María de la Caridad González Martínez: Ponerse en los zapatos del niño que uno fue


maria-de-la-caridad-gonzalez-martinez-ponerse-en-los-zapatos-del-nino-que-uno-fue

María de la Caridad González es de esas autoras que apuesta por el crecimiento de sus lectores. Abanderada como pocos de los temas difíciles, le ha ido imprimiendo a su literatura un aire humano y contemporáneo que explora audaz en la cotidianidad y la trasciende con emoción y sentimiento. Cuando evoco la primera lectura de su novela Papá de cartulina —que tuve la ocasión de premiar hace algunos años, como parte del jurado del Premio Hermanos Loynaz—, muchas emociones y recuerdos me vienen a la mente. Se trata de la conmovedora historia de un niño que recrea la figura paterna mediante una fotografía que nunca se cansa de hojear, pues su padre ausente es para él una promesa de que algo bueno va a ocurrir, pero un buen día, cuando aparece papá la vida se complica, se revela un gran secreto y ya nada vuelve a ser igual. Como en otras historias suyas, esta tiene la garra suficiente para conmovernos y a la vez nos permite reflexionar en una realidad a veces frecuente. Requisitos de toda literatura que se respete. ¿No es cierto? Escuchemos pues las razones creativas de esta autora…

¿Existe para ti una literatura infantil? ¿Una LITERATURA? o simplemente ¿Literatura para personas?

—A mi entender, existe una literatura y dentro de ella, la literatura para niños donde los códigos que se manejan son diferentes a los de la literatura para adultos. La lógica indica que un niño no tiene la capacidad ni la amplitud de vocabulario para digerir ciertos temas que van más allá de lo que puede asimilar.

¿Qué piensas de la infancia?

—La infancia es la etapa de la vida en la que empezamos a descubrir el mundo y a veces no es para nada esa etapa feliz y despreocupada que algunos convierten en un cliché. Es en la infancia donde comienza a perfilarse el ser humano que seremos y lo trascendental que nos sucede ya sea malo o bueno, nos marca para toda la vida.

En tu concepto ¿los niñ@s leen hoy día más o menos que antes?

—Con frecuencia las personas comentan que los niños de hoy no leen tanto como los de ayer, cuando escucho esa frase regreso a los años 70, que fue en la etapa en que me tocó ser niña y recuerdo que me sentía un bicho raro entre los de mi edad porque me la pasaba leyendo, mientras los otros jugaban a cualquiera de los juegos que se usaban en aquella época. A muy pocos les gustaba leer y se reían de mí porque utilizaba los cuarenta centavos que mi madre me daba para la merienda, en comprar un libro en la librería cercana a la escuela. Opino que en ningún tiempo la lectura es uno de los entretenimientos preferidos de los niños, incluso, me atrevería a decir, aunque peque de contradictoria, que ni siquiera los padres son una influencia fundamental para que un niño se aficione a la lectura, los míos eran casi analfabetos y de muy escasos recursos por lo que no era en libros en lo que podían gastar su dinero. Hoy hay más libros al alcance de todos y creo que a pesar de la competencia que representa la tecnología, quién lleva dentro la necesidad de conocer otros mundos, acudirá siempre a los libros.

¿Qué piensas del tono que deben tener las historias para niñ@s?

—Pienso que las historias para niños deben ser ante todo escritas con sinceridad. Creo que el niño es capaz de apreciar cuando la historia está forzada, cuando intentamos engañarlos, porque tienen los pies muy bien puestos en la tierra  a pesar de estar fantaseando constantemente… ¿el tono?... no me siento capaz de opinar sobre eso… hace poco una niña de segundo grado me confesó que estaba leyendo El prisionero de la máscara de Hierro y al pedirle su opinión de la obra para cerciorarme de que no me engañaba, me dejó boquiabierta… ¿en qué tono está escrita esa obra? ¿Será el tono adecuado para una niña de siete años?

Se suele decir que en cada libro que se escribe va un gran porcentaje de la personalidad de su autor. ¿Eres tú parecida a alguno de los personajes de tu obra?

—Tal vez porque tuve una infancia difícil, mi literatura para niños aborda con más facilidad los temas difíciles y aunque en ninguna de mis historias he plasmado la mía, cada personaje tiene algo de mí y todos respiran con mi aliento.

¿Cómo concibes idealmente a un autor para niñ@s?

—Es una pregunta difícil… conozco escritores para niños que ni siquiera soportan a los niños, otros les temen por impredecibles… en mi opinión, un escritor para niños debe ser capaz de ponerse constantemente en los zapatos del niño que fue o que le hubiese gustado ser, eso no todos lo consiguen.

¿Reconoces en tu estilo alguna influencia de autores clásicos o contemporáneos?

—Debe haberla pero no me doy cuenta, de eso podrían hablar los que me leen.

¿Cuáles fueron tus lecturas de niña?

—Era la época en que literatura rusa nos invadía… buena literatura rusa casi siempre… leí muchísimo, más de lo que leo ahora… El viejo Dinj Jotabbich, Timur y su pandilla, la obra de Alejandro Dumas casi completa (El Conde de Montecristo es mi favorita), Un capitán de quince años, la obra de Julio Verne, la de Charles Dickens, Tom Sayer, Las aventuras de Huckleberry Finn, Robinson Crusoe, La isla del tesoro… muchísimos libros que deberían ser reeditados porque ya no se encuentran, incluyendo los cinco tomos de Los miserables que leí cuando tenía once años… Mi héroe de ficción es Jean Valjean (Los Miserables), mi villano, el largo Jonh Silver (La isla del tesoro).

¿Cómo te insertas en el panorama literario de la Isla?

—A mi entender, el grueso de mi obra publicada aborda los llamados “temas difíciles” de la contemporaneidad, que opino han sido y serán los temas de siempre, aunque marcados por las particularidades de la época que nos toca vivir.

¿Qué te motiva, qué te desanima?

Me motiva saber que los demás están creando, porque esto me impulsa para no quedarme atrás y me desanima el desánimo colectivo, la abulia en la que caemos a veces el gremio de escritores por una u otra razón.

¿Debe tener algunos atributos morales la literatura para niños?

—¿Atributos morales?.. Creo que el libro para niños debe contener siempre un mensaje subliminal que aporte algo en su formación como ser humano… la palabra “moral” no es una de mis preferidas.

¿Qué otra profesión te gustaría?

Me hubiese gustado ser actriz, creo que se divierten mucho trabajando. Nunca ejercería la medicina, se sufre demasiado.

¿Qué piensas de la relación autor—editor?

—Creo que debe ser una relación donde prime el respeto y la consideración. Nunca he tenido problemas con los editores de mis libros.

¿De verte en el trance de un naufragio, escapar por un incendio o alguna peripecia semejante, qué libros llevarías contigo?

La noche, Las cuatro estaciones de Leonardo Padura, Calzada de Tirry 81, El amor en los tiempos del cólera, El conde de Montecristo, Ramona, Robinson Crusoe… Cuando publico un libro siento que deja de ser mío… esos que los salve otro.

¿Algo que desearas agregar?

—Un abrazo y gracias por hacerme recordar tantas cosas agradables mientras respondía las preguntas.

 

NOTA:

  1. María de la Caridad González Martínez (Pinar del Río, 1963). Escritora. Ha publicado: El hada poesía (2004) Ediciones Loynaz; Olú del monte (Premio Chicuelo 2007) Ediciones Loynaz; Duendes sin magia (Premio José Alvares Baragaños 2009) Ediciones Loynaz; Papá de cartulina (Premio Hnos Loynaz 2011) Ediciones Loynaz; Los miedos de Daniel (Premio Regino E. Boti 2013) Ediciones El mar y la Montaña y Las zapatillas doradas (2016) Ediciones Cauce.

0 comentarios

Deje un comentario



v5.1 ©2019
Desarrollado por Cubarte