El 18 de mayo es el Día Internacional de los Museos y como muchas otras conmemoraciones, festividades, onomásticos, celebraciones y fechas significativas, este año, se recordará de manera distinta a como habitualmente se acostumbra, pues la Covid-19 nos lo impone.

De todas formas, el aislamiento social –principal antídoto contra esta pandemia– será sólo físico, pues la comunidad de museólogos, museógrafos, conservadores patrimoniales, restauradores, veladores, archiveros y otros oficios y especialidades vinculados a los museos, celebrará la ocasión con el acercamiento social psicológico y sentimental que les caracteriza.

En Cuba, la fecha siempre es motivo para recordar a los pioneros de la museología en el archipiélago: el Museo Bacardí, en Santiago de Cuba; el Oscar María de Rojas, en Cárdenas, Matanzas; el Museo Antropológico Montané, de la Universidad de La Habana; el Museo Nacional de Bellas Artes, también en la capital… y también para significar que probablemente haya sido este país el único que se propuso contar con un museo público en cada municipio mediante la Ley 23 de 1978 con lo cual cada cubano tendría su museo local y el acceso al conocimiento mediante la exposición de objetos, documentos y colecciones de valor.

Pero latente aún en nuestros corazones la celebración del medio milenio de la fundación de la villa de San Cristóbal de La Habana, me gustaría reflexionar sobre La Habana actual, que es mucho más que la originaria villa, mucho más también que la gran ciudad en que se convirtió, es una megápolis, una región metropolitana que conurbó a varias ciudades, villas y poblados en torno a la gran ciudad y tejió un entramado de 460 pequeñas unidades espaciales urbanas, suburbanas y semirrurales más un 40 % de su territorio provincial rural con bosques, praderas y sembradíos y la convertido en un enorme museo de 727 kilómetros cuadrados.

La capital de la república cuenta hoy con 76 museos para disfrute de sus habitantes permanentes u ocasionales y sus visitantes del resto de la nación o del extranjero. El Museo de la Ciudad, fundado por el historiador de la misma Emilio Roig de Leuchsenring tras su nombramiento en 1935 ha crecido con la obra de su sucesor Eusebio Leal Spengler con tal magnitud que la Dirección de Patrimonio Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad abarca 54 instituciones culturales, en todas presentes, la actividad museológica.

Francisco Fina García fundó un museo en la ciudad de Santiago de las Vegas –entonces término municipal– en 1954, de corta duración y diez años más tarde, el 26 de julio de 1964, la otrora villa de Nuestra Señora de la Asunción de Guanabacoa, inauguraba por iniciativa del dirigente político y promotor cultural José Luis Llerena, su Museo Histórico, el decano de los museos municipales actuales en La Habana con la excepción, por supuesto, del Museo de la Ciudad.

Pronto vería la luz, en 1982, el Museo Eduardo Gómez Luaces, de Regla, obra de su fundador y por muchos años director, Pedro Cosme Baños y le seguirían otros, como el Museo del Cerro, el de Marianao; el de Playa que se fusionaría con el Museo de la Marcha del Pueblo Combatiente; el de La Habana del Este, inaugurado en el fortín No. 2 de la defensa costera, y trasladado después para la playa de Guanabo; el Museo de Arroyo Naranjo, el Mueso de Diez de Octubre, el de Boyeros, ubicado en la ya mencionada Santiago de las Vegas y el de San Miguel del Padrón.

Existió un Museo Municipal de Plaza de la Revolución, en la sede actual del Centro Provincial de Patrimonio Cultural en las calles 13 y 8, en el Vedado y se fusionó más tarde con el Museo Máximo Gómez, en la Quinta de los Molinos. El Cotorro fue de los últimos municipios en contar con una sede para su museo. La Lisa se vio obligada a cerrar su museo por peligro de derrumbe de su instalación y Centro Habana aún anda explorando donde fijarse sedentariamente.

Hay varios museos dedicados a personalidades históricas y célebres en la capital, comenzando por la Casa natal del Héroe Nacional José Martí y otras casas natales como la del Comandante Camilo Cienfuegos en la barriada de Lawton, en Diez de Octubre y la de Juan Manuel Márquez, en el poblado de Santa Fe, en Playa. La casa del escritor insigne José Lezama Lima, en el barrio centrohabanero de Colón; el apartamento de los hermanos Abel y Haydée Santamaría Cuadrado en el Vedado; la vivienda del pintor Carlos Henríquez, que es el Museo Hurón Azul, en el reparto Callejas, de Arroyo Naranjo; el Museo Juan Gualberto Gómez –en el antiguo Bufete de Nicolás Azcárate, donde trabajó junto a su hermano del alma José Martí– y las casas de Félix Varela y Francisco de Arango y Parreño, entre otras, en el centro histórico de San Cristóbal de La Habana; la Finca Vigía, Museo Ernest Hemingway, en San Francisco de Paula, municipio de San Miguel del Padrón; la casa museo donde viviera Jesús Menéndez Larrondo, en el Ensanche del Vedado; las tres casas del Che, dos de ellas museos: en la playa de Tarará y la de la fortaleza de La Cabaña, donde además, está su Comandancia, también museo y la tercera casa en Nuevo Vedado, formando parte del Centro de Estudios Ché Guevara. El Museo Napoleónico…

Hablar de museos en La Habana nos obliga a mencionar al Museo de la Revolución, el de la alfabetización, al Parque Histórico-Militar Morro-Cabaña, el de los bomberos, el Museo Memorial de la denuncia, el Memorial José Martí en la Plaza de la Revolución, el de Artes decorativas, el de las comunicaciones y otros.

Pero la región metropolitana de La Habana es todo un museo, ella en sí misma, como megápolis. El centro histórico urbano de la villa de San Cristóbal de La Habana y las fortalezas del primer sistema defensivo, son Patrimonio Cultural de la Humanidad, pero otro centro histórico urbano (CHU) es Monumento Nacional, el de la villa de Nuestra Señora de la Asunción de Guanabacoa y también lo es la Unidad Vecinal No. 1 de La Habana del Este, Ciudad Camilo Cienfuegos. Además, poseen valores históricos y patrimoniales, los CHU del pueblo de Regla, ciudad condal de Santa María del Rosario, ciudad de Marianao, los pueblos de Cojímar, Santa Fe, Cano y Campo Florido, los repartos Carmelo, Vedado y Medina y como parte de la arquitectura contemporánea: los repartos Kolhy y Nuevo Vedado. Como arterias: la Calzada del Cerro y sus casas-quintas aledañas; la Calzada de Diez de Octubre; la 5ta Avenida de Miramar desde el río Almendares hasta Monte Barreto y el área aledaña desde la costa hasta la Avenida 9na; el Malecón histórico desde la Punta hasta el Parque Maceo y el Paseo del Prado, aunque este está incluido en el área de Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Hay áreas naturales protegidas como la del Gran Parque Metropolitano de La Habana, el Parque Ecológico Monte Barreto, el Rincón de Guanabo, el río y la laguna de Itabo, el estuario del río Cojímar y las presas La Zarza y la Coca.

La Habana es un museo extendido a casi toda su geografía, galardonada por el mundo como Ciudad Maravilla y, por tanto, entre tantas fechas que la recuerdan está el Día Internacional de los museos.