La Danza, como arte que ocasionalmente puede reunir en un mismo espacio a personas de las más diversas formas de asumir la vida; y la ciudad, por él identificada con un hogar capaz de despertarle indistintamente amores y odios, se entrelazan en la exposición Habana sensual. Ciudad clásica, primera personal que en la capital realiza Gabriel Dávalos (1981).
Abierta al público en el Palacio de Lombillo hasta el próximo 27 de febrero, la muestra reúne veintiséis fotografías de mediano formato, en blanco y negro, seleccionadas por la curadora Yessi Montes de Oca entre las sesenta que integran la serie homónima, publicada ya en un libro por Ediciones Cubanas, de ARTEX.
Contar la historia de los bailarines cubanos de ambos sexos, en cualquier parte del mundo en que residan, es el propósito del trabajo que desde hace unos cuatro años viene realizando de forma sostenida Dávalos, tras su paso como periodista profesional por el diario Granma y el televisivo Canal Habana, entre 2005 y 2010.
No obstante haber captado imágenes similares en otras urbes dentro y fuera del país, en la muestra inaugurada en la parte más antigua de la ciudad todas las fotos tienen como escenario nuestra capital, aunque los modelos integran compañías nacionales o foráneas.
Remiso a desviar sus escasos recursos hacia los costos de una exposición personal, el que empezara esta labor con una cámara fotográfica prestada apostó por hacerse de una galería virtual en su página de Facebook, la cual le ha abierto las puertas de galerías en España y los Estados Unidos.
También ha participado en muestras colectivas en Corea del Sur y La Habana, en tanto que el pasado año obtuvo el colombiano Premio de Fotografía Urdimbre: Danza en la red.
Fiel a sus criterios en cuanto a lo razonable de una inversión semejante y con el propósito de mostrar que vale la pena intentarlo con los recursos de que se disponga, la recientemente inaugurada en el Palacio de Lombillo es calificada por Dávalos como “una exposición de bajo costo”.
Impresiones hechas en cualquier Photo Service de La Habana, ausencia de cristales, pitas para colgar y apenas el empleo de diafragmas sencillos, no restan mérito alguno a las imágenes que con gusto nos presenta, las cuales lo revelan como un artista de alta valía.
Deje un comentario