Mario Benedetti con la fuerza incontenible de sus cien años


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Había nacido este prolífico escritor un 14 de septiembre de 1920, en Paso de los Toros, TacuarembóUruguay. Hace 100 años. Valga el calificativo de prolífico, que bien le corresponde, porque cultivó muchos géneros y alcanzó una gran popularidad. Sus creaciones se vieron reflejadas en el 7mo arte y la música lo acogió, con toda la intensidad comunicativa de sus versos.

Mario Benedetti, murió el 17 de mayo del 2009, en Montevideo Uruguay, aún no había cumplido los 89 años de edad. Venía alternando su residencia   entre Uruguay y España.

Fue, en resumen, un destacado poeta, novelista, ensayista, dramaturgo, cuentista y crítico, que llegó a Cuba un día y se quedó para siempre en el corazón de nuestro pueblo.

En 1959, año del triunfo de la Revolución cubana, aparecen sus Cuentos Montevideanos, un libro de literatura narrativa, un auténtico volumen que destaca su obra. Catorce años atrás, había entregado su primer poemario: La víspera indeleble, con el cual se inicia en el campo literario.

Corría el año 1960, cuando aparece la novela La Tregua. Con esta obra, lo conoció Nuestra América, y yo diría que muchas partes del mundo. Dicen, que el libro tuvo más de un centenar de ediciones, traducido a diecinueve idiomas y llevado al cine, la radio y la televisión

Mario Benedetti, cuenta con unas 80 letras de canciones que aparecen en el repertorio de numerosos intérpretes, y un pequeño volumen titulado Canciones del más acá en 1988, que incluye 60 textos suyos.

Aún en Cuba, lo sentimos; sus poemas nos calan muy hondo.  La tregua y Gracias por el fuego, otra de sus novelas, se integran abiertamente a nuestra cultura nacional, con el sabor popular de su obra. No parece que su autor se nos fue hace algunos años, hablamos de él, como si viviera, como si nos visitara, como un amigo entrañable que siempre quisiéramos que no se olvidara de nosotros.  Así recordamos los cubanos a Mario Benedetti, así lo recuerda el pueblo agradecido con estos versos que nos resultan tan cercanos:

/ Pero hagamos un trato, yo quisiera contar con usted. Es tan lindo saber que usted existe uno se siente vivo y cuando digo esto quiero decir contar aunque sea hasta dos aunque sea hasta cinco no para que acuda presurosa en mi auxilio sino para saber a ciencia cierta que usted sabe que puede contar conmigo. /

Es la fuerza comunicativa del discurso poético lo que lo define. Quizás allí se encuentra la razón poderosa que lo acerca a los lectores de esta parte del continente americano.

En 1966 llegaba a Cuba, invitado por Haydeé Santamaría, para formar parte del Jurado de Novela en el Concurso Casa de las Américas y regresa Benedetti, al año siguiente por las mismas razones.  En 1968, está presente en el Congreso Cultural de la Habana, publica artículos y un libro de cuentos, se integra el Consejo de dirección de la Casa y se interna en investigaciones literarias. 

Una gran relación de amistad lo une a la Heroína del Moncada, la que, en aquellos momentos, se entrega en cuerpo y alma al trabajo creador de esta Institución.

Si alguna vez advierte que la miro a los ojos y una veta de amor reconoce en los míos no alerte sus fusiles ni piense qué deliro a pesar de la veta o tal vez porque existe usted puede contar conmigo. /

/Si otras veces me encuentra huraño sin motivo no piense qué flojera igual puede contar conmigo/

Roberto Fernández Retamar, el gran intelectual cubano, gran estudioso de la obra martiana,  ensayista y poeta de altos quilates, quien sucedió a Haydee,  en la dirección de la Casa, siempre nos decía, que algo que caracterizaba muy bien a Yeyé, como la llamaba,  en su labor fundacional,  era que sabía muy bien rodearse de grandes figuras de Nuestra América,  y miren si esto es realmente cierto, que si observamos esos primeros años de la Institución,  nos vamos a encontrar con el guatemalteco  Manuel Galich, que creó  la Dirección de Teatro, el uruguayo  Mario Benedett, el Centro de Investigaciones Literarias, y  los cubanos Mariano Rodríguez y Harold Gramatges, que establecieron  las direcciones de Artes Plásticas y Música.

Otros importantes intelectuales cubanos y de Hispanoamérica, también participaron y de esta manera, el proyecto creció hasta la altura que hoy su vigencia tiene.

Por los años 70, se distinguió Benedetti, en su país, como dirigente político y en 1971, ocupaba de manera simultánea en la Universidad de Montevideo, el cargo de Director del Departamento de Literatura Hispanoamericana.  En ese tiempo, era miembro del secretariado Provisorio del Movimiento independentista 26 de marzo que se unió después, al Partido Frente Amplio del Uruguay. Debido a su postura contra la dictadura que había asaltado el poder, tuvo que renunciar a su cargo.

Un largo exilio le esperaba. Estuvo en la Argentina, Perú, Cuba y España, alrededor de 12 años, un tiempo, que marcó indeleblemente a este creador, en su vida y obra. Para este hombre, el destierro fue duro golpe y aquellos versos que siempre recordamos:

/País verde y herido comarquita de veras patria pobre. País ronco y vacío tumba muchacha sangre sobre sangre. /

Cuentan los especialistas que fue el escritor más leído en el mundo, con más de ochenta libros y decía el poeta:

/Mi vocación cardinal fue, sigue siendo y creo que será siempre la literatura, y si accedí a participar en la actividad política fue porque creí, y sigo creyendo, que con esa incorporación podía dar y recibir, enseñar algo y aprender mucho, pero sobre todo porque el proceso de fascistización que en aquel momento empezaba a tener caracteres definidos en Uruguay, exigía que todos sin excepción aportáramos nuestro esfuerzo.

Volvió a Cuba en 1976, y regresa al Consejo de dirección de la Casa de las Américas. Sigue escribiendo con la intensidad que siempre lo caracterizó, cuentos, poemas, teatro, y fuimos muy felices cuando tiempo después, nos enteramos que le habían otorgado El Premio Alba en la categoría de Letras, que vino a engrosar su aval honorífico.

/Pero venís y es seguro y venís con tu mirada y por eso tu llegada hace mágico el futuro/

/Y aunque no siempre he entendido mis culpas y mis fracasos en cambio sé que en tus brazos el mundo tiene sentido/

/Y si beso la osadía y el misterio de tus labios no habrá dudas ni resabios te querré más todavía/

El uruguayo, viajó, compartió actividades literarias diversas, obtuvo reconocimientos y diversos premios confirman sus empeños. En Argentina le editan su obra en más de 36 volúmenes. Cuando aparece su último poemario: Testigo de uno mismo, ya alcanza los 88 años. Su trayectoria es realmente impresionante.

Una investigadora de la obra del poeta, Remedios Mataix, de la Universidad de Alicante, España, nos dice de Mario Benedetti y cito:

“El poder de seducción que ejerce sobre sus lectores esta escritura comunicante a través del fondo de verdad emocional de sus personajes, de las preguntas que a menudo plantean sus versos y de la hondura de sus reflexiones, da como resultado una resonancia que anula distancias geográficas o generacionales”.

José Luis Pacheco, el distinguido escritor mexicano, dijo que Mario Benedetti, no era solo un escritor: “sino una vasta y compleja literatura con su pluralidad de géneros y su unidad secreta”.

Benedetti, al enterarse de la muerte de Haydeé, no solo le dedicó una sentida Cantata, sino expresó: “Haydee Santamaría, significa un mundo, una actitud, una sensibilidad y también una Revolución”.

Siempre que recuerdo los versos que en las siguientes líneas aparecen, siento como si el uruguayo, le dijera a la gran cubana:  

/Si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos/


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