La Plaza Cívica José Martí de Marianao. Un documento histórico (I)


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Dentro de la escultura conmemorativa erigida en el Municipio de Marianao un lugar significativo lo ocupa la Plaza Cívica José Martí, emplazada en la calle 124 entre las Avenidas 51 y 43, obra que fue inaugurada el jueves 11 de agosto de 1955 por el Alcalde Municipal Francisco Orúe González, el marianense que convirtió la arquitectura y el urbanismo en la máxima expresión de su política entre septiembre de 1948 y 1958. Su frase: “mi verdad está escrita en piedra”[1] podría ser el punto de partida para entender el por qué encontró en la sociedad de entonces el apoyo y el reconocimiento de instituciones y sociedades tanto en el término municipal como en la República en sentido general.

 

Por los valores históricos, urbanos y arquitectónicos, el Museo Municipal de Marianao, institución ubicada en la intercepción de las calles 128B y 57 y responsable con la salvaguarda del patrimonio cultural del territorio, tiene inscrita la Plaza Cívica José Martí entre sus Monumentos Locales, razones que la convierten en objeto de investigación, conservación, exhibición y divulgación dentro del arte en general y el patrimonio cultural en particular. La aproximación a sus antecedentes, al proceso de su creación y a la significación simbólica que le ha acompañado constituyen las motivaciones para este trabajo.


       

 

A priori se ha de reconocer que el estudio del arte conmemorativo, y específicamente, aquel que dialoga día a día con el público a partir de su inserción en espacios propiamente urbanos, reviste una complejidad que desborda los resultados de esta investigación. La subjetividad que acompaña su aprehensión no solo se hace presente desde el conocimiento que de arte y la historia tenga el investigador, sino también de la posibilidad de penetrar en el aura que lo acompaña a través del tiempo, en la rica potencialidad que porta como documento para constatar una amplísima gama de expresiones culturales de los contextos que le han acompañado. Historia, urbanismo, arquitectura, arte y pensamiento, son solo algunas de las aristas que convergen en estos casos.

 

De modo que no ha encontrar aquí el lector una historia acabada de la Plaza Cívica José Martí de Marianao; en su lugar, puede ser este el punto de partida para entender el lugar del ideario martiano entre sus moradores durante el periodo republicano, etapa que define el hecho de que la base fundamental de este estudio lo constituye el periódico El Sol, patrimonio documental que atesora la Biblioteca Municipal Enrique José Varona, sito en Avenida 41 esquina a 100. A sus trabajadores, encargados de su custodia, las gracias por permitirme acceder a esta fuente documental.  



 

Los antecedentes de un monumento a José Martí en Marianao están vinculados a la importancia del pensamiento martiano en la formación de valores en niños y jóvenes. La Ley de 20 de abril de 1922, establecida en consideración a los aportes educativos del manifiesto respeto y devoción que la memoria del insigne patriota merece, coloca bajo la responsabilidad de la Junta Municipal de Educación esta responsabilidad que alcanzará  su máxima expresión cultural en la celebración del natalicio del Maestro en cada territorio de la Isla. Marianao no está al margen de ello y en 1937, por ejemplo, argumentan sus organizadores:

 

Es bueno que a los escolares se les ofrezca la oportunidad de venerar a Martí, una de las figuras más sobresalientes de nuestra historia y el hombre que supo amar a Cuba por sobre todas las cosas, aún sobre la propia vida, la que expuso cien veces en sus luchas contra el poder opresor, y la que dio al fin en holocausto a la libertad de esta tierra. El culto a Martí debe ser perenne en nuestro pueblo. Sus enseñanzas necesitan ser avivadas como un fuego sagrado. Hay en sus pensamientos llamas que es preciso mantener en la conciencia popular como el mejor acicate de las virtudes patrióticas y de las energías creadoras.[2]

 

El centro de este objetivo desde la década del 20 del pasado siglo pasó a ser la colocación de una ofrenda floral por parte de los estudiantes ante la imagen del Maestro en el marco del aniversario de su natalicio, preferiblemente ante una obra escultórica, acción que a escala urbana convertía el área de emplazamiento de la misma en punto de concentración para rendir homenaje a Martí mientras el recorrido de alumnos y maestros para llegar a él, generalmente por ejes principales de la ciudad, devino una de las tradiciones de mayores arraigo en la historia de Cuba que indistintamente se reconocería como Desfile o Parada Escolar del 28 de enero. La lucidez de esta actividad dependía de múltiples factores, de ahí su condición de documento histórico.

 

Con anterioridad a 1942 Marianao no contó con un monumento que otorgara jerarquía a la Parada Escolar; en lugar de ello el Alcalde Municipal colocaba provisionalmente un busto en un espacio de notable jerarquía política para el acto y, en aras de amenizar el acontecimiento ponía a disposición de la Comisión Organizadora la Banda Municipal de Música. El diseño del recorrido a seguir, tanto por su origen y culminación, como por la selección de los ejes urbanos varían atendiendo a múltiples factores,  entre ellos la propia modernización de la ciudad.    

 

Un año vital para el devenir del monumento a Martí en Marianao fue el de 1937. Para el 28 de enero de ese año el punto indicado para inicial el desfile fue la explanada de la Ermita de Marianao, situada en la esquina de Martí y Luisa Quijano (Avenida 49 y la calle 130), a las 8 de la mañana. Desde este punto la marcha seguiría la calle Luisa Quijano una cuadra hasta la Calzada Real (Avenida 51) y por esta hasta la calle Santa Isabel (hoy 120), tomando a la derecha hasta la explana situada al fondo del Parque Infantil (hoy parte del Anfiteatro), es decir, frente al Gobierno Municipal, donde se depositaría una ofrenda ante el busto allí colocado para la ocasión.  

 

En aras de asegurar mayor lucidez a la Parada Escolar, la Junta de Educación solicitó a los vecinos de esos ejes que decoraran las fachadas de sus casas con banderas cubanas “sumándose de ese modo al homenaje que calorizan las autoridades, corporaciones, Cámara de Comercio, Sociedades, Club Rotario, Cruz Roja, Cuerpo de bomberos, etc. y secundando eficazmente por el Sr. Alcalde Municipal que galantemente ha cedido la Banda para amenizar dicho acto”.[3]  Una dificultad resultaba notable,  la necesidad de contar en la ciudad con un monumento en el que dignamente pueda celebrarse el aniversario.

 

La iniciativa para su solución nació un año antes, en 1936, en el seno de la Junta General de la Asociación de Periodistas y Escritores de Marianao, cuyos miembros crean la Comisión Pro-Monumento a Martí. En sesión del Ayuntamiento correspondiente al 18 de enero de 1837, uno de los concejales propone que la municipalidad apoye el proyecto y se designa a tres de sus miembros para sumar a la Junta Municipal de Educación, las corporaciones locales y  vecinos en general en la búsqueda de financiamiento. Todo ello se hace público el 28 de enero de 1937 en el acto que en conmemoración con el natalicio a Martí ofrece la Comisión Pro-Monumento a Martí en el teatro René Berndes. En 1939 el proyecto está a cargo del Club Rotario de Marianao, entonces presidido por el Dr. Magdaleno Chile Navarrete y el Comité Pro-Monumento a Martí a cargo del Dr. Antonio Millás.

 

Mas no solo se muestran enfrascados los hijos de Marianao en la labor levantar un digno monumento a Martí sino también en la reflexión de su obra.  Apenas un mes después de la referida Parada Escolar el periódico La Tribuna publica un trabajo de René Ibáñez Varona bajo el título “Martí y Lenin”, un paralelismo entre “dos hombres geniales, dos figuras universales” que el autor avala sobre la siguiente tesis: “Martí no pudo comulgar con el marxismo por razones muy lógicas que, eran imposibles de destruir en su época. Por eso es que yo no concibo a un Martí de ideas marxistas, y sí a un Martí de táctica revolucionaria como la leninista”.[4]

 

¿Cuánto demoraría el Club Rotario de Marianao  para concretar el Monumento a Martí? ¿Quién sería su autor? ¿Dónde su emplazamiento? ¿Cuánto tributaría a la Plaza Cívica José Martí ubicada en la calle 124?



[1] El Sol, 48(47):1, Marianao, sábado, 27 de julio de 1957.

[2] “La Parada Escolar del día 28 será un brillante homenaje a la memoria de José Martí”, El Sol, 28(21):1, Marianao, 23 de enero de 1937.

[3] Junta de Educación de Marianao: Al pueblo”, El Sol, 28(21), Marianao, 23 de enero de 1937, p. 1 y 6.

[4] René Ibáñez Varona: “Martí y Lenin”,  La Tribuna, 7(32): 1 y 2, Marianao, sábado 27 de febrero de 1937.


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