Las Terrazas Marinas de Cabo Cruz


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Como gigantes de siete leguas emergieron, majestuosas, de las entrañas de profundas y ancestrales aguas, las Terrazas Marinas del Parque Nacional Desembarco del Granma. Vistas desde la mar, parecen desafiantes moles de torso erguido en escalones hacia el cielo, para comunicarse o alcanzar, quién sabe, como el arcoíris, a los dioses.

Ideales para los amantes de lo bello, misteriosas e intrigantes para científicos, paradigmas de artistas, provocativas…, subyugan a aquel que las contemple. Serán acaso fruto de la mirada indiscreta de multitud de seres en diferentes épocas, a los ojos de Medusa.

Enclavadas en el Parque Nacional Desembarco del Granma, en el municipio Niquero, al suroeste de la provincia Granma, son una singularidad mundial por sus bien estructurados niveles y su rica y exclusiva flora y fauna. El nombre de este Parque proviene del yate con el cual Fidel, Raúl y el Che, entre otros expedicionarios, desembarcaron en estas tierras el 2 de diciembre de 1956, cercanas a una playa conocida como Las Coloradas, decididos a morir o a liberar a Cuba de la dictadura asesina de Fulgencio Batista.

Para los estudiosos de temas antropológicos es interesante destacar que los primeros habitantes fueron comunidades aborígenes que tuvieron contacto a partir de 1494 con los europeos, desarrollándose un proceso de transculturación que poco a poco fue absorbiendo la cultura originaria a favor de la española. En esta región, bañada por las aguas del Golfo de Guacanayabo y el mar Caribe, se reportan indios naturales hasta 1733.

Hoy su sistema de terrazas marinas constituyen Monumento nacional, que se extienden por más de 40 kilómetros, llegan a alcanzar una altura de 360 metros sobre el nivel del mar y hasta 20 niveles emergidos, algunos de ellos con 100 metros de desnivel.

Ellas son un magnífico ejemplo de formas del relieve de un período geológico (pleistoceno) de evolución de la tierra. Estas formas cársicas del relieve han posibilitado el desarrollo de diferentes manifestaciones como escarpes, furnias, dolinas, sistemas cavernarios, cuevas, cañones fluviales y lapiez, de gran relevancia por su magnitud, variedad, y espeleotema acompañantes de gran belleza.

Una terraza marina es un accidente geográfico que consiste en una plataforma que ha sido expuesta como resultado de la combinación de variaciones del nivel del mar y cambios tectónicos.

Es decir, como resultado de la exposición a la acción erosiva del mar, la costa se va desgastando hasta formar una plataforma. Al bajar el nivel del mar o elevarse la costa, esa plataforma de abrasión queda expuesta dando origen a una nueva terraza marina. Este proceso que dura miles de años provoca comúnmente cambios bruscos de pendiente, los cuales se observan como geometrías escalonadas.

El Parque Nacional Desembarco del Granma es un área ecológica de gran trascendencia. Fue declarado Monumento Nacional por la Comisión Nacional de Monumentos el 12 de noviembre de 2002, según la Resolución No. 183, e inscrito en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco el 1º de diciembre de 1999, durante la XXIII Reunión del Comité de Patrimonios Mundiales celebrado en Marruecos. Es el primer sitio natural de Cuba en recibir tal distinción.

Constituye, de conjunto con el sistema de Maisí, también en el oriente del país, el mayor y más conservado exponente mundial de los sistemas de terrazas marinas (emergidas y sumergidas) sobre rocas calcáreas, considerándose uno de los lugares más notables del archipiélago cubano, tanto por sus valores naturales, como por los histórico-culturales.

Es zona, fundamentalmente hacia el Golfo de Guacanayabo, rica en peces, crustáceos y quelonios. Por lo que en sus inmediaciones se encuentran diversos poblados de pescadores, uno de ellos, el más cercano, se ubica a los pies de un faro construido en 1871, cuyo nombre, Cabo Cruz, según algunos historiadores, es uno de los pocos toponímicos conservados hasta nuestros días de los dados por el Almirante Cristóbal Colón.

Sus pobladores son personas sencillas y trabajadoras, como es característico de los pueblos de pescadores y de campo en general, quienes encuentran en el trabajo rudo del cordel y el anzuelo, la nasa o el chinchorro, o la azada, su principal fuente de sustento.

Se dice que el nombre fue dado mientras El Almirante plantaba, a principios de mayo de 1494, una de las 29 cruces sagradas que dejó por estos lares; lamentablemente, de ello no ha quedado vestigio alguno. Una tarja donada por el Gobierno español rememora los 500 años de aquel acontecimiento.

Desde lo ambiental, un particular microclima prima en la zona costera, su aire es más seco y cálido que el del resto de la cadena montañosa.

En las cercanías, famosas cavernas invitan a ser penetradas por diversas especies, entre ellas, el hombre. En su interior pueden ser encontradas paredes tapizadas por infinidad de murciélagos. Sus parajes apenas antropizados, incitan a descubrir la flora y la fauna autóctona y sus relaciones inter e intraespecíficas, dignas para ecologistas verdaderos.

En vecindad se encuentra el Hoyo o Furnia de Morlotte, un acuífero cristalino de 77 metros de profundidad y unos 55 de diámetros, incitante para la investigación y el potencial descubrimiento de nuevas especies para la ciencia.

En fin, todo un conjunto de oportunidades para la ciencia, la investigación y la aventura.

Afortunadamente, ello se encuentra en atención de un doble sistema, el del Ministerio de Cultura con su Consejo Nacional y sus Centros Provinciales de Patrimonio Cultural y  El Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Cuba (Snap) del Citma, que incluyen para su atención los sitios naturales más importantes del país, tanto en las áreas terrestres como marinas.

Sin dudas, las Terrazas Marinas de Cabo Cruz se encuentran entre las maravillas de la naturaleza de Cuba y, por qué no, de América y del Mundo, no por gusto pertenecen al Patrimonio de La Humanidad.

Su presencia es real, la invitación a redescubrirlas, también.


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