Las manzanas sobre la nieve de Taimí Diéguez

¿Qué tal si un día las formalidades en la escritura cambian su praxis más común? ¿Qué tal si un día somos más plurales de lo que pretendemos ser ante la sociedad y las apariencias?

La escritora Taimí Diéguez propone en su libro Manzanas sobre la nieve, un texto diferente que combina la novela dramática con el epístolario.

Los argumentos y el relato centro del volumen se repiten a lo largo de la historia, dos protagonistas, una madre, la convivencia social. Como tal la apuesta de la escritora va más allá de los patrones comunes y establecidos en la literatura para ofrecernos una lectura capaz de híbridar dos expresiones literarias diversas en su estructura.

No es la primera vez que un autor emprende esos caminos, es cierto, lo revelador en Diéguez es el afán por la novedad, la invención, las ansias de superarse en cada propuesta. Digamos que cuando un autor crece, los lectores son parte de esa evolución, de las diferencias entre el antes y el después de un ritmo creativo.

Durante la Feria del Libro en Villa Clara, el Periódico Cubarte conversó con la joven escritora cubana para conocer detalles de su pulso literario.

¿Qué distingue el libro ganador del Premio Fundación de la Ciudad de Santa Clara Manzanas sobre la nieve?

Manzanas sobre la nieve, drama semiepistolar es un libro que cruza la epístola con la literatura dramática. La epístola está presente en la estructura de esta obra, que se distingue por la presencia de símbolos, de la imagen, de la metáfora y por tanto tiene un fuerte sentido poético.

Es la historia de un niño y su relación con su madre, aunque ellos son los protagonistas. En realidad la obra ocurre en un edificio multifamiliar y la presencia de la vida de otros personajes interviene de manera marcada en la vida de Iván y Patricia, los protagonistas de la obra.

¿Conjugas por primera vez la literatura dramática con el epistolario?

Es la primera vez que sucede. He conjugado en otras obras la narración, pero en esta en particular lo hice así porque también la obra es el resultado de un proceso en el que trabajé con cartas y documentos reales.

¿De dónde provienen esos documentos?

Son cartas que escribió mi madre durante una década de su vida y que le envió a un tío suyo en los Estados Unidos.

Yo tomé las anécdotas que se contaban en las cartas para hacer una obra, una experiencia escénica y de esa experiencia entonces escribo el texto dramático. Es decir, que primero hubo un hecho teatral que fue el motivo, el impulsor del texto dramático.

¿En su obra se ve reflejado la migración por tratarse de un epistolario entre Cuba y Estados Unidos?

No está presente. La epístola aparece como un medio de comunicación, de decir, de expresar como podría ser ahora mismo el Facebook o el correo electrónico. Quería usar el espitolario porque en algún momento fue el medio de comunicación por excelencia.

¿Qué otros premios ha recibido por su escritura?

En el 2018 gané el Premio Fundación de la Ciudad de Matanzas y después en el 2019 el Premio José Jacinto Milanés con la obra titulada Demonio sobre césped cortado.

¿En cuáles acciones participará en la Feria del Libro de Villa Clara?

Presentaré Manzanas sobre la nieve para estudiantes de teatro de la escuela de arte y estaré presentando el libro de crítica teatral La memoria imborrable, de Omar Valiño.

¿Trabaja en algún nuevo proyecto?

Sigo escribiendo teatro y tengo el deseo de llevar mis obras a escena, estoy preparándome para eso, aprendiendo, nutriéndome para poder hacer un trabajo como directora.

¿Qué importancia le concede a la Feria del Libro como escritora?

Es muy importante. Primero porque tienes la oportunidad de presentar tu libro y después conoces a muchos escritores. Es realmente una plaza para el conocimiento, el aprendizaje, para desarrollar vínculos profesionales.