Al término de 2017, la cantante Luna Manzanares ofrecía un concierto titulado Regalo en el Teatro Karl Marx. Ahora se encuentra inmersa en la posproducción de dicho espectáculo y en otros proyectos, de los cuales dialogó en exclusiva para el Periódico Cubarte. “En este concierto, a diferencia del primero en el Teatro Mella, utilicé más elementos de la escena, como bailarines, yo misma me integré con ellos, y esto es algo que hace falta en nuestro país, que artistas —digamos, del género alternativo— se atrevan a cruzar estas barreras. Recalco en mi generación porque tiene otros intereses y hay que colarse en sus propios códigos”.

Luna siempre regresa a temas de Los Beatles, Ella Fitzgerald, Louis Armstrong, Amy Winehouse, Adele y otros. Confiesa que es una cita personal, una suerte de fidelidad a su primer público en Cuba, ese que frecuenta el club nocturno “Submarino Amarillo”. “Cuando era niña escuchaba ese tipo de música porque era de la generación de mis padres. Es una música espectacular, muy bien hecha, que en lo personal disfruto mucho y con la que he aprendido. Es una especie de ser fiel a mí misma y a ese público. Pienso que también la juventud en estos momentos está ávida de conocer lo que hubo antes de lo que ya hay con esa sonoridad, es una manera de proponérselo a la gente de mi generación”.

Presentación a la sociedad musical

Cuando cursaba segundo año de la carrera de Teoría y Canto Coral en el conservatorio Amadeo Roldán, recibió la primera mención en la categoría de interpretación en el concurso JoJazz. Ese —nos cuenta Luna— fue el detonante de su carrera musical. “Pienso que el JoJazz ante todo me impuso un reto como artista, y a la vez me dio a conocer. Fue la plataforma de todo, una especie de presentación en la sociedad musical que me abrió muchas puertas a trabajos que después desarrollé con otros músicos. Ganar una mención en este concurso, con esa edad, creaba una expectativa que cumplir y eso me impulsó en lo personal y en lo profesional. He experimentado muchísimas cosas en todos estos años tratando de encauzarme como artista. Me considero bastante atrevida en ese sentido, porque me gusta hacer géneros diferentes”.

Tras el JoJazz, Luna siguió su búsqueda, mezcló el feeling, el soul, el blues, el rock, el reggae, el bossa nova… y se defendió como solista en diversos escenarios. Hoy considera que su popularidad entre el público se debe a la constancia en el trabajo. “Esta carrera no es fácil para una mujer, queramos o no hay que decirlo, porque los prejuicios están, y para una, además, que se defiende como solista, es complejo; pero pienso que es importante hacerse sentir en los medios de prensa y sobre todo elegir bien lo que vas a hacer, los caminos a seguir. Si bien soy una artista que ha experimentado mucho, he tratado en todas las áreas hacerlo de la mejor manera posible, con profesionalidad y estudiando los géneros en los que me voy a lanzar. He tratado de dar pasos sólidos, no de enfocarme en la fama. Creo que eso en una artista joven llama la atención”.

Gracias a su versatilidad Luna seduce también en el teatro musical, género que le ha traído muchas alegrías, entre ellas protagonizar el espectáculo Carmen, la cubana, que tuvo su estreno mundial en París en 2016 y por el cual le fue conferida la Orden de las Artes y las Letras de Francia, en el grado de Caballero. Esta entrega constituyó un capítulo sin precedente en la historia de la distinción honorífica del Ministerio de Cultura de la nación europea, concedida solo a personas con una carrera ya consagrada. Al recibir este galardón, Luna Manzanares se convirtió en la latinoamericana más joven en merecerlo.

Ya en julio de 2017 firmaba un contrato, válido por un período de cinco años, como artista Exclusiva de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (Egrem). “Este contrato es un experimento para todos, para mí, para la Egrem y para los artistas que seguirán. Hasta ahora hemos logrado muchas cosas, pero falta para lograr esa exclusividad. Todos queremos el progreso y el avance de este contrato. Este es un matrimonio —como dice Mario Escalona, el presidente de la Egrem— en el que todavía estamos hallando cómo sentar las bases de la convivencia; pero pienso que, si todos trabajamos en equipo y nos concentramos en hacer las cosas bien, se puede lograr”.

En este año la artista regresará al teatro musical en una gira internacional que la llevará por Alemania, Inglaterra y Francia. También será el año de los videoclips y de las colaboraciones. Recientemente grabó en Santiago de Cuba Canto para Oshún, primer video que se realiza a un sencillo suyo. “Tengo un video con Adrián Berazaín basado en la película Ya no es antes, de Lester Hamlet. Vamos a hacerle un video al tema Silencio, de Rafael Hernández, con Omara Portuondo, una mujer que yo admiro muchísimo, arreglos de Jorgito Aragón y dirección de Joseph Ross. Además, hay un tema con Israel Rojas, se llama Una mujer, del disco Sobreviviente, e hice un tema con Waldo Mendoza titulado Muñeca, y quién sabe si quizás haya un audiovisual de este tema. Ojalá”.