De los personajes populares cubanos una de los recreados en las esferas del arte de la isla es la mulata.
Y es precisamente una mulata muy particular el personaje central del monólogo Muñeca rota del dramaturgo Eugenio Hernández Espinosa, me refiero a la mítica María Antonia.
Esta nueva propuesta de Hernández nos trae a su mulata teatral de tumba y raja en una conversación con el público por espació de 40 minutos.
La muñeca María Antonia realiza un recorrido de sus vivencias en el árido terreno, un solar habanero y de una ciudad de mediados del siglo XX cubano. Sus crisis vivenciales, sus amores, sus conflictos con familiares, amigos y vecinos productor de su entorno social hacen de Marian Antonia un juguete, una muñeca que es atrapaba por un mundo de machismo y discriminación de género y racial. Muñeca que se va fragmentando en cada encuentro con su entorno, con el cual lucha para subsistir y salir a flote a cualquier precio desde entregar su corazón hasta llegar al acto de matar. Lucha de desgaste, de rupturas y con un fin trágico.
La María Antonia de esta relectura de la obra teatral de Eugenio, es defendida por la actriz Monse Duany esta vez bajo la dirección de Pablo Guevara y el Proyecto mujeres, fuente de creación.
Monse tiene las encomiable tarea de darle vida a su muñeca y también a otros personajes que acompañan a Marian Antonia en sus peripecias. La experimentada actriz en la primera mitad del montaje representa no interpreta a sus personajes a la par que no lograda transitar de un personaje a otro con claridad, manteniendo un tono monocorde en el decir. Pasado más de la mitad del montaje escénico consigue momentos de interpretación y claras transiciones por la piel de sus criaturas escénicas.
En el resto de los rublos, la escenografía minimalista poco funcional con una apoyatura de imagen en movimiento en blanco y negro el cual recrea un solar habanero de los años 50 del pasado siglo , acompañada de un diseño de luces que logra la atmosfera de cada situación dramática.
Un vestuario algo desconcertante pues no va con la época de la historia que se nos cuenta o imagino que se quiere descontextualizar al personaje de María Antonia y ubicarlo en una Habana de hoy.
La banda sonora busca imbricarse con la dramaturgia del texto pues transita entre una música de sonoridades comerciales y otras populares ya sea grabadas o cantadas por la actriz, acompañadas por momentos con poemas de Nicolás Guillen en su propia voz.
Resulta ser María Antonia una muñeca Rota o lo es la puesta en escena? Esto lo podrá saber si elige ir a la sala Adolfo Llauradó del vedado habanero los martes, miércoles y jueves de febrero siempre a las 7 de la noche.
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