Lecuona siempre


lecuona-siempre

Desde el distanciamiento social que nos impone la Covid 19 Cuba recuerda hoy el 125 aniversario del afamado compositor y pianista cubano Ernesto Sixto Lecuona Ramos,  nacido en Guanabacoa (La Habana), el 6 de agosto de 1895 y fallecido en  Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias (España) el 29 de noviembre de 1963.

Autor de piezas tan conocidas como Siempre en mi corazón (nominada en 1942 al Oscar como mejor canción), Damisela encantadora, María la O y Siboney, por solo citar algunas, Lecuona comenzó a estudiar piano bajo la tutela de su hermana Ernestina, y dio su primer recital a los 5 años. Su primera composición la realizó siete años más tarde, la marcha two step titulada Cuba y América para banda de concierto.

Considerado como uno de los músicos cubanos más destacados, Lecuona cursó estudios en el Peyrellade Conservatoire con Antonio Saavedra y Joaquín Nin y se graduó en el Conservatorio Nacional de La Habana con una medalla de oro en interpretación cuando apenas tenía 16 años.

En el Aeolian Hall (Nueva York) inició su carrera fuera de Cuba para luego continuar estudios con Maurice Ravel, en Francia. En los Estados Unidos introdujo la primera orquesta iberoamericana: Lecuona Cuban Boys.  Este excelente músico dedicó la mayor parte de su creatividad musical al piano, instrumento que le permitió crear obras en las que explotaba los ritmos y melodías caribeños.

Junto a Gonzalo Roig y Rodrigo Prats, forma la trilogía de compositores del teatro lírico cubano, en especial de la zarzuela. Se plantea que su aporte más importante al género teatral es la fórmula definitiva de la romanza cubana.

Entre sus obras para el teatro, además de María la O, sobresalen El sombrero de Yarey, Rosa la China, El batey, El cafetal, Lola Cruz, Niña Rita y la Tierra de Venus. Igualmente destacan en su amplio repertorio danzas para piano como Ahí viene el chino, Danza negra, La Malagueña, Danza lucumí, y La Comparsa, en esta última evoca escenas típicas de los carnavales caribeños.

Compuesta por Lecuona un año antes de graduarse (1912), La comparsa es “reveladora del genio del autor (cito aquí al experto Jesús Gómez Cairo) “de su condición de compositor nato y de cuáles eran las primicias que devinieron los fundamentos de su pensamiento musical (…) 

Ernesto Lecuona supo desde muy temprano intuir y fijar estructuras de lenguaje, así como desarrollar toda una sintaxis musical que le sirvió de código a los contenidos expresivos de sus obras (…) La Comparsa es una muestra de ello.”

De sus creaciones, todas con una amplia aceptación popular (a pesar de su alto nivel compositivo), afirmó el musicólogo español Adolfo Salazar:  “Su técnica es una oportuna combinación de lo tradicional (pues no podría tratarse de otro modo lo criollo) con lo más netamente moderno (y no podría tratarse lo afrocubano sin este concepto avanzado), mientras que el resultado final de su arte, lo que Lecuona consigue, es un tipo de obra que participa de lo popular y del arte de concierto en hábil proporción.

(…) Es decir, una música que parte de lo popular, busca lo popular y sabe guardarse de caer en lo populachero. No difícil; sin embargo, distinguida. No popularista; sin embargo, fácilmente accesible”.


0 comentarios

Deje un comentario



v5.1 ©2019
Desarrollado por Cubarte