LA UNEAC ES CUBA


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LA UNEAC ES CUBA

El 22 de agosto de 1961 se cerraba un ciclo de construcción institucional en la intelectualidad artística y literaria cubana y comenzaba otro. La unidad como principio de cada gremio, exigida por las circunstancias en que se labraba la nueva sociedad civil socialista cubana daba fruto a la creación de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, identificada en lo adelante con sus siglas UNEAC, reconocidas y respetadas en el país y el extranjero.

Un ciclo llegaba a su fin

Con la presencia del máximo líder del proceso revolucionario Fidel Castro Ruz y un trascendente discurso pronunciado por él y la elección del poeta Nicolás Guillén -reconocido como el Poeta Nacional- como presidente de la nueva organización, se terminaba una etapa de acercamiento e intercambio de criterios entre la vanguardia del arte y las letras y la dirección de la Revolución, aquel 22 de agosto.

Dos meses antes, el 30 de junio, con un memorable discurso de Fidel que pasó a la historia como Palabras a los intelectuales, colofón de tres reuniones en la Biblioteca Nacional José Martí, quedaba listo el escenario para fundar la Unión, que es mucho más que una organización, es una agrupación de cinco asociaciones: la de escritores, la de artistas plásticos, escénicos, los músicos y los de cine, radio y televisión.

Se inserta ese hecho histórico, en tres procesos importantes del poder revolucionario en ciernes: la primera etapa de la Revolución cultural y educacional, por un lado, el surgimiento de una nueva sociedad civil para acompañar las transformaciones que, a ritmo vertiginoso, ocurrían en el país, y definitivamente, el paso de las relaciones de producción capitalistas y el sistema político burgués a la construcción del socialismo.

El contexto de transformaciones culturales

Al momento de fundarse la UNEAC, como parte de la Revolución cultural y educacional, cuya primera etapa terminaría en 1962, el país estaba en pleno apogeo de la Campaña Nacional de Alfabetización, una proeza extraordinaria, en la que 100 mil brigadistas Conrado Benítez y maestros voluntarios, llevaban la luz de las letras a los más de 700 mil analfabetos en áreas rurales y urbanas y para el 22 de diciembre, cuatro meses exactos después de haberse fundado la UNEAC, declaraban a Cuba “Territorio libre de analfabetismo”, al lograr que el 98 % de esas personas aprendieran a leer y escribir.

Ya desde el tercer mes de poder revolucionario, el 24 de marzo de 1959, el Gobierno Revolucionario había fundado la primera institución estatal con fines artísticos: el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y poco después, la Imprenta Nacional de Cuba y la Editora Nacional de Cuba, las cuales, en conjunto, integrarían posteriormente el Instituto Cubano del Libro, mientras la Casa de las Américas, sería otra de las instituciones pioneras y al Ballet de Cuba –ahora Ballet Nacional de Cuba- se le devolvía, y aumentada, la subvención estatal que el tirano Batista le había retirado en 1955.

El 15 de enero de 1960, en el acto de conmemoración del vigésimo aniversario de la Sociedad Espeleológica de Cuba, Fidel anunciaba “que el futuro de Cuba sería de hombres de ciencias, de hombres de pensamiento…”. El 23 de febrero de 1961, la Dirección General de Deportes, daba paso al Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) y en junio de ese año, el Gobierno Revolucionario decretaba la nacionalización de la enseñanza.

10 mil nuevas aulas en todo el país, la nueva Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos en plena Sierra Maestra y los cuarteles del derrotado Ejército de Cuba (EC), -fundado por los ocupantes estadounidenses en 1900 y que a partir de 1952 se había convertido en instrumento servil del más vil de los tiranos- convertidos en escuela a lo largo y ancho del archipiélago y como símbolos de ello: la Ciudad Escolar Libertad y la Ciudad Escolar 26 de Julio, en lo que habían sido la Ciudad Militar de Columbia y el Cuartel Moncada, respectivamente, primeras fortalezas de aquella maquinaria infernal.

Educación, Ciencia, Deportes, Artes, Literatura… todo lo relacionado con la Cultura, se transformaba en Cuba y en ese contexto nació la UNEAC.

