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Lourdes de los Santos: “Que pueda preservarse esta casa es lo fundamental”


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Fotos: Susana Méndez.

Este 15 de mayo a las 2 de la tarde se realizará la premier del más reciente documental cubano Últimos días de una casa, de la realizadora Lourdes de los Santos, en la sala de proyecciones del Centro de Promoción Cinematográfica del ICAIC.   

Últimos días de una casa está inspirado en el poema homónimo de Dulce María Loynaz, Premio Cervantes, y narra la historia y el presente de la casa donde la poetisa pasó su infancia y juventud y que fuera, a la vez, entorno de su obra Jardín.

Lourdes de los Santos ha realizado trabajos como productora de cine, asistente de dirección y realizadora de documentales en video en el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos; también en Relaciones Públicas en la delegación diplomática de Cuba ante la UNESCO, París, Francia.

La cineasta accedió a conversar con el periódico Cubarte acerca de su nueva producción documental.

¿Usted conoció a Dulce María Loynaz, a Flor, su hermana, o a alguno de los miembros de esa estirpe?

Lamentablemente no, pero sí a su historia y a su inmanencia dentro de la cultura cubana, no solo a través de las obras de Dulce María sino también por la influencia que de una u otra forma impregnaron a todo un período; por ejemplo, Alejo Carpentier se inspiró en la vida de los hermanos Loynaz en esa casa para la primera parte de su novela El siglo de las luces.

¿Qué la incitó a contar la historia del escenario de Jardín? ¿El pasado, el presente o el futuro de esa casa?

Esencialmente el presente, sentir que debía hacer algo para dar a conocer todo lo que encierran los muros de esa casa, lo que sabía del pasado, lo que descubrí investigando; como lo es el hecho de que fuera la casa de Línea y 14 el escenario para que Guillermo Collazo pintara La Siesta, una de las obras más famosas de nuestra etapa colonial. Que pueda preservarse esta casa para el futuro es lo fundamental.

¿Quiénes le colaboraron en la investigación para el documental?

Cuando comencé la preparación del documental me encontré muy fragmentada la información sobre ese período de la vida de los hermanos Loynaz y es infinita la lista de todos los que colaboraron con el proyecto. Puedo hablarte de Orlando Inclán, arquitecto de la Oficina del Historiador, que su tesis de grado, de conjunto con Lizbeth Villegas en el año 2000, fue la restauración de esa casa; pero viéndola como algo vivo, no museable, sino vivo para que sirviera de motor de creación para las nuevas generaciones, eso me parece sumamente importante.

Debo hablarte también del Centro Hermanos Loynaz de Pinar del Río, ellos me abrieron las puertas de su instalación, y de sus archivos extraje la mayor parte de las fotos. También el Archivo Nacional, María del Carmen Herrera, Eusebio Leal, Ivan Giroud, Abel Montano, Enrique Alonso, Nilson Acosta, José Linares, en fin, muchas personas.

¿Qué disfrute en lo personal le dio esta indagación?

La satisfacción de descubrirle a muchas personas dónde estaba la casa de Jardín, qué era lo que pasaba en ese recinto, quiénes lo visitaron y cuánta incidencia tuvo ese lugar en la cultura cubana. Uno siempre tiene que tener presente que para saber quiénes somos debemos saber de dónde venimos. Y pienso que el documental ayuda a comprender algo más de lo que es la identidad del cubano.

Además de la historia de “la Casa encantada”, ¿qué más cuenta el documental?

La importancia de preservar la memoria, para mí es la esencia de este trabajo.

¿Qué puede decirnos del trabajo de su equipo de realización?

Conté con excelentes colaboradores, desde el guión que inicialmente hice con Cary Cruz, con quien ya había trabajado en el guión de Copa y espada, la fotografía de Iván Nápoles, la edición magistral de Miriam Talavera, la música maravillosa de Lucía Huergo y esa maestra que es Verónica Lynn, dando voz al poema de Dulce María Loynaz que da título al documental.

El último trabajo para cine terminado por Lucía Huergo fue la música de su documental. ¿Pudiera evocar la labor con la compositora?

Con Lucía había trabajado en la secuencia final de Copa y espada, esta fue la segunda ocasión en que trabajamos juntas y le pedí hiciera el tema del documental, cosa que realizó magistralmente. Lucía era más que una colaboradora, era una amiga entrañable.

¿Espera que su documental contribuya en algo al rescate del inmueble declarado por Patrimonio Grado de protección II, que además fue la casa donde habitó el General de la Independencia Enrique Loynaz del Castillo?

Ojalá el conocimiento de todo lo que encierra ella y puesto en relevancia en el documental contribuya a su restauración. Ese sería el mayor logro. Y sobre todo que exista la comprensión que la restauración del patrimonio es tarea de todos, no de unos cuantos, todos tenemos que contribuir desde nuestros perfiles, desde nuestras posibilidades.

¿Qué trabajos tiene en pretensiones?

Tengo varios proyectos, uno de ellos es sobre el acueducto de Albear, joya de la ingeniería cubana. También otro sobre las mujeres creadoras de la Isla. En fin, son varias las ideas que tengo en mente.


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