Un espectáculo diseñado para actores que dialogan con el público en un gran espacio. Tres actores en la escena del Complejo Cultural Raquel Revuelta, personajes que se desdoblan en otros y que construyen un universo de tiempos pasados y modernos. Una forma diferente de abordar La pasión King Lear. Uno de los clásicos de William Shakespeare, en versión de Yerandys Fleites bajo la dirección de Julio César Ramírez y Teatro D´ Dos, en los horarios habituales de la sala.

Siendo esta una de las piezas principales de las llamadas tragedias shakespearianas, según investigadores esta obra fue escrita en 1605 y versa sobre la ingratitud, la vejez y la locura.

Modernizada y recontextualiza, esta versión se sumerge en la codicia por el poder, el compromiso con regímenes políticos y los conflictos a nivel personal, familiar y de nación. Sobre ella se ha dicho:

“La Pasión King Lear resulta un texto solemne, que se mueve de manera inteligente entre la creación ficcional del traspaso de poder de Lear a sus hijas y la fabulación de tres actores que sobre el escenario recrean nuevamente la conocida fábula.

Justamente la historia comienza con un trabajo de mesa, donde tres actores irán decidiendo los destinos y características de sus personajes. A partir de un trabajo con animación de objetos, de manera casi imperceptible la acción se traslada a los cuerpos, y la mesa de trabajo será convertida en mesa de reuniones, espacio donde se discuten los destinos de un país. Acusan a los personajes a su vez una conciencia de su ficcionalidad que resulta interesante a la obra, pues les permite discurrir desde esta conciencia de su papel tanto histórico como teatral. Y resulta este justamente uno de los aspectos más interesantes de la obra, que se constituye a la vez historia sobre la escena y revisión “moral” de los protagonistas. Por su parte, el público queda como mudo juez ante los infortunios políticos del viejo rey”.

Una trama que parte del esquema que transita hacia las profundidades del accionar y los sentimientos humanos. Personajes que presentan una moralidad cuestionable. Todo es una premisa que se consume, en la angustia de las problemáticas de la bondad y la honestidad, sus dobleces o apariencias. Imágenes de un mundo lleno de tormentas, que lo dominan todo y que arrastra errores y pasiones.

Esta puede ser una propuesta atractiva para disfrutar y reflexionar en familia, capaz de emocionarnos por la temática que aborda, como por la fabulosa adaptación e interpretación de los disímiles personajes que asumen los actores. Un elenco que se destaca por su naturalidad al actuar, en donde se trastoca la cotidianidad y la interpretación; en tanto el vestuario, la forma de hablar e interactuar entre ellos, desfilan por un andar cotidiano. Iremos al encuentro de perspicaces soluciones escénicas, que nos tomaran por asalto teniendo en cuenta la complejidad del texto original y la propuesta de un joven dramaturgo que ha devenido en figura importante del teatro contemporáneo cubano.