubén del Valle Lantarón señaló que, en su empeño por renovarse, en la presente edición la Bienal trae una propuesta curatorial totalmente revolucionaria que niega incluso su propio modelo de la gran exposición y va a la búsqueda de los intersticios de lo social, lo interdisciplinario, la comunidad, las personas, los micropúblicos.

Dijo que, por otro lado, es la principal plataforma de proyección internacional del arte cubano contemporáneo, por lo que habrá un amplísimo programa colateral de exposiciones capaz de mostrarlo en toda su diversidad y calidad.

Apuntó que en el actual contexto global donde para muchos el arte es patrimonio de las grandes elites, nuestra Bienal ratifica que el mismo pertenece a la sociedad y que, junto a la cultura, son elementos indispensables para la transformación del ser humano.

“Es por ello, dijo, que para nosotros el principal destinatario, el principal interlocutor es el público cubano en su más amplio sentido”.

Subrayó que en un contexto de crisis económica internacional la celebración del evento será posible gracias a la voluntad de los artistas extranjeros, muchos de los cuales han pagado sus gastos de viaje y de producción de las obras.

También gracias al entusiasmo de los creadores del patio y a la colaboración de todas las instituciones de la Capital, no solo de las pertenecientes al Ministerio de Cultura.

“Toda esta fusión de voluntades hace posible que La Habana nuevamente  se convierta en  espacio para una gran fiesta de los sentidos, de la belleza, de la inteligencia y de la poesía”, concluyó.