Hace unas semanas se inauguró en la ciudad de Valencia, España, una exposición de arte cubano contemporáneo titulada La tercera orilla, con aperturas sucesivas, primero en la Kir Royal Gallery y, al día siguiente, en la Universidad Politécnica de Valencia. En este último espacio coincidiendo con un panel sobre el arte cubano actual en el recinto de la facultad de artes visuales de dicha universidad.
Un catálogo muy profesional y la calidad de ambas exposiciones, más el referido panel, constituyeron acciones culturales que tuvieron en esa ciudad española una gran recepción.
La muestra reúne a catorce artistas cubanos, residentes algunos fuera de la isla, cuya composición habla de expertos y reconocidos autores junto a jóvenes valores que apenas emergen en el paisaje artístico cubano. Los creadores son: José Bedia, René Francisco Rodríguez, Eduardo Ponjuán, Los Carpinteros, Alexis Esquivel, Glenda León, Carlos Quintana, Wilber Aguilera, Glauber Ballestero, Lorente-Castro-Lorente, Carlos Martiel, Lázaro Navarrete, Osmeivy Ortega y Guibert Rosales. Este último, junto al profesor universitario (de la universidad politécnica valenciana) Ricardo Forriols y la galerista Eleonora Battiston (presidenta de la Kir Royal Gallery) son los comisarios de la muestra.
Como se puede apreciar a simple vista, varias generaciones de artistas conforman una nómina de mucha valía en el panorama creativo cubano. Esta composición, obtenida por el ingente esfuerzo de Guibert Rosales, dínamo que movilizó buena parte de la exposición, más las contribuciones de los otros actores protagónicos, dio como resultado un verdadero suceso cultural en la ciudad mediterránea. Al panel en la sala teatro de actos de la Facultad de Arte Sant Carles, de la referida universidad, asistieron varios de los artistas y los curadores, los que luego de las exposiciones iniciales contestaron preguntas sobre arte cubano y sobre Cuba en sentido general. Ya sabemos que después del pasado 17 de diciembre, en Europa, el tema cubano adquirió, de pronto, una actualidad mediática que no disfrutaba desde hacía mucho tiempo.
La Kir Royal Gallery cuenta con un magnífico espacio en el centro de la ciudad y la Universidad Politécnica valenciana guarda una estrecha relación con el arte cubano de vieja data. Ambos espacios exhiben la inteligente museografía dada a las piezas, la que permite apreciar de conjunto el despliegue curatorial, el que, según Guibert Rosales, “desea hacer apuntes, mostrar el entrecruzamiento simbólico entre catorce artistas donde la década de los noventa se convierte en el punto de encuentro entre pasado y presente. La exposición difumina el establecido criterio de una estética e ideología unificadas, para manifestar el valor que contiene la singularidad, la multiplicidad de criterios y dinámicas creativas que posee el arte”, según reza en su texto al catálogo.
El catálogo cuenta con textos de los curadores y los críticos de arte Nelson Herrera Isla y el que suscribe. Permite actualizarse con relación a la producción simbólica y su devenir en las dos últimas décadas, algo que agradecerán los que se aproximan al arte cubano a través de esta muestra. Impreso por Maretti Editore, con casi doscientas páginas, posee una calidad de primer nivel en este tipo de publicación, con imágenes de todas las obras de los artistas y sus sintéticas fichas biográficas, además de los textos referidos; un catálogo para guardar.
La muestra ha gozado de una amplia repercusión mediática en Valencia y otros medios españoles, lo que habla del interés permanente en ese país sobre nuestro arte.
Recuerdo ahora un texto del crítico y artista Antonio Eligio (Tonel) sobre el arte cubano finisecular, titulado “Árbol de muchas playas”, refiriéndose a la condición de pluralidad y carácter internacional del mismo y siento como esa condición se expande con el tiempo. Nuestra producción simbólica permanece en el candelero de los grandes circuitos internacionales del arte y ahora se renueva con proyectos como este y con la proximidad de la nueva edición de la Bienal de La Habana.
Estoy completamente seguro, por haber presenciado su exitoso arranque, que el éxito inicial de La tercera orilla se amplificará en los próximos meses en que estará en exhibición, y con el itinerario previsto por otras ciudades españolas y europeas será mucho mayor su poderoso efecto de atracción entre públicos y especialistas. Es sin duda alguna una excelente noticia para el arte cubano y para los artistas.
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