 La nueva sociedad civil que necesitaba la Revolución

En la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), se destronó a los dirigentes mujalistas desde el mismo primero de enero de 1959, y se reconformaría como la CTC-Revolucionaria (CTC-R); se  integró el movimiento juvenil revolucionario en la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR), fundada el 21 de octubre de 1959; nació la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), el 23 de agosto de 1960; los Comités de Defensa de la Revolución, el 28 de septiembre del propio año; la Unión de Pioneros de Cuba (UPC), nacida el 4 de abril de 1961 que tuvo como predecesora la Unión de Pioneros Rebeldes (UPR) desde 1959; el 17 de mayo de 1961 se creó la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), en el Día del Campesino, aniversarios 15 y segundo, del asesinato del líder agrario Niceto Pérez y de la primera Ley de Reforma Agraria, respectivamente… una nueva sociedad civil se construía para acompañar las transformaciones revolucionarias y en ese contexto nació la UNEAC, el 22 de agosto del “Año de la Educación”.

Existen tres organizaciones que constituyen antecedentes de la nueva Unión, en la etapa precedente al triunfo de la Revolución. Una de ellas, es la UNEC: Unión de Escritores de Cuba, con discreta trayectoria; otra es el Colegio de locutores de Cuba, con el negativo papel jugado en la tiranía al declarar su público apoyo a Fulgencio Batista en momentos tristes de la historia nacional como el 10 de marzo de 1952 cuando propinó su artero golpe de estado y el 13 de marzo de 1957, cuando sobrevivió al asalto al Palacio Presidencial.

Dejo para el final, a la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, patrocinada por el Partido Socialista Popular (PSP), que se funda el 21 de marzo de 1951 y que jugó el real papel de unificación de la vanguardia artística de izquierda. Produjo en 1955 el documental Mégano, material audiovisual de denuncia social sobre la miserable vida de los habitantes de la Ciénaga de Zapata, fue prohibido por la tiranía, y se considera el antecedente del nuevo cine cubano surgido con el ICAIC en 1959.

La UNEAC tomó de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, su estructura de asociaciones, pues aquella sociedad contaba con secciones similares: escritores, artistas plásticos, escénicos, músicos y de cine, radio y televisión, por lo tanto, de las tres organizaciones que consideramos antecedentes, es ésta, la de mayor influencia.

Del capitalismo al socialismo, de la ideología burguesa a la proletaria

La UNEAC nace dentro de la Cuba socialista. El 16 de abril de 1961, Fidel había proclamado el carácter socialista de la Revolución y el 19 de abril, el Ejército Rebelde, la Policía Nacional Revolucionaria y las Milicias Nacionales Revolucionarias derrotaban en 66 horas a la brigada mercenaria 2506, armada y entrenada por los Estados Unidos, 3 500 hombres con tanques, artillería y apoyados por la fuerza aérea y la marina estadounidenses.

Los que se afiliaron a la UNEAC desde el primer momento, lo hicieron con la conciencia de apoyar la Política Cultural de la Revolución Cubana, esbozada en momentos claves como el 15 de enero de 1960 –actualmente Día de la ciencia cubana- y el 30 de junio de 1961 con Palabras a los intelectuales. Lo hicieron también a conciencia de que apoyaban una revolución socialista.

Después de las rebajas de las tarifas de electricidad, teléfonos y alquiler de viviendas en marzo de 1959, de la Ley de reforma agraria del 17 de mayo de ese año, de la nacionalización en 1960 de las empresas estadounidenses de electricidad, teléfonos, petróleo, bancos, centrales azucareros y otras, hasta el total de 372 grandes empresas el 6 de agosto y con la reforma urbana del 15 de octubre, se fraguó el paso de la propiedad privada a la propiedad social de los principales medios de producción. El socialismo tocó a las puertas de la economía cubana y se adentró en ella.

Las transformaciones económicas y la Revolución cultural y educacional debían confirmar el triunfo paulatino de la ideología proletaria sobre la burguesa y pequeñoburguesa, y en ese propósito, estaba incluida la UNEAC en sus momentos fundacionales. Lo mismo que hoy, a 62 años de su fundación y en un contexto distinto: la guerra de pensamiento de nuestros días es de cuarta y quinta generaciones, con redes sociales digitales manipuladas por la ideología hegemónica de las oligarquías con Washington como centro, pero la UNEAC no cede, se enfrasca en la nueva situación y es un actor decisivo, de ahí, su reconocido papel de vanguardia… porque un mundo material y espiritual mejor, es posible.


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