Teatro de las Estaciones se presentará una vez más en escenarios capitalinos con su más reciente propuesta Un niño llamado Pablo. Bajo la dirección del destacado director titiritero Rubén Darío Salazar, las presentaciones tendrán lugar el próximo 11 de noviembre a las 11:00 a.m. y 4:00 p.m. y el domingo 12, a las 11:00 a.m. en el Teatro de la Orden Tercera, en la Habana Vieja.

La nueva propuesta del colectivo matancero, estrenada en julio pasado en la Sala Pepe Camejo de la urbe yumurina, constituye un acercamiento a la viva de un niño llamado Pablo, un niño algo diferente a los demás.

Tales diferencias del resto de los niños y miembros de la familia, hace que los padres del pequeño se obsesionen con su comportamiento singular, decidan llevarlo a atención psicológica, y ahí surge la trama esencial de la obra.

Una consulta de psicología constituye el escenario para que una doctora y su asistente diagnostiquen al niño. Los psicólogos estudian y examinan el caso, pero Pablo indudablemente no tiene problema alguno, los problemas quizá los tengan los miembros de su familia que no lo escuchan ni respetan sus derechos, que le cortan las alas para volar en sus sueños por el mundo.

Pablo es un niño amado por su familia, aunque nunca se lo digan, pero es ignorado. Le dan lo que él no ha pedido, lo que no desea. Sus padres no escuchan sus opiniones y ni tan siquiera le complacen en lo que él realmente quiere; le imponen sus gustos y hasta de cierto modo sus pensamientos.

Un colectivo de actores y actrices con excelentes dominios de las técnicas titiriteras conforman en elenco. María Isabel Medina, como el niño Pablo; María Laura Germán e Iván García, como los padres; Roberto Águila, el hermano; Arlettis González, la maestra María de los Ángeles; Lucelsy Fernández y el propio Rubén Darío Salazar, le dan vida a esta historia donde  el canto y el baile desempeñan un rol importante.

El trabajo de diseño escenográfico y de vestuario del reconocido y consagrado Zenén Calero no puede dejar de reconocerse, y es que, sin duda alguna, esa autenticidad visual de la obra y del repertorio de Teatro de las Estaciones se le debe a este hombre que desde los inicios fundacionales de la compañía ha estado presenta marcando una huella, un sello que lo distingue.

Pablo llegará a La Habana para que los niños y el público de la capital conozcan sobre él y su familia y evidencien que es un niño normal, que vive, sueña y quiere volar por un mundo de fantasías.