La NT trazó pautas y rumbos «a la manera de los tiempos que se vivían y lo supo hacer con poesía»

El Periódico Cubarte desde el pasado mes de noviembre ha venido publicando semanalmente, a modo de homenaje, entrevistas a propósito del aniversario 50 de la fundación del Movimiento de la Nueva Trova cubana, cuyas canciones han sido a lo largo de este tiempo himnos de amor, del amor grande, el amor a todo, y muchas conservan, a pesar del paso del tiempo, esa cualidad.

Hemos tenido la suerte de contar con las evocaciones y apreciaciones de notables trovadores cubanos de diferentes generaciones, entre ellos, Augusto Blanca, Gerardo Alfonso, Frank Delgado, Angelito Quintero, Marta Campos, Heydi Igualada, Inti Santana, Adrián Berazaín, o líderes e integrantes de formaciones pertenecientes al movimiento como Luis Llaguno, del Grupo Nuestra América, Adolfo Costales, de Mayohuacán, y Tomás Rivero de Moncada.

Igualmente han accedido a participar en ese proyecto, periodistas y críticos como Norberto Codina y Pedro de la Hoz, la reconocida artista de la plástica Diana Balboa, el destacado productor musical Enrique Carballea y la admirada doctora Mildred de la Torre Molina.

En el caso de esta semana, el Periódico Cubarte publica una entrevista a Roberto Novo (Cienfuegos, 1962), integrante del reconocido dúo Los Novo, agrupación considerada cronista de la vida de su ciudad natal y poseedor de una larga y constante trayectoria artística que se inició en el año 1982.

Coincide la crítica especializada en resaltar la solidez estética de este dueto, que ostenta un sello identificable y con una producción autoral de alta significación por parte de ambos trovadores, que aborda un amplio abanico de géneros: son, bolero, canción, guajira y guaracha, con temas que incitan a la reflexión desde la poesía y con la utilización del humor en muchos casos en el abordaje de la realidad inmediata.

De Los Novo ha dicho Pedro de la Hoz: «Han realizado un singular trabajo de composición inspirados en temas locales cienfuegueros, lo que les ha valido para ser reconocidos como Cronistas musicales de la ciudad».

¿Su primer recuerdo del MNT llega junto a qué figura?

Mis primeros recuerdos del MNT llegan con mi hermano Pedro, que ya desde sus estudios en el pre-universitario fue audicionado y seleccionado para integrar el movimiento, y a partir de él me voy informando sobre Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Noel Nicola, Vicente Feliú y Lázaro García, quien además era cienfueguero y lo tenía, como quien dice, a mano, y la música, las canciones que todos ellos componían.

¿Cuándo reconoció que quería ser trovador?

Enseguida que fui descubriendo a todos estos trovadores y su quehacer, me propuse ser como ellos, y, en aquellos inicios, llegar un día a componer canciones como las que ellos hacían.

¿De cuáles trovadores reconoce tener mayores influencias?

Yo me aprendía y cantaba las canciones de mi hermano, y le decía a todo el mundo que eran mías. Pero además me marcaron mucho Silvio Rodríguez y Vicente Feliú. Por supuesto que de ellos recibí las más directas influencias. Todavía me complace mucho tenerlos presentes a la hora de hacer mi obra.

 ¿Podría hablarme sobre sus impresiones o recuerdos sobre Pablo Milanés?

No tuve mucha relación con Pablo Milanés. Lamento que el recuerdo que más se me ha quedado de él no sea precisamente agradable, aunque fue sobre algo que sucedió hace muchos años en la antigua Casa de la Nueva Trova de Cienfuegos. Aun así admiro sus cualidades vocales y valoro justamente muchas de sus canciones.

¿Usted cree que los fundadores de la Nueva Trova «enseñaron a pensar» a los jóvenes cubanos?

Yo creo que la Nueva Trova no enseñó a pensar, pero sirvió de escenario coyuntural para que mucha gente, especialmente jóvenes, perfilaran actitudes y conceptos de vida, y luego lo que yo llamaría la «ola expansiva» de las multitudes fue labrando un nuevo gusto, una nueva forma de recibir y sentir el arte, en este caso la música y la canción.

 ¿Cuál estima usted que sea el aporte fundamental del MNT a la historia de la música cubana?

Cuba nunca ha dejado de tener una excelente factura de canción. En otros tiempos fue a la manera de la trova tradicional, luego los boleristas, los del filin, y cada quien trazó pautas y rumbos.

La Nueva Trova trazó los suyos a la manera de los tiempos que se vivían y lo supo hacer con poesía y con un interesante aporte musical, sobre todo en el ámbito guitarrístico, más la fusión oportuna con ritmos latinoamericanos de Brasil, Argentina, y Chile.

También hay un aporte singular de la Nueva Trova en la simbiosis del trovador con formatos musicales más allá de la guitarra, y todo el desarrollo en ambos sentidos que esto propició: se enriqueció la obra y se abrió el diapasón creativo de muchos orquestadores y directores musicales, así como de músicos que a fin de cuentas, sin llegar a ser el clásico trovador, es imposible desligar del estilo o género, dígase Pancho Amat o Frank Fernández.