Esculturas de John Lennon, Ernest Hemingway, El Caballero de París o la Madre Teresa de Calcuta, en contextos y actitudes tan cercanas al más común de los mortales, han brindado a la obra de José Villa Soberón (Santiago de Cuba, 1950) una popularidad poco frecuente en dicha manifestación de las artes visuales.

A esta vertiente de su trabajo y a la del abstraccionismo, el escultor añade ahora la orfebrería, según puede apreciarse en la exposición Espirales, abierta al público hasta el próximo 14 de noviembre, en la capitalina Galería Víctor Manuel, del Fondo Cubano de Bienes Culturales.

La nueva faceta en el quehacer de Villa Soberón es asimismo consecuente con el criterio que el artista expresara en 2008 al recibir el Premio Nacional de Artes Plásticas cuando dijo que el mayor reconocimiento es cuando la obra pierde su posesión autoral y se convierte en una obra de todos.

Hechos en oro, plata y bronce, los colgantes que ahora se exhiben en la galería de la Plaza de la Catedral fueron creados con el propósito de posteriores reproducción y uso por parte de las personas que los adquieran.

Ellos están inspirados en igual número de piezas abstractas de mediano formato que también se muestran en la Víctor Manuel, para que el visitante pueda establecer las analogías pertinentes entre unas y otras.

Símbolo de la evolución, la espiral ha sido tema recurrente en la obra de Villa Soberón, un artista presto a adentrarse por nuevos derroterosen el siempre ascendente acto de la creación.