La rica música de Venezuela


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Según escuché hace años en una conferencia impartida por Alejo Carpentier, la música venezolana está muy bien muy dotada. !Ah! Cada día me asombro más de la riqueza y diversidad del folclore musical venezolano. Con toda su riqueza rítmica, vitalidad, fuerza y calor. En Venezuela la diversidad de tipos musicales es inagotable. Está la fisonomía inconfundible de lo llanero, la música sinfónica, urbana del siglo XX. Todo lo cual asombró al musicólogo español Adolfo Salazar.

Carpentier, quien residió un tiempo en Venezuela, hablaba con mucha pasión de Gaita zuliana, Gaita de Furro, Gaita perijanera, Gaita de tambora, Joropos, Joropo larense, Joropo llanero, Música andina, Bambuco andino, Merengue venezolano, todos de la década del 20.

Otras formas de música tradicional venezolana son extensivamente grabadas e investigadas gracias al trabajo de la Fundación Bigott, con sede en Caracas. La Percusión afroamericana (incluyendo ritmos múltiples como sangueo, fulía y parranda) es quizás la forma musical mejor documentada. Entre los conjuntos más importantes se destacan Un solo pueblo, Huracán de Fuego, Tambor Urbano, Los Vasallos del Sol, La Sardina de Naiguatá y Grupo Madera. Son considerados como los artistas más experimentales de fusión combinan rumba, jazz latino, el joropo, la salsa y otras formas de música latinoamericana.

La sonoridad de la palabra «bambuco» evoca en la mente del oyente cierta cercanía con las melodías africanas. Sin embargo, la realidad es otra: el bambuco es un ritmo acompasado y cadencioso que tiene su origen en España y América. Su profunda raigambre en el territorio neogranadino hace que el bambuco trascienda las fronteras y se arraigue en el occidente venezolano, específicamente en los Andes y Zulia, donde sufre algunas modificaciones en los compases y estructura. Cabe destacar que en cada región adquiere un acento propio de la geografía y las tradiciones.

En el año 1959, al inicio de la Revolución cubana, estaban de moda algunos cantores de Venezuela, como fue el caso de Mario Suárez (Mario Enrique Quintero Suárez Maracaibo, Venezuela, 19 de enero de 1926) empresario y cantante de música popular venezolano. Puso de moda aquel tema inolvidable Tengo el sentimiento herido.

A mediados de la década de los años 50, Mario Suárez fue contratado por el músico Juan Vicente Torrealba quien le convence de hacer un cambio de género musical hacia los pasajes y tonadas llaneras y así grabar una serie de discos, con el sello “Banco Largo”, propiedad de este músico. En esas grabaciones fue acompañado en el arpa por Torrealba y su conjunto “Los Torrealberos”, lo que proporcionó un gran impulso a la difusión de la música tradicional del llano venezolano al escucharse en las radioemisoras del país, de manera constante, no solo los temas interpretados por Mario Suárez y “Los Torrealberos”, sino también las voces de Ángel Custodio Loyola, Adilia Castillo y Eneas Perdomo, entre otros artistas que cultivaron este género.

Al margen de su éxito con “Los Torrealberos” Mario Suárez asumió la tarea de impulsar a otros valores del canto como fueron Héctor Cabrera y Mayra Martí. Asimismo, propulsó la difusión de temas de autores y cantantes de su tierra natal, como Armando Molero, coterráneo suyo. Héctor Cabrera puso de moda la canción El pájaro choguí, que estuvo compitiendo en el hit parade con la canción de Juan Almeida La Lupe.

En una visita a Venezuela, el Comandante Raúl Castro hablaba de un disco de acetato que conserva desde hace medio siglo. Se trata de una grabación de Alma Llanera, una canción legendaria que tiene una saga muy interesante que debemos contar, para conocer la cultura musical de los pueblos hermanos.

Alma Llanera es una canción folclórica venezolana, del estilo Joropo, cuya música fue compuesta por Pedro Elías Gutiérrez, basada en un texto de Rafael Bolívar Coronado. Es considerada el segundo Himno Nacional de Venezuela. Nace como zarzuela y fue estrenada el 19 de septiembre de 1914 en el Teatro Caracas, bajo el nombre Alma Llanera: zarzuela en un acto y la representación estuvo a cargo de la compañía española de Matilde Rueda.[]

De los autores del Alma Llanera podemos decir que Pedro Elías Gutiérrez fue un músico, compositor y director de orquesta venezolano. Nació en La Guaira, estado de Vargas, el 14 de marzo de 1870 y falleció en Macuto, estado de Vargas, el 31 de mayo de 1954.

En Venezuela hay muchos cultivadores de la rumba cubana, algunos de ellos asisten a los Festivales anuales de la rumba. También cultivan el son, como es el caso de Oscar D’León, seguidor del Benny Moré, quien visitó Caracas en 1953. En la década de 50, los carnavales de Caracas no dejaban de invitar a orquestas cubanas.

La música campesina es una expresión cultural de los Andes venezolanos (Estados Mérida, Táchira, Trujillo y parte de Barinas). Se diferencia de la música llanera en que el güiro sustituye a las maracas y la guitarra remplaza al arpa. Tanto el cuatro como el bajo son utilizados en ambas manifestaciones. Pancho Amat ha tenido una serie de encuentros musicales relacionados con el tres cubano y el cuatro venezolano.

En la actualidad hay muchos intercambios musicales de orquestas salseras, que continuarán cuando pase toda la pandemia del Coronavirus.


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