El destacado poeta revolucionario Manuel Navarro Luna falleció un día como hoy del año 1966 en La Habana, pero sus restos descansan desde el año 1972, en la ciudad de Manzanillo, donde nació su pasión por la poesía y por la justicia social.

Su nacimiento ocurrió el 29 de agosto de 1894 en Jovellanos, Matanzas, pero siendo muy pequeño, a la muerte de su padre, su madre lo llevó a Manzanillo donde trascurrió su infancia y primera juventud; en esta etapa desempeñó varios oficios modestos, y en 1915 publicó sus primeros versos en las revistas Penachos y Orto de esa ciudad oriental.

Su obra, desde el inicio reflejaba la vocación revolucionaria del poeta natural y comprometido; su primer cuaderno, Ritmos Dolientes, fue publicado en 1919, a este le siguieron numerosos volúmenes que alcanzaron mucha popularidad entre los lectores, entre ellos Corazón Abierto (1922) y Refugio (1927).

Mención aparte obligada es para Surco, de 1928, poemario que marca su entrada a la nueva lírica cubana, y también para Pulso y Onda, de 1929 donde expresa su preocupación por la miseria y las condiciones de explotación de obreros y campesinos.

A partir de este momento, su lírica se transforma en una poesía militante y profunda y concibe textos como Siluetas Aldeanas (1929); Cartas de la Ciénaga, (1932), y La Tierra Herida, (1943); otros títulos como Odas Mambisas y Odas Milicianas, vieron la luz entre los años 1943 y 1960, todos resultaron muy populares entre los lectores.

Navarro Luna fue también un gran luchador político y un convencido antimperialista; en el año 1930 ingresó en el Partido Comunista de Cuba por lo que sufrió persecución y encarcelamiento; en 1940, aún en Manzanillo, despliega un encomiable empeño en el Departamento de Cultura, en la primera alcaldía comunista que tuvo Cuba, en esa pequeña ciudad, encabezada por el mártir Paquito Rosales, asesinado años más tarde, el 13 de febrero de 1958, bajo el gobierno de Fulgencio Batista.

Durante esta tiranía, por su arriesgada entrega a la lucha contra la misma, Navarro Luna fue perseguido por lo que pasó a la clandestinidad, hasta 1959.

Al triunfo de la Revolución, el poeta se integró a diferentes labores, a las Milicias Nacionales Revolucionarias a su creación, y participó frecuentemente en actos revolucionarios declamando sus composiciones poéticas.

Desarrolló una fecunda labor en la prensa radial y escrita; fructífero fue su desempeño periodístico en publicaciones nacionales como Letras, Revista de Avance, Social, Renacimiento, Hoy, Bohemia, Verde Olivo, La Gaceta de Cuba y Unión, hasta su muerte el 15 de junio de 1966, cercano a cumplir sus 72 años.

Cada año este día, se realiza una peregrinación hasta su tumba y se confiere el premio Manuel Navarro Luna de poesía, del Concurso Nacional, organizado desde 1994 por el Centro de Promoción para la Cultura Literaria que en Manzanillo lleva su nombre, y está encargado del estudio y promoción de la obra del recordado vate cubano también llamado Poeta de la Revolución.

Este año, atendiendo a la crisis sanitaria por la que atraviesa el país, el plazo de admisión se extiende hasta el 15 de julio de 2020, por lo que todos los escritores residentes en el país, mayores de 21 años de edad, sean o no miembros de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) o la Asociación Hermanos Saiz (AHS), podrán optar, con poemarios de tema libre, por el lauro que consiste en 3000 pesos (cup) y la publicación de la obra por el sello editorial Orto.

La premiación del Concurso Nacional de Poesía en Homenaje a Manuel Navarro Luna será realizada en el mes de octubre del presente año, en la ciudad de Manzanillo, durante las actividades de la Jornada por la Cultura Cubana, y el ganador será invitado a la Jornada de Homenaje a Manuel Navarro Luna, que se celebrará en el año 2021.

A 54 años del deceso del Poeta de la Revolución, su obra permanece viva en los jóvenes bardos que tributan sus obras a su memoria.