La unidad en la diversidad de la nación cubana, se expresa en primer lugar, en su cultura, forja de un mestizaje de elementos provenientes de varios troncos raigales. Definitivamente de ese proceso de transculturación emergió un pueblo cuyos integrantes se diferencian entre sí por una variedad de tonalidades de piel y por tradiciones, costumbres y hábitos regionales y locales pero con regularidades que uniforman ese amplio espectro en lo que hemos dado en llamar la cubanía y la cubanidad.
Hombres y mujeres de piel cobriza, blanca, negra, parda y amarilla; de diversos orígenes étnicos y continentales: nativo-americanos, europeos, africanos y asiáticos, aportaron a la construcción de la identidad cubana desde el arte y la literatura, la ciencia, el deporte, la religiosidad o en su decisiva participación en los procesos de emancipación política y social.
Sin embargo, a lo largo de la república neocolonial -que sustituyó en la forma y muy poco en el contenido- al pasado colonial, el reconocimiento en construcciones conmemorativas e identificación de sitios de personalidades históricas de piel negra, parda o a los aborígenes, fue insuficiente y por mucho que en 62 años, el poder revolucionario ha tratado de revertir esa realidad aún es insuficiente.
Antes del triunfo de la Revolución fue imposible desconocer al mayor general Antonio Maceo Grajales, Lugarteniente General del Ejército Libertador a quien se le dedicó el mausoleo del Cacahual junto a su ayudante Panchito Gómez Toro, una majestuosa estatua en un parque habanero que lleva su nombre así como varios bustos y calles en pueblos y ciudades. En memoria de su hermano José, “el León de Oriente”, se erigió otro mausoleo en Loma del gato, donde cayera y a la madre de la estirpe, Mariana Grajales Coello, una escultura en el parque Medina, en el Vedado habanero, identificado desde entonces como parque Mariana Grajales.
Al general de división Quintín Bandera Betancourt, el escultor Florencio Gelabert le dedicó una estatua en el parque Trillo, en el proletario barrio habanero de Cayo Hueso. A otros próceres negros y pardos, aisladamente se les dedicó algún busto o se renombró alguna calle o barrio. Por lo general, donde se les recordaba era en escuelas públicasy sociedades culturales y de recreo precisamente para negros y mulatos, con sus nombres.
Debe resaltarse, después del triunfo de la Revolución, en la provincia de Santiago de Cuba, el conjunto escultórico al cimarrón, en la localidad del Cobre y otro, dedicado al general Antonio, en la Plaza de la Revolución que lleva su nombre en la ciudad héroe, ambas obras del escultor Alberto Lescay Merencio. Igualmente a Doña Mariana, su nombre y escultura en la Plaza de la Revolución de Guantánamo.
En Triunvirato, municipio de Limonar, en la provincia de Matanzas, se inauguró el 25 de julio de 1991, el monumento al esclavo rebelde por iniciativa del escultor Agustín Drake Aldama y la participación de otro escultor, Enrique Moret. Este conjunto escultórico, declarado Monumento Nacional se le dedica esencialmente a Carlota, la mujer esclava lucumí que dirigiera el 5 de noviembre de 1843 una sublevación antiesclavista y cuyo nombre se le diera a la misión militar internacionalista en Angola (1975-1991): Operación Carlota.
Todo esto y más, se abordó en una reciente reunión de la Comisión Nacional del Programa Nacional contra el racismo y la discriminación racial, presidida por el presidente de la república Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
En el encuentro, el Grupo Coordinador Ejecutivo de la Comisión Nacional presentó una propuesta, aprobada a la postre, para que, en cumplimiento del objetivo específico número 6 del programa, agrupar en un subprograma de la memoria histórica a todas las ideas conceptuales, proyectos y acciones, hasta ahora aislados, que se llevan a cabo en la esfera de las construcciones conmemorativas y el patrimonio construido para resaltar el legado cultural africano, los aportes de nuestros pueblos originarios, la diversidad cultural cubana, personalidades o sujetos colectivos no blancos en la historia y la cultura del país, como reza el texto del objetivo referenciado.
El Programa Nacional contra el racismo y la discriminación racial fue aprobado por el Consejo de Ministros el 20 de noviembre de 2019, y un resultado trascendente fue lograr, sin un nombramiento oficial en el orden jurídico, el reconocimiento social definitivo de Mariana Grajales como “Madre de la Patria” superior a los epítetos de Madre de los Maceo y Madre de todos los cubanos, empleados tradicionalmente.
En la reunión de esta ocasión se analizaron los dos proyectos de plazas y conjuntos escultóricos que recordarán a José Antonio Aponte y Ulabarra, precursor de las luchas independentistas y abolicionistas: Regreso de Aponte y Rebelión de Aponte, en los municipios de Santa Cruz del Norte y Centro Habana, de las provincias de Mayabeque y La Habana, respectivamente, de las autorías de Alberto Lescay Merencio y René Negrín Méndez, respectivamente. Estas esculturas homenajearán los sucesos de 1812 en los sitios aproximados en que ocurrieron. La primera, el levantamiento de Aponte el 15 de marzo en Peñas Altas y la segunda, su ahorcamiento, decapitación y exhibición de su cabeza enjaulada, el 9 de abril, en su casa de vivienda y se trabaja con vista a su posible terminación en 2022, el año del aniversario 110 de la gesta.
En la ya comentada reciente reunión del Programa Nacional contra el racismo y el discrimen racial se evaluó también la marcha de dos proyectos en memoria de Quintín Bandera: el centro cultural que se construye en su última morada en la barriada capitalina de Jesús María y la remodelación del obelisco que lo recuerda en el sitio en que inmolado en las cercanías de Guatao, obras previstas a concluir para el verano de 2021 con vista a los 115 años de su asesinato.
Otro de los aspectos abordados fue el renombramiento con sus nombres de las calles que vieron nacer en Guanabacoa a las glorias de la música cubana: Rita Montaner “La Única”, Ignacio Villa “Bola de Nieve” y Ernesto Lecuona así como el proyecto del parque dedicado a los tres grandes en el centro de la histórica villa.
La idea conceptual para una futura escultura a los cinco miembros anónimos de la sociedad secreta Abakuá que cayeron en defensa de los ocho estudiantes de Medicina mártires del colonialismo español el 27 de noviembre de 1871, fue otro de los proyectos analizados así como el mantenimiento sostenible al monumento del esclavo rebelde en Triunvirato.
Quedaron sólo mencionados para posteriores análisis, ideas conceptuales aún no aterrizadas en proyectos como una escultura a Juan Francisco Manzano, el poeta esclavo y a la protesta armada del Partido Independiente de Color, ambas en la capital de la república así como un conjunto escultórico para recordar a la matanza de Caonao y la resistencia aborigen, en la ciudad de los tinajones.
El subprograma de la memoria histórica dentro del Programa Nacional contra el racismo y la discriminación racial, se añade con proyectos concretos y en marcha, a los resultados tangibles que ya se registran en aras de alcanzar toda la justicia social posible.
*Director de la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos de la provincia de La Habana y vicepresidente de la Comisión José Antonio Aponte de la UNEAC.
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