Mientras se lucha en el mundo entero por erradicar una pandemia que no entiende de razas, credos, posición social ni religiones, celebramos el Día Internacional de la Paz cada 21 de septiembre. Con la efeméride el reclamo al derecho que tienen todos los individuos a la vida, a la libertad, y a la seguridad de su persona toma una connotación especial.

En estos tiempos difíciles de distanciamiento físico la convocatoria extendida a todo el mundo a unirse y compartir ideas sobre cómo salir ilesos de este mal, sanar nuestro, planeta y cambiarlo para mejor es el objetivo esencial para hacer de la Paz el sueño de todos.

“La paz no pude mantenerse por la fuerza. Solamente puede alcanzarse por medio del entendimiento” Albert Einstein No son pocos los autores, filósofos escritores, poetas y artistas en general que han expresado, a través de su pensamiento y su obra, la necesidad de la Paz como concepto inclusivo y definitivo para el bienestar del Mundo.

Sin embargo, en muchas regiones del planeta cada vez más son más los enfrentamientos y formas de división que hacen extensivas las guerras provocadas por el odio y la intolerancia. El Día de la Paz se establece desde el año 1981 por la Asamblea General de las Naciones Unidas como un día de cesación del fuego y de no violencia a nivel mundial, con el fin de que todas las naciones y pueblos se vean motivados para cesar hostilidades que van desde el terrorismo, y la violencia que se genera en gran parte del mundo, hasta desastres naturales ligados a factores climáticos que hacen crecer la migración y por tanto el riesgo a la violencia.

Como dato curioso, de acuerdo con la UNICEF, el año 2015 queda marcado como el año en el que sucedió una de las crisis de refugiados más importantes con más de 65millones de personas que se vieron forzadas a abandonar su lugar de origen, así mismo se reflexiona en la fecha sobre el alza de la violencia en varias regiones del mundo como una realidad que urge cambiar a partir de comportamientos, actitudes y acciones que lleven consigo un alta responsabilidad y sensibilidad. La cultura de Paz se basa en una cultura de diálogo, de comprensión. Este concepto se crea y sostiene desde las Naciones Unidas, y se esboza perfila en cada una de las resoluciones que hasta el momento se han instrumentado con relación al mantenimiento de la Paz.

Pero no solo la invitación a comprender de qué se trata la Paz y concientizar la importancia de la misma para la conservación de la especie humana es suficiente para lograrla. Construir la Paz es un trabajo cotidiano, inherente a cada uno de los espacios.

Desde las edades más tempranas tenemos la posibilidad de ir conociendo y sembrando este concepto a partir de la educación en las escuelas, con la instrumentación de programas que desarrollen comportamientos nobles y pasivos ante conflictos y discrepancias que permitan a nuestros niños y niñas, aprender a escuchar, a respetar, a lograr empatías entre los grupos, así como ser capaces de gestionar sus conflictos.

Otro de los factores fundamentales es la libertad de expresión, el diálogo intercultural, el respeto a los derechos humanos y a la diversidad cultural, así como la cooperación científica entre otros espacios. No en balde es la paloma blanca, con una rama verde de olivo el símbolo que representa la Paz.

Según la biblia al principio de los tiempos, la maldad provocó la ira de los dioses, quienes decidieron exterminar casi toda la vida sobre la tierra, menos la familia de Noé por guardar fidelidad al poderío. Dios, pidió a Noé que construyera un Arca muy fuerte para evitar la destrucción de su familia por la intensa lluvia que el mismo provocaría. Cuentan que al cabo de los siete días del diluvio Noé abrió una ventana y soltó una paloma para ver si las aguas habían bajado y la paloma volvió trayendo en su pico una rama verde de olivo, significando que Dios estaba nuevamente en Paz con la humanidad.

El uso de este símbolo se intensificó en todo el mundo y fue el artista de la plástica Pablo Picasso quien hizo una serie de dibujos sobre palomas. Uno de ellos sirvió para un cartel del Congreso Mundial de la Paz en 1949, después de la Segunda Guerra Mundial. En la primavera de ese año Picasso tuvo una hija a la que decidió llamar Paloma en honor a este símbolo y ella a su vez llamó a su hija, Paz.

Arte, Cultura, coincidencias e historias se tejen a partir de la Paz, sumemos nosotros, desde nuestras vidas, la crónica personal, el aporte de cada cual, para que cada día sea de nuestros sueños, la Paz, el más común y de las realidades, la más necesaria para avanzar Como diría otra de las grandes personalidades de la historia, el pensador Mahatma Gandhi “no hay camino para la paz… la paz es el camino”.