El pasado 23 de marzo, luego de dar respuesta a la interrogante de ¿Cómo contribuir desde el cuento a mitigar los efectos de la pandemia que azota al mundo?; se crea en la plataforma digital WhatsApp Cuentos para vivir, un grupo heterogéneo, integrado en su mayoría por cuenteros y narradores orales de Cuba y otras latitudes entre las que se destacan México, Colombia y Argentina, donde de forma discreta, participan figuras y autoridades de la cultura cubana.
Su objetivo es difundir los cuentos, sucesos y anécdotas significando los aportes plurales en cuanto a culturas y propuestas. A un mes de creado el grupo se han compartido alrededor de 70 obras de contenido diverso, desde cuentos infantiles, los llamados cuentos de exageración, mitos, leyendas, estampas historias de personajes populares, algunas de estas rimadas.
Este grupo no solo acoge a los miembros que poseen acceso a la plataforma sino a compañeros que graban sus cuentos desde los medios convencionales como la telefonía fija. Es indispensable reconocer que se ha logrado reunir de forma no presencial a verdaderos tesoros vivientes con una marcada diversidad generacional, lo que nos brinda un abundante mosaico de propuestas que van desde lo más tradicional hasta lo más contemporáneo.
Los contadores de historias, cultores de este arte primigenio tal como lo hicieron antes, desde la caverna; han sabido encontrar en los nuevos escenarios la oportunidad de cumplir con su encargo social: entretener, convencer, trasmitir y formar valores, pero sobre todo; convertir en algo vivencial ese viaje desde la escucha atenta hasta la emoción desprendida de un corazón, en franco pacto ficcional con su interlocutor.
Sirvan pues estas líneas para expresar el más profundo agradecimiento. Desearía que estos cuentos llegaran a más oídos atentos y que se sumaran otras voces a estas pequeñas cosas que también ayudan a vivir.
Por: Nelson Aragón Martínez
